Capítulo 4

19.8K 1.5K 296
                                    

La mirada inescrutable era lo que definía a Simón en aquel momento.

Sus labios se curvaron hacia arriba, dándome a entender que se estaba divirtiendo con nuestro asunto.

Y supuse que "nuestro" era demasiado exagerado como para llamarlo de aquella forma.

Simplemente lo llamaría asunto.

Realmente me encontraba sorprendida. No me lo hubiese imaginado nunca que él fuese sin vida.

¿Cómo definiría mi sorpresa en una palabra? Eso era muy fácil. Seria algo como: ¡Wou!

—¿En qué piensas? —me preguntó, curioso.

—Si debo salir corriendo o quedarme para preguntarte cómo demonios terminé conociéndote.

—¿Por qué no te quedas con la segunda opción? —incitó, pasando lentamente su dedo por encima de la mesa y creando círculos imaginarios.

—Era lo que tenía pensado hacer.

Simón sonrió, burlón.

—Tu hermano nos invitó a mí y a mi hermana a pasar el día en el centro comercial. Dylan nos dijo que tenía una hermana melliza, la cual, me causó intriga y busqué su perfil en Facebook. Comencé a hablar con ella, sólo por una noche muy corta y al día siguiente del inicio de aquella charla, no respondió mi mensaje. Y mira nada más, estoy frente a ella sonriendo como un estúpido por su rostro angelical —sonrió nuevamente—. Déjame decirte que tu nombre encaja a la perfección con tu personalidad.

Me quedé pasmada, y no supe si era por sus dulces palabras o porque sabía como desviar el tema hacia otro lado.

—Vaya. —mi voz sonó más a un suspiro inaudible— Quiero que sepas que yo no estaba al tanto de este encuentro. Dylan me lo comentó apenas ingresamos al centro comercial. Pero, eso no contesta a mi pregunta. Si sabías que me verías...¿Por qué reaccionaste así?

—Porque, recordé una urgencia, nada más.

—Me estás mintiendo.

Simón se frotó la barbilla.

—¿Y por qué mentir? Te estoy siendo sincero.

—Mejor olvídalo.

Supe que no llegaria a nada con todo aquello.

—Y dime: ¿fue una sorpresa haberme conocido?

Genial, ahora estaba sonriendo como una estúpida y sentí como mis mejillas comenzaban a ruborizarse.

—Supongo, no lo sé. Aun no lo he deducido.

—Entonces eso quiere decir que...¿pensaras en mí luego de que te vayas para deducir nuestro encuentro inesperado?

Maldición.

—Oh por favor. —solté exasperada entre risas, ya que fue lo único que pude decir.

Se hizo silencio.

Simón me miró con aquellos ojos grises que ya comenzaban a intimidarme, y no cualquier chico podía transmitirme eso.

—De verdad, me interesa muchísimo que continuemos en contacto, Williams.

Por más que la situación era algo cómica, lo había dicho muy en serio.

—Suenas muy profesional cuando dices mi apellido. —me burlé.

—Es que lo soy. —recalcó con el mismo tono.

—Entonces, chico profesional, me mentiste.

—¿Por qué? —preguntó consternado.

—Me dijiste que asistías a la misma escuela que yo, y hasta nombraste a mi amiga.

No te olvides de Angélica.Kde žijí příběhy. Začni objevovat