4. The best night ever

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Mientras succionaba la piel de su cuello pensaba en todas las cosas que quería hacer con este chico, podría besar y pasar mi lengua por todos y cada uno de sus tatuajes, meter su pene hasta mi garganta, colocar champagne en su cuerpo y beber de él o tal vez simplemente dejar que me follara hasta perder la consciencia, todas eran buenas opciones.

Me separé un poco de él, alejando su embriagador olor al instante, él tenía los ojos totalmente oscuros, podía sentirlo como una roca debajo de mí y ambos estábamos excitados al punto de no poder articular palabra, había dejado muchas marcas en su cuello y pecho, seguramente yo estaba igual o peor ya que mientras yo lo succionaba, él hacía lo mismo y además mordía... no de una forma brusca, mordía de una forma en que me hacía necesitar más, su lengua cosquilleando mientras sus dientes se clavaban en cualquier parte de mi cuerpo que estuviera a su alcance de forma delicada pero demandante, podría hacerme sangrar y sería exquisito.

Estaba a horcajadas sobre él mientras nos observábamos detenidamente y nuestras respiraciones eran más erráticas que nunca, jamás me había sentido de esta manera, mi cuerpo ardía totalmente, mi entrepierna se sentía como si con un movimiento pudiera correrme, mi respiración era pesada y el aire parecía ser de plomo, me costaba respirar. Mi cabeza sólo podía enfocarse en Jason, todo lo demás había desaparecido y me sentía como si estuviera flotando, era el maldito paraíso.

Jamás podría olvidar su rostro, todos mis sentidos estaban más alerta que nunca gracias a la marihuana así que podía detallar cada parte de él, sus facciones eran fuertes, imponentes, como si tuviera todo siempre bajo control, sus cejas abundantes y perfectas, sus labios parecían haber sido tallados por los mismos dioses y ahora se encontraban hinchados por la sesión de besos que habíamos tenido hace algunos segundos, sus ojos mieles eran casi negros y su cabello parecía reflejar cada pequeña fuente de luz de la habitación para hacerlo parecer extremadamente brillante, era castaño casi rubio, me encantaba cada parte de él.

-Follame.-Susurré inconscientemente, era lo que mi cuerpo, mi mente y cada parte de mi necesitaban. Ni siquiera pude reconocer mi voz, sonaba extremadamente profunda y sexy.

No hables querido Jason o seguramente me correré con escuchar tu voz.

-Mierda.-Gimió Jason y me arquee contra el para sentirlo más.

De un brusco giro me colocó sobre la cama y literalmente arrancó mis bragas, una ligera punzada de dolor recorrió mi cadera, pero al sentir los labios de Jason sobre los míos, olvidé todo.

Una de sus manos estaba sosteniendo mis muñecas sobre mi cabeza fuertemente, mientras que la otra recorría mi cuerpo lentamente, me estaba torturando de la mejor forma posible. Cuando llegó a mi entrepierna me arquee un poco intentando tener algún tipo de contacto.

-Tranquila.-Gruñó y clavo dos dedos dentro de mí, cada parte de mi cuerpo reaccionó ante el contacto.

Movió sus dedos un poco y gemí, sus labios sobre mí ahogaban cualquier sonido que saliera de mi garganta. Sacó sus dedos y tomó un condón de la mesita, en un abrir y cerrar de ojos se lo colocó y posicionó la punta de su pene en mí entrada, comenzó a morder ligeramente mis pezones y en el momento que menos imaginé me penetró fuertemente haciéndome gritar.

Me sentía completamente llena, un ligero dolor recorrió mi columna pero al instante quedó en el olvido al sentir a Jason moviéndose rápidamente dentro y fuera de mí.

Nuestras pieles chocando y los gemidos que emitíamos eran todo lo que se escuchaba en la habitación junto a nuestras erráticas respiraciones.

Abrí los ojos y observé el rostro de Jason, había sudor en su frente y tenía cerrados los ojos mientras mordía fuertemente su labio inferior. Sus tatuajes parecían un poco brillantes por el sudor y la imagen tan erótica que provocaba todo esto sólo hizo que me calentara mucho más.

Mis manos estaban en su torso mientras él entraba y salía de mí, mis uñas clavándose en él y sus manos apretando mis brazos, sentía que en cualquier momento me rompería algo.

Cada momento que pasaba hacía que jamás quisiera que acabara, nunca había estado con alguien de esta forma, me estaba poseyendo en cuerpo y alma, sus ojos clavados en los míos sólo aumentaban las sensaciones.

-Mía.-Gimió y sólo asentí, realmente me sentía completamente suya.

Había perdido la noción del tiempo, cada vez las sensaciones eran más intensas, comencé a sentir mis paredes contraerse, estaba a punto de correrme y por cómo había aumentado las embestidas Jason, también él.

Todo comenzó a parecer borroso, mi garganta estaba totalmente seca de tanto gritar y gemir, mis piernas se sentía pesadas y apenas podía respirar.

Una corriente eléctrica recorrió cada parte de mi cuerpo y me corrí en el más glorioso orgasmo que alguna vez había tenido, escuché un gruñido extremadamente profundo de parte de Jason y se dejó caer sobre mi cuerpo sin lastimarme.

Salió de mí y gemí en protesta, no podría caminar bien un par de días, eso era seguro. Se quitó el condón y lo arrojó  a un bote de basura.

Me levanté de la cama y sentí un tirón en la entrepierna, mierda, me había lastimado, pero en definitiva no me arrepentía. Tomé mi bolso y observé la hora en mi teléfono, 4:50 am.

El pánico me invadió, teníamos menos de una hora para llegar a casa antes de que mis padres despertaran para ir a correr y notaran que no estábamos.

Me coloqué rápidamente el vestido, sin bragas ya que Jason las había hecho pedazos y puse desesperadamente las zapatillas en mis pies.

-¿Te vas?-Dijo Jason y sólo asentí.

Tomé mi bolso y me acerqué a la entrada del pequeño cuarto, observé a Jason que también se había vestido y le sonreí, quería decirle que había pasado la mejor noche de mi vida pero no quería aumentar su ya elevado ego.

-Adiós Jason.-Dije y me sorprendí al escuchar mi voz un poco ronca.

Jamás lo volvería a ver y agradecía eso, él es peligroso y jamás será nada más que buen sexo.

-Ten.-Se acercó a mí y me entendió varios billetes de 100 dólares.-No sé cuánto cobras pero supongo esto será suficiente.-Sonrió arrogante y reí.

-Consérvalo.-Le guiñe y salí de la habitación.

Melissa estaba en uno de los sillones hablando animadamente con Mike, tenía el vestido completamente roto de la parte superior y llevaba una chaqueta de piel cubriéndole la parte superior del cuerpo.

-Hora de irnos.-Le susurré y asintió, besó a Mike y se levantó tambaleándose un poco.

-Nos veremos pronto Melissa.-Le gritó Mike mientras nos alejábamos.

¿Qué?

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¡Muchas gracias por las 600 leídas!

Or nah ➳ Jason McCann || +18Where stories live. Discover now