XXIII - El pasado del Planeta Tierra

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Los fugitivos entraron en el pasaje creado en la red espacio-temporal. El gran crucero de batalla Génesis, mandado por el capitán Kirubi, se aproximaba a su objetivo, la constelación Can Mayor, al sur del cinturón de Orión. Mirov, que observaba todo por la escotilla en el puente de mando, sonreía al ver la gran cuna de estrellas de la Vía Láctea. Era el lugar donde la mayor parte de las estrellas de la galaxia nacía.

Estaba feliz. Había escapado de la trampa que fuera preparada para él y sus planes estaban ocurriendo como deseaba. Con el éxito de la fuga, se regocijaba con la posibilidad de vengarse de sus enemigos. Los tripulantes seguían ciegamente a su líder, aunque no conociesen la locura de su plan totalmente.

Su corazón estaba lleno de odio y este era el combustible de su venganza.

Mirov estaba interesado en saber al respecto del próximo agujero de gusano que los ingenieros formarían con el arma conformadora de gravedad, creando un portal entre el sistema binario estelar de Sirius y el sistema solar del planeta Tierra. Las dos estrellas de Sirius orbitaban en torno a sí mismas, liberando ondas que empujaban todo el espacio-tiempo a su alrededor.

"Navegar por aquellas ondas con la nave será muy interesante. Llegaré rápidamente a donde quiero...", pensó Mirov.

El capitán Kirubi era experimentado en viajes por brechas espacio-temporales, aprovechando los efectos de las ondas gravitacionales. En velocidad de trasdobla, navegaron por la Vía Láctea. Él sabía que, con el arma gravitacional, la capacidad de trasponer largas distancias era exponencial, cuando aplicada a las ondas gravitacionales.

El comandante había recibido órdenes de Mirov para navegar en dirección a la Tierra y le reportó a su líder los acontecimientos en tiempo real:

— Señor Mirov, entramos en el túnel espacio- temporal y en breve llegaremos a nuestro destino. El año estelar de nuestra llegada corresponde exactamente a sus expectativas.

— Muy bien, capitán. Prosiga.

Desde el puente de la Génesis, el comandante daba las órdenes:

— Inmediato, verifique las coordenadas: siete, tres, ocho y cinco. Levante los escudos de fuerza. Pronto la nave pasará cerca del cinturón de meteoros, entre Júpiter y Marte.

— Entendido capitán — respondió el inmediato, sin quitar los ojos del panel de instrumentos holográficos.

Después de algunas horas de viaje, Mirov llegó con su equipo al planeta Tierra, millones de años en el pasado. El monstruoso crucero de batalla sacudió un poco al ser alcanzado por algunos asteroides cerca de Júpiter, pero no era nada significativo.

Los tripulantes miraron con admiración el planeta en los tiempos primordiales. El continente era un único bloque, como en el planeta Vida y se llamaba Pangea. Desde la escotilla en el puente de mando, Mirov, Kirubi y Radof observaban la masa terrestre rodeada por un único océano.

— ¡Qué bello planeta! Una esfera azul límpida, como siempre oímos hablar — dijo Radof.

— Se parece a nuestro planeta Vida — comentó Croiff.

— ¡No! La Tierra es más azul... — Respondió Radof.

Pangea, del griego "Toda la Tierra" era una masa continental en los albores de la formación. Los Continentes eran unidos y rodeados por un gran Océano, llamado Panthalassa.

El capitán dirigió la mirada a Mirov, curioso y preguntó:

— ¿Señor, ahora podemos saber cuáles son sus planes?

— Sí, capitán. — El villano Mirov observó el suelo, pensativo.

Todos en la nave aguardaban las explicaciones con gran curiosidad. ¿Qué será que él estaba planeando al volver millones de años al pasado del planeta Tierra?

Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La VidaWhere stories live. Discover now