XXII - Peligro Real e Inminente

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Después de navegar durante algún tiempo y sobrepasar la brecha espacio-temporal, la puerta se abrió en el puente de mando de la Génesis. El capitán Kirubi empezó a hablar con Mirov, que estaba sentado en el sillón de mando:

— ¿Señor, por qué estamos viajando por un puente espacio-temporal hasta una constelación distante del sistema solar terrestre?

— Nosotros podríamos transformarnos y vivir entre los terráqueos y nadie nos reconocería. Estaríamos en paz y Merko jamás nos encontraría — dijo Radof, entrando en la conversación.

El prepotente Mirov les miró con desprecio. No aceptaba ser cuestionado, pero necesitaba la ayuda de ambos en aquel momento. No podía desperdiciar sus peones durante aquella jugada. Por eso, respiró hondo para aguantar su ira y respondió, con su egocentrismo aflorando:

— ¿Vosotros pensáis que, después de ser rey único y absoluto de un planeta, yo querría vivir escondido en la Tierra como un mero insecto para ser capturado o pisoteado? — Empezó a carcajearse, al pensar en aquella simple hipótesis. — Yo, Mirov, no nací para entregarme, sino para pisotear la cabeza de mis enemigos.

— Pero señor, ¿qué pretende hacer? — Indagó Kirubi, levantando las cejas, con desconfianza.

— Ten calma, capitán y sigue las coordenadas que determiné. En pocas horas llegaremos a la constelación del Cazador de Orión, en la Vía Láctea. Cuando estemos allá, permitiré que sepáis cuál es mi plan.

El capitán miró a Radof, lleno de dudas. Ambos no entendían cuáles eran los objetivos reales de su comandante, pero desconfiaban de que alguna cosa mala estaba siendo preparada por la mente maquiavélica de Mirov.

¿Será que el rey está loco? — Pensaron. ¿Pero de qué servía sacar aquella conclusión en ese momento, siendo que ya no había manera de desistir?

***

Mientras todos descansaban y celebraban el retorno de la paz, Drako estaba en la base, investigando las últimas coordenadas del viaje de la Génesis. En cuanto pudo, Merko fue tras él:

— ¿Alguna novedad sobre Mirov? — Indagó tal como entró en la sala.

— Señor, los sistemas de información de todas las naves del planeta están conectados al gran computador central, localizado en el edificio de Informática. Estoy intentando acceder a las coordenadas de destino de la nave, pero eso va a tardar un poco. Lo que conseguí ver, hasta el momento, fue que minutos antes de huir, el siervo del consejero; Radof, accedió a la entrada del laboratorio de genética del edificio científico. Me parece interesante ver los registros de lo que fue a buscar allí.

— Gracias Drako. Tus informaciones son siempre muy útiles. Continúa buscando y avísame sobre cualquier novedad que tengas sobre Mirov — dijo Merko aprensivo — Voy al edificio científico personalmente.

— Sí señor. Estaremos en contacto.

Al salir, Merko llamó a Nícolas y a Zara para que le acompañaran. Ella principalmente por ser especialista en Genética, y fueron al laboratorio a verificar lo que Radof fuera a hacer allí antes de huir. Mientras iban hacia allí, Drako les envió las grabaciones que las cámaras holográficas habían capturado. La doctora consiguió comparar, en cuanto llegaron, los últimos registros y pudo percibir que lo que Radof había retirado eran materiales genéticos resultantes de investigaciones científicas. Se quedó aterrorizada frente a la hipótesis de que aquello fuese utilizado para fines equívocos.

— ¿Qué es eso que él vino a buscar, Zara? — Preguntó Nícolas.

— Por los lugares a los que el accedió, puedo decir que en parte son materiales que posibilitan la clonación de habitantes del planeta Vida y, también, de reptiles gigantes o dinosaurios, cuya manipulación había sido prohibida. Los animales que sobrevivieron a las experiencias genéticas antes de estas ser abolidas fueron enviados a la Floresta Mutante y allí viven hasta hoy, lejos de la sociedad.

Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora