XXI - La Cazada al Tirano

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Las naves posaron en el hangar de la base central en la capital Perfectio, del planeta Vida. Las puertas se abrieron y los soldados salieron de la nave con las armas en manos, liderados por Merko que ya se había recuperado durante el viaje, y Crom. Tibor les seguía inmediatamente detrás, con Fizard y Zidrone. Esperaban encontrar a Mirov, pero el hangar estaba vacío. Nícolas y Zara se quedaron en la nave con Drako, que monitoreaba el perímetro en busca de la posición del enemigo. A todos les extrañó el silencio del lugar.

— Muy extraña esta calma. ¿Dónde está el maldito Mirov? — Vociferó Merko.

— Tened cuidado. Esto me está oliendo mal. — Dijo Tibor.

Los otros caminaban con sus trajes de combate completos, mirando a todos lados en la búsqueda de los adversarios. De pronto, disparos láser cortaron el aire frente a ellos. Un soldado fue alcanzado y cayó sin vida al suelo.

— ¡Protéjanse! Estamos siendo atacados. — Gritó Fizard.

Algunos se tumbaron en el suelo, otros corrieron a una posición de protección detrás de las naves que estaban estacionadas. Merko, impetuosamente, disparaba contra los rivales después de sacar una pistola láser de su funda. Aparecieron centenas de soldados y la lucha feroz empezó, con el combate cuerpo a cuerpo a la cabeza de la batalla. Nícolas le dijo a Zara:

— Quédate en la seguridad de la nave que yo voy a bajar para ayudar.

— ¡Ten cuidado Nick!

— Ya te demostré que puedo luchar.

Zara se quedó mirándole preocupada. Nícolas convocó a su amigo, el robot, con la mente. Dentro del hangar de la Star Hunter, las luces de los ojos del monstruo metálico se encendieron. El joven, vestido con su traje de combate se acopló a la espalda del robot y los dos volaron juntos, yendo al encuentro de los soldados enemigos. Mientras los disparos eran deferidos en la salida del atracadero central, cohetes empezaron a ir al encuentro de las líneas de defensa que Mirov dejara para intentar mantener su poder. Explosiones lanzaron a los militares del tirano a lo alto, mientras los rayos láser de los ojos del robot destrozaban el suelo, delante de los flancos del enemigo, creando verdaderas trincheras.

Nícolas también disparaba su pistola, auxiliado por los soldados aliados.

— Rendíos todos antes de que seáis destruidos. — Grito Merko, asustando a los enemigos ya casi vencidos.

Viendo que estaban subyugados con la fuerza del robot y de los soldados rebeldes, las fuerzas de Mirov levantaron los brazos después de poner sus armas en el suelo. Con la situación resuelta, era hora de buscar a Mirov. Para sorpresa de Merko y sus amigos, el tirano perverso había huido.

El primer paso ahora era capturar al rey usurpador del poder.

Drako tomó pose del computador central del gobierno del planeta y penetró en los sistemas de registro de vuelo de la nave de Mirov. Descubrió que este había huido por una dobla espacial desconocida. Inmediatamente decidió avisar al comandante Merko:

— Comandante, al invadir los registros de la fuga de la nave del tirano, observé que entraron en una dobla espacial extraña, que nunca habíamos monitoreado antes. El lugar por donde la nave Génesis penetró parece haber sido creado artificialmente. No entiendo como eso puede haber ocurrido.

— Qué situación inusitada, Drako. Tendremos que conversar con los ingenieros espaciales.

— Pero primero vamos a cuidar de este planeta y enderezar las cosas.

— ¿Cuáles son sus órdenes, comandante Merko? — Preguntó Fizard.

— Lleva a algunos hombres y liberad al consejero Kenan y a la reina inmediatamente. Cuidad de ellos y dejadlos seguros. Haz que Nícolas y Zara descansen del viaje. Crom, Tibor, Sivoc, Drako y yo iremos tras Mirov. Ve a buscar a tu familia y cela por ellos. Le pediré a la reina, personalmente, que te perdone.

Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La VidaWhere stories live. Discover now