CAMILA bitácora fecha 2

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Nunca en mi corta vida había tenido tanto miedo. Miedo de lo que pueda decirme, la había cagado, había metido la pata hasta el fondo., el patético experimento había salido mal. No podría vivir sin ella, lo comprendí demasiado tarde.

Estaba tan preciosa, no pude evitar pasar la lengua por mis labios., la muy ladina lengua que cobraba vida propia solo en su presencia. Sin que yo pudiera evitarlo.

El tiempo se detuvo para mí, ella se veía tan distraída, tan distante como pensando en algo que la apartaba de mí.

_"Aquí me tienes"_ dije para tener su total atención y la voz me falló., tuve que carraspear un poco para que fluyera de nuevo _"soy toda tuya"

Mi subconsciente me ordenaba a decirle palabras que significaban mucho, pero que sabía ella no entendería.

Algo la inquietaba, la vi observar mi lengua., yo lo hacía a propósito, hacía tiempo que me di cuenta que eso la distraía, lo hacía sobre todo cuando estaba con Brad, necesitaba que se concentrara en mí de la forma más sucia y rastrera. Le ocultaba la verdad., pero de forma egoísta tomaba todas las ventajas que me daba el ser su mejor amiga.

En ese momento sentí unos celos enfermizos al verla tan distraída, moría por saber qué era lo que le provocaba esa mirada encendida, que pensamientos hacían que su cara adquiriera esa expresión tan soñadora. "Brad, maldito Brad" seguramente era él en quien pensaba mientras estaba conmigo.

_"Lauren"_ le dije para traerla de vuelta a nuestro mundo_ "lolo"

Lo logre, ella por fin me miró, y me sonrió ligeramente.

_ ¿quieres caminar?_ me dijo mientras yo pensaba en cuál sería el pretexto más creíble para poder tocarla lo más pronto posible. ¿Qué es lo que me tiene que decir? Me preguntaba mientras mi mano buscaba la suya en la forma más sutil. Y de pronto "plam" mi mano rozó la suya y la droga hizo efecto en mí de inmediato.

Mis piernas fallaron por la emoción de sentir su piel después de una semana 6 horas y siete minutos desde la última vez que miré mi reloj.

Me agarre a su frágil brazo, el mismo que ponía fuerte para mí _"perdón"_ le dije con mal fingida pena _"no puedo caminar bien sobre la tierra blanda"

No contestó, pero no importaba, ella estaba conmigo y era yo quien olfateaba su perfume que en combinación con su pH formaba un aroma único y cautivante.

Caminamos durante varios minutos en silencio ella y yo, juntas, hombro con hombro, postergando de forma tácita, el difícil momento que tendríamos que enfrentar.

_"me gusta este lugar"_ le dije, eligiendo a propósito la roca más pequeña para poder estar lo más cerca de ella que mi suerte me permitiera.

_"una de las dos tendría que estar de pie... busquemos otra"_ me dijo contrariada, con ese acento único., con esa voz ronquita que hacía que todo mi cuerpo se erizara.

_"podemos compartirla"_ le dije ansiosa por que se sentara a mi derecha. El amor te obliga a tomar medidas desesperadas... yo no era la excepción.

Nos sentamos en ese reducido espacio. Pasé mi brazo detrás de ella sin tocarla y descansé la mano sobre la roca, yo estaba concentrada por mantener mi respiración habitual, pero su cercanía lo hacía imposible.

Parecía esa sirena que atraía a los marineros a su destrucción., sentada en esa roca. Cerca de mí.

_"me gusta tu pulsera"_ mentí, la pulsera estaba horrible. Solo que necesitaba tocarla., así que lo hice.

Ellas se aman (Bitácora de un amor prohibido)Where stories live. Discover now