Veintidós.

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Mi papá era un hombre totalmente indefenso, él podía ser más tolerante incluso que mi mamá, comprendió y cuidó a Antonella desde el primer momento que quedó embarazada, apoyó a Nicolás cuando decidió irse a vivir a Buenos aires y siempre me ayudó a mí en cada aspecto de mi vida, era un padre ejemplar y por eso no entendía por qué los chicos le tenían miedo.

Lautaro todavía no lo superba pero se lo merecía después de todo, nadie lo mandó a humillarme frente a todo la universidad, pero con Dante, ni siquiera le dije que era mi novio más allá de no serlo, de hecho papá lo trató muy bien cuando se lo presenté como un amigo, no había nada que temer pero él se sintió inseguro todo el tiempo que nos llevó tener sexo en mi cama.

— ¿Estás segura que la puerta está cerrada, no?

—Sí Dante, está con llave, aparte todos están en el quincho y no se dieron cuenta que nos fuimos.

—Sería terrible si se dieran cuenta, no quisiera que tu papá nos vea así. —dijo y yo rodé los ojos, se apartó y se sentó en la cama. —me voy a cambiar, por las dudas.

—Como quieras.

—Deberías cambiarte vos también, y ya deberíamos irnos porque debe haber mucha gente, hoy es el estreno.

—Bueno. —suspiré y me senté en la cama para buscar mi ropa. No tenía problema que Dante me viera, pero él no se ofreció a ayudarme con el corpiño y yo pude hacerlo rápido, fue extraño pensar que estuve más torpe con Lautaro porque con él no había compartido la intimidad, o mejor dicho no yo con él, no quería que me viera más de lo que hizo cuando estaba borracha.

Bajamos y fui en busca de mamá para saludarla y avisarle que nos íbamos, ella lo invitó nuevamente a Dante para una cena y él aceptó volver, pero yo no creía en eso, era obvio que estaba casi temblando esperando que mi papá no apareciera, y deseando irse rápido, consideré que demasiado íbamos a hacerlo sufrir con Lauti en la noche, así que corté la conversación con mi mamá y nos fuimos a su auto para encaminarnos al cine.

En el snack mientras esperábamos ser atendidos, me contaba acerca de la película y lo esperada que había sido para los fans por leer los libros antes, sin embargo no había mucha gente como o la que él esperaba, yo fingí prestarle atención pero en realidad estaba preocupada por Lautaro que todavía no llegaba y tenía que hacerse ver antes que nosotros entráramos, así Dante sabía que él estaba cerca y sufría un poquito más de ansiedad.

— ¿Qué hacen ustedes acá? —nos preguntaron y mi corazón latió con fuerza cuando supe que era Lauti, sonreí al darme la vuelta. — ¿También vienen al estreno?

—Hola sí, ustedes parece que también.

—Yo no quería venir en realidad, pero insistió. —se encogió de hombros y el chico que lo acompañaba asintió entusiasmado, maldito Lautaro se conseguía siempre a los mejores y esos más lindos tenían que ser gays. —Él es Víctor, Víctor ellos son compañeros de la facultad, Dante y Camila, Cali.

—Hola chicos.

—Hola. —dijimos los dos al unísono y saludé a Víctor cuando se acercó, al darle un beso a Dante por encima de ellos, Lauti me guiñó el ojo.

—Pueden ponerse detrás de nosotros.

—A eso nos acercamos. —me dijo él y yo me reí. Dante se aproximó un poco más y me habló al oído.

—Voy al baño, me apuro así no me ganas de mano.

—Por favor, puedo comprar yo. —rodé los ojos y él negó apurándose a salir de la fila, cuando se fue Lauti se acercó dejando a su acompañante por detrás. —Te odio, ¿eso te estás cogiendo?

¡Va a ser mío!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora