Or nah ➳ Jason McCann || +18

26. 21

Desperté abruptamente y todo lo que noté fue una habitación totalmente sumergida en la obscuridad, se escuchaba mucho ruido proveniente de la planta baja de la casa y el frío cubría mi cuerpo.

Mi estómago rugió por el hambre y me debatí entre bajar o no, después de todo lo que había pasado con Jason no quería arriesgarme, así que tan solo me quedé acostada observando la ventana y pensando.

Era difícil pensar que una personita estaba creciendo dentro de mí, yo no quería un bebé, pero tampoco quería abortar, jamás me imaginé con bebés ni siquiera en el futuro y ahora todos mis planes estaban cambiando.

Toqué mi vientre e imaginé como sería, engordaría, comería aún más, estaría cansada todo el tiempo, no podría beber o fumar... y sobre todo, tendría que aguantar a Jason, el papá de mi bebé... vale, eso sonaba jodidamente extraño.

-¿Dulce?-Escuché hablar a Jason mientras la puerta se abría y me estremecí.

-¿Qué quieres?-Respondí con la voz aún un poco ronca.

Sentí como se acostó detrás de mí y me abrazó por la cintura, era extraño todo esto, de repente parecíamos una pareja normal pero en definitiva no lo éramos.

-Pequeña... ¿Por qué me haces esto?-Suspiró pesadamente y tocó mi vientre.

-¿Hacerte qué McCann?-Me levanté de la cama para alejarme de él.-No es tu responsabilidad, no es tu hijo.-Lo observé y su reacción fue totalmente inesperada, comenzó a reír y se acercó a mí.

-No sabes mentir princesa.-Mordió su labio inferior y negó con la cabeza.-Sé perfectamente que este bebé...-tocó mi vientre y me abrazó haciendo que mi espalda tocara su torso.-Es mío.-Susurró en mi oído.

-Ni si quiera yo lo sé Jason, me acosté con Nathaniel también, así que no te ilusiones como padre.-Me encogí de hombre sabiendo que lo molestaba y contuve las ganas de llorar al pensar en Nate.

-Ese poco hombre no es el padre.-Habló firmemente.-Además ya está muerto.

-No lo tendré Jason, no puedo.-Sostuvo fuertemente mi brazo y me empujó contra la pared.

-¡Esto no era parte del jodido plan!-Gritó y fruncí el ceño, de repente parecía tan tranquilo y luego hablaba de estupido plan y explotaba.

-¿Que mierda estás diciendo? ¿De qué jodido plan hablas?-Noté como se puso tenso y algo no me gustó. Se quedó callado y pasó la mano por su cabello.-¿¡Tenías planeada toda esta mierda!?-Grité histéricamente.

-Olvídalo.-Estaba a punto de salir del cuarto pero lo sostuve del brazo para detenerlo.

-Dime de qué plan hablas Jason.-Lo observé directamente a los ojos pero esquivó mi mirada.

-Tendrás a mi hijo, me importa una mierda si quieres o no.-Se soltó de mi agarre y salió de la habitación, así que comencé a seguirlo.

-No tendré a un niño producto de una violación, ¡Maldito imbecil!-Se detuvo en seco y volteó para observarme, sus dientes estaban apretados y sus nudillos se habían tornado blancos por la presión que estaba ejerciendo.

-¡Parecías disfrutar mientras te follaba, maldita zorra! ¡No me vengas con que te violé! -Su grito retumbó por toda la casa y escuché pasos subiendo las escaleras.

-Hombre, ¿Qué pasa?-Dijo Mike quien venía con otros hombres detrás y Jason siguió con su vomito verbal.

-¡Tendrás a ese niño y mi plan seguirá como desde el primer día en que te vi! ¡Eres mía y puedo hacer contigo lo que quiera!-Silencio inundó la casa y fue la voz de Mike la que interrumpió de nuevo.

-Jason, cálmate.-Le dijo, pero este parecía estar a punto de estallar.

-Pensaste que era una prostituta.-Dije con un nudo en la garganta.-¿Haces planes con todas las mujeres con las que te acuestas?-Reí secamente.

-Tú no sabes nada.-Dijo por último y bajó las escaleras, todos se abrieron paso mientras el silencio reinaba el lugar.

-Será mejor que comas algo Dulce.-Dijo Mike fríamente y asentí.

Todos bajaron las escaleras y fui tras de ellos, comí un poco de comida china y soporté las miradas acusadoras de todos los hombres en la casa, me hacían sentir culpable de haber arruinado un plan que ni siquiera sabía de qué trataba.

Subí las escaleras intentando evitar a cualquier persona y agradecí mentalmente al escucharlos gritar por un partido de fútbol, estaban suficientemente distraídos como para ignorar mi presencia.

Me dirigí hacia la habitación que ahora se suponía era mía, pero antes de entrar, una puerta entreabierta llamó mi atención.

"No lo hagas." Susurró mi mente pero ignoré toda señal de alarma.

Caminé hacia la última habitación del pasillo y la abrí completamente, las paredes eran blancas y la colcha que cubría la enorme cama era de color azul, igual que la habitación de Jason en la otra casa.

"Nunca entres a mi habitación." Recordé una de las reglas y como si quisiera que me mataran, entré impulsivamente.

Comencé a buscar en los cajones un arma, llaves de algún auto o cualquier cosa que pudiera ayudarme a escapar pero no encontré nada, me dirigí al armario y observé una caja en la parte superior, seguramente tendría algo que pudiera ayudarme.

Me estiré lo más que pude y agradecí ser lo suficientemente alta para alcanzarla, escuché la puerta abrirse fuertemente y empujé en un descuido la caja, observé a Jason totalmente furioso observándome y el contenido de la caja totalmente esparcido en el suelo.

Me quedé petrificada al observar lo que esa pequeña caja contenía... eran fotos mías.

Y no sólo eran actuales, parecían ser de hace mucho tiempo, había decenas de ellas junto a otros papeles y muchas notas.

-¿Realmente todo lo tenías planeado?-Dije mientras el temor recorría completamente mi cuerpo, no podía dejar de observar las fotos.

-Arruinaste el plan.-Susurró.-No debíamos conocernos hasta que tuvieras 21.-Era demasiada información para procesar, no podía creer lo que me estaba diciendo.

Se acercó hacia mí y quedando solo a unos centímetros de distancia siguió hablando.

-No debías enterarte de esto.-Gimió en signo de frustración y golpeó la pared tras de mí.-Corriste a mis brazos antes de tiempo.

-¿No nos conocimos hace 2 meses, cierto?-Susurré y negó con la cabeza.-¿Hace cuánto sabes de mí?-Un nudo se formó en mi estómago.

-Desde que tenías 13.-Dijo por último y me abrazó.

Todo estaba cada vez más confuso y lo único que quería era que esto fuera un sueño, un amargo y extraño sueño.

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Buena noticia, ¡Ya salí de la escuela! La mala es que no tengo Internet, les estoy publicando esto con datos, ámenme.

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