CAPÍTULO 12

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La mañana era fría. Los rayos solares apenas y se escabullían entre las delgadas cortinas blancas que se movían al compás de la suave brisa matutina. Un pequeño chico de cabellos castaños descansaba sobre una amplia cama de sábanas de satín. La suave tela se deslizó fuera cuando el pequeño cuerpo se removió con insistencia, dejando a la vista una perfecta y pálida piel que contrastaba con aquel color vino. Los sedosos cabellos se desparramaron sobre las esponjosas almohadas mientras la desnudes era mostrada en una erótica escena, digna de ser plasmada en una pintura.

Largas piernas sedosas, lechosos muslos, una virilidad cubierta por pequeños rizos castaños, abdomen plano con apenas unos perceptibles músculos, un par de rosadas protuberancias, clavículas marcadas y un perfecto y grácil cuello pálido. Las largas pestañas castañas abanicaron lentamente, mostrando unos ojos del color del caramelo derretido. Preciosos. Un ronco quejido se desprendió del fondo de su garganta mientras tentaba el espacio a su lado. El espacio vacío estaba frío, dándole a conocer la ausencia de su amante la noche pasada. Se incorporó en la cama, quedando sentado. Miró a su alrededor y entonces se vio sólo en la espaciosa habitación de colores neutros. Sin ningún pudor, se levantó de la cama y caminó hasta la puerta del cuarto baño, la cual se encontraba cerrada. Estando lo suficientemente cerca, fue capaz de escuchar sonido de la ducha.

Una sonrisa afloró en sus labios a la vez en que tomaba el pomo de la puerta y lo giraba, empujó la puerta y un sofocante calor le abofeteó el rostro. Dio un par de pasos dentro del inmenso cuarto de baño, notando los azulejos empañados al igual que el espejo arriba del lavabo. Miró a sus pies y encontró unos calzoncillos de color negro, los mismos que su amante había estado usando la noche anterior, justo cuando terminaron de hacer el amor.

Alzó la mirada y no pudo hacer otra cosa más que sonreír con satisfacción. Los cristales de la ducha estaban empañados, pero no le dificultaban demasiado el ver aquel cuerpo que parecía haber sido escupido por un ángel.

Estando lo suficientemente cerca, se dio cuenta de que la puerta de la ducha no estaba cerrada, así que simplemente entró, silenciosamente. El vapor lo sofocó, pero no pareció importarle. Extendió la mano y tocó con las puntas de sus dedos esa ancha espalda mojada.

—¿Qué demonios?— maldijo el mayor, girándose abruptamente— ¿Ji Yong, qué haces?

—Quiero darme una ducha.— sonrió mientras pegaba su cuerpo al del mayor.

Los largos dedos de Ji Yong ascendieron por el fuerte pecho, rozando descaradamente las erectas protuberancias marrones hasta llegar a enredarse en aquellos platinados mechones humedecidos. Acercó sus labios a los del joven más alto y los besó lentamente, al principio acariciando superficialmente para instantes más tarde, profundizar el beso. Necesitaba más. Sus labios demandaban más contacto, y más pasión en aquella caricia. De pronto, sintió contra su cadera el miembro erecto del mayor, refregándose sin pudor.

Irrumpiendo en la boca del más alto, fue en busca de aquella cálida lengua que le producía tanto placer. Se enfrascaron en una batalla territorial, negándose ambos a dejarse vencer. Las manos del más alto tomaron por inercia las caderas a Ji Yong, quien gimió ante el contacto. Sus labios se separaron por segundos para permitir a sus pulmones recargarse. Se miraron detalladamente. El castaño lamió sus propios labios mientras contemplaba el hecho de tener sexo con su razón de locura bajo el chorro de agua.

El pequeño cuerpo se amoldaba tan bien al cuerpo de Seung Hyun, que incluso la idea de qué el pelinegro había nacido para él, cruzó su mente. Agitó la cabeza un par de veces, apartando esos estúpidos pensamientos. No necesitaba hacerse ideas estúpidas. Sus labios se encontraron una segunda vez, tomándose con desesperación.

Fóllame.— gimió el castaño mientras intentaba persuadir al mayor por cualquier medio. Seung Hyun maldijo —Por favor, te necesito... — imploró, mordisqueando la oreja del más alto.

AMOR POR CATÁLOGOWhere stories live. Discover now