LAUREN Bitácora fecha 4

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Una semana después

Lauren 4

Caminaba detrás de ella. Y por primera vez noté que tenía un trasero de muerte. De pronto me vi siguiéndola sin que se diera cuenta. Era un tanto extraña. Necesitaba saber en dónde pasaba el tiempo. Simple curiosidad o quizá estaba en mis días de detective frustrada. La vi detenerse en el círculo de pinos chaparros e internarse entre los apretados árboles. Me metí por el lado contrario. Y me senté a su lado como si fuera lo más normal del mundo.

Me miró por un segundo y sin dirigirme la palabra abrió su lonchera y empezó a hacerle justicia a sus sagrados alimentos.

Yo solo llevaba unas galletas de chocolate y mi botella de coca cola., me gustaba la chuchería a pesar de los reproches de mi madre.

Ella en cambio llevaba su jugo de naranja hecha en casa.

_ ¿quieres? _ le pregunto para romper el hielo. Yo era la chica nueva. Y por alguna extraña razón que aún no analizaba del todo, necesitaba formar parte de su vida a la voz de ya.

_ Gracias_ Me dijo toda altivez_ No puedo comer eso., a mi madre no le gustaría.

_Eso me pasa por tratar de ser amable con la gente_ le dije con sarcasmo y Me fui de allí toda indignada., dejándola con las disculpas atoradas en su boca.

A pesar de ese segundo incidente., seguí persiguiéndola en el círculo de pinos chaparros, hasta que un día me ofreció de su sándwich.

_no gracias _ le dije para desquitarme de su desaire anterior_ me gustan más con doble ración de queso.

No se ofendió ni me dejo como yo hice antes. Solo movió los hombros con aceptación y entendimiento, mientras hincaba el diente en el Sándwich.

Se volvió el momento más esperado del día para mí... comer en su compañía... a solas. Era extraño, era clandestino... agradable e íntimo. Ella mordía ese Sándwich como si estuviera mordiendo el fruto prohibido... era un agasajo para mí observarla., sobre todo me encantaba que la chica del montón me esperara para abrir su lonchera, no sé si era casualidad o también le gustaba la idea de comer conmigo.

Y el día menos pensado llevó un termo lleno de malteada de chocolate con un vaso extra.

_ ayúdame con un poco _ me pidió pasándome un vaso lleno_ mi mamá quiere que me lo acabe todo y me es imposible.

Otro día llevó dos sándwiches, uno de ellos con queso extra y me ofreció sin que yo pudiera negarme.

_ Mi madre quiere que me alimente bien._ dijo con una sonrisa de disculpa_ ¿Me ayudas?

Dos días después las galletas de chocolate las comíamos de postre.

Una mañana la vi en la puerta., jugueteando con Rubén, según las niñas era el más guapo del grupo., pedí permiso de forma educada y ambos se hicieron a un lado para dejarme pasar.

Me molestó... muchísimo, pero pedí permiso con educación. Camila se hizo a un lado de inmediato., traté de no demostrar mi molestia... pero decidí no asistir a nuestra cita acostumbrada para comer.

Fui a la cafetería y compré mis galletitas... esta vez las galletitas me supieron a cartón... no es que extrañara el Sándwich... la extrañaba a ella.

Así lo hice durante tres días más, hasta que decidí volver a nuestro sitio, en el círculo de pinos chaparros.

Por supuesto ya había abierto su lonchera... y no me gustó nada que lo hiciera, quería que me esperara como de costumbre.

Ese día no comí galletas., ese día decidí cambiar por una bolsa de papitas., me gustaban las golosinas.

_espera _ me dijo tocando por primera vez mi mano_ no te comas el postre todavía.

Y me dio el sándwich extra que recibí sin problemas, mientras mi interior saltaba de gusto... no por el Sándwich., por el hecho de que ella siguiera llevándolo para mí.

Ellas se aman (Bitácora de un amor prohibido)Where stories live. Discover now