Ellas se aman (Bitácora de un amor prohibido)

LAUREN Bitácora fecha 2

De pronto la vi frente a mí a lo lejos... ahí estaba ella, con el cabello a merced del viento, no pude más que sentir celos de la osada brisa que golpeaba su rostro.

Por un instante me olvidé del motivo por el cual estábamos aquí, con los pies enterrados en la arena., es lo que siempre ocurría cuando ella estaba cerca de mí, me olvidaba de todo lo demás, mis cinco sentidos se concentraban en ella.

_"Aquí me tienes"_ dijo con voz temblorosa, quizá por el frío que empezaba a hacerse notar_ "soy toda tuya"

Estaba radiante, con esa lengua traviesa que realizaba el ritual de costumbre, humedeciendo sus labios de una manera que llenaba mi boca de deseo por besar. Me pregunto qué haría Si supiera los pensamientos impuros que irrumpen en mi mente cada que la veo hacer ese movimiento tan inocente y tan impropio. Es una seductora que no tiene ni la más puta idea de lo que provoca en mí.

Una torpe y graciosa niña que me transportaba a un mundo donde solo existía ella y mi febril imaginación.

_"Lauren"_ me llama por mi nombre con esa voz mezcla de niña y mujer _"lolo"

El solo escuchar el apodo personal con el que me bautizó me llena de regocijo y de un orgulloso sentido de pertenencia.

_ ¿quieres caminar?_ le digo tranquila, para distraerla de hacerme preguntas que todavía no estaba preparada para responder. No sé si se alejará de mí. No sé si me odiará. En este momento lo único que sé es quiero es sentirla a mi lado.

Caminamos a la par y yo me atrevo a mover los brazos de forma innecesaria., de tal manera que los dorsos de nuestras manos se besen silenciosamente.

Se aferró a mi brazo al sentir que sus pies se hundían en la arena., sus zapatitos grises no estaban diseñados para la playa.

_"perdón"_ me dijo con una sonrisa a modo de disculpa _"no puedo caminar bien sobre la tierra blanda"

No pude hablar, enmudecí cuando sentí el cosquilleo de su cabello al estrellarse suavemente contra mi mejilla por el viento inclemente.

Caminamos durante varios minutos en silencio ella y yo, juntas, hombro con hombro, postergando de forma tácita, el difícil momento que tendríamos que enfrentar.

_"me gusta este lugar"_ dijo de pronto, guiándome sin darme cuenta a la roca más estrecha que encontramos.

_"una de las dos tendría que estar de pie... busquemos otra"_ le dije rogando a Dios que no cediera a mi sugerencia... quería estar cerca de ella y era la única manera.

_"podemos compartirla"_ dijo de inmediato con una sonrisa nerviosa... ella quería recuperar mi amistad... pero esa no era la manera.

Nos sentamos en ese reducido espacio. ¿Acaso no se daba cuenta del peligro que corría a mi lado? ¿Acaso no escuchaba mi respiración que se aceleraba por largos momentos al intentar recobrar el aliento que había perdido segundos antes por su culpa?

_"me gusta tu pulsera"_ me dijo con suavidad, tocando con delicadeza mi muñeca para acariciar la sencilla prenda.

_"me la regaló Brad"_ le dije sin pensar., y al instante soltó mi mano como si le hubiera puesto fuego en ella.

_"tu novio"_ dijo con la voz un tanto extraña., quizá la había invadido el mismo frío que yo empezaba a sentir.

_"si"_ le dije echando de menos su mano., esa misma mano que tiene un romance con la mía a escondidas de las dos.

_" ¿cómo te ha ido esta última semana?"_ pregunta., y es esa maldita pregunta la que arruinó todo el discurso cantado por largas horas frente al espejo...