Or nah ➳ Jason McCann || +18

22. Because I can

Quería advertir a Nate de alguna manera, él estaba en peligro y todo por mi culpa, me sentía como un iman de mala suerte, todas las personas que me querían terminaban afectadas de alguna manera por mis decisiones.

-No le hagas daño, por favor.-Le dije con los ojos llorosos a Jason.

-No puedes darme nada a cambio.-Una sonrisa arrogante iluminó su rostro.-Lo haré solo por el placer de matarlo.

Se escucharon aún más disparos y sentí como si el corazón se fuera a salir de mi pecho, maldito el día en que Jason McCann se cruzó en mi camino.

-Te doy a cambio lo que quieras, pero déjalo vivir, deja a mis amigos y a mi familia en paz.-Sollocé y enarcó una ceja.

-Eres un bonito saco de semen.-Pasó su mano por mi mejilla y me estremecí, su tacto era duro y provocaba electricidad en todo mi cuerpo.

Escuché que abrieron fuertemente una puerta y corrí, dos hombres cargaban a Nate de un brazo cada uno y él apenas podía sostener su propio cuerpo.

Estaba muy herido, sangre recorría su rostro y ensuciaba su ropa completamente la cual estaba un poco rasgada, su cabello estaba totalmente desordenado y sus nudillos sangraban de igual manera, seguramente por intentar defenderse.

Me quedé en shock al verlo y solo pude arrodillarme frente a él, todo era mi jodida culpa.

-Dulce...-Dijo roncamente mientras intentaba levantarse, pero uno de los hombres golpeó su espalda y cedió de nuevo.

Toqué su mejilla y lo abracé, las lágrimas se combinaban con la sangre que se encontraba en su ropa y un escalofrío recorría mi cuerpo.

-Perdóname.-Le susurré.

-¡Basta de cursilerías!-Gritó Jason y lo observé con desprecio.

-¿No aceptarás mi trato?-Le dije mientras seguía de rodillas junto a Nate.

McCann le hizo una seña a los guardias y éstos salieron, dejándonos a los tres totalmente solos.

-No harás ningún trato con éste criminal.-Dijo Nate y se levantó, apenas y podía sostenerse pero su orgullo podía más que todo esto.

-Ven aquí Dulce.-Jason habló con autoridad y obedecí.

-No...-Intentó detenerme Nate pero fue imposible.

Caminé hacía McCann y bajé la mirada.

-Por favor.-Le supliqué mientras las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas.-Te lo ruego Jason, no lo lastimes, haré lo que me pidas.

Pasaron unos segundos y el ambiente se puso aún más tenso, la mirada de McCann era indescifrable, Nate tan solo intentaba mantenerse en pie y yo me sentía cada vez peor, física y psicológicamente.

-Eres mía, si lo dejo vivir o lo mato.-Se encogió de hombros y sacó el arma de la parte trasera de su pantalón.

Todo pasó tan rápido... Quitó el seguro del arma, sonrío y le disparó directo en el pecho a Nathaniel, dos veces.

Corrí hacía él queriendo despertar de esta pesadilla, el estruendo del arma aún retumbaba en mi cabeza y mis manos temblaban violentamente, lo observé tendido en el piso completamente pálido y con los ojos abiertos pero inexpresivos... Jamás había visto a nadie morir frente a mis ojos y menos por mi culpa, era una sensación horrible... indescriptible, quería llorar, gritar y salir corriendo, pero tan solo estaba inmóvil llorando frente al cuerpo inerte que se encontraba ahí por mi culpa.

Sentí una mano recargada en mi hombro y voltee para observar a Jason parado a mi lado, sin una pizca de emoción y observando su teléfono.

-Te tengo una sorpresa más...-Se arrodilló a mi lado y puso el teléfono en mis manos, no hice más que sostenerlo con el pulso tembloroso y observé la pantalla, era una llamada de FaceTime.

-¿Qué es esto?-Sollocé y sorbí mi nariz.

La pantalla que antes se encontraba totalmente obscura, se iluminó y observé a alguien en una silla con la cabeza completamente cubierta, pero pude identificar algo... el uniforme de mi escuela.

Melissa.

-¿Qué? La habías dejado ir, ella no tiene nada que ver, no hagas esto, por favor, no...-Dije histéricamente, aventé el teléfono y comencé a golpear el pecho de Jason.

-Calma, calma, falta lo mejor.-Sonrío y me sostuvo las manos.-Tranquilízate.-Susurró en mi oído y me soltó, tomó el teléfono y de nuevo me lo entregó.

No quería tomarlo, una parte de mí sabía lo que estaba a punto de pasar y no quería presenciarlo, tan solo imaginarlo me hacía mal.

-Tómalo.-Sostuvo el arma justamente detrás de mí espalda y sentí una sensación demasiado extraña recorrer mi cuerpo, algo que nunca antes me había pasado... eran tantas emociones encontradas que no sabía a cuál prestarle atención.

Tomé el teléfono y ahora había dos hombres detrás de la silla, descubrieron el rostro de la persona que estaba en la silla y tenía razón... Melissa estaba sentada ahí, amordazada e intentando moverse inútilmente.

-Ahora.-Dijo Jason a través de un Walkie Talkie y un hombre apuntó a la cabeza de mi mejor amiga.

-¡No! ¡Por favor!-Grité y McCann colocó el arma en el suelo para poder sostenerme de los brazos y no pudiera dejar el teléfono, cerré los ojos pero no sirvió de nada... se escuchó un solo disparo y supe lo que había pasado.

-Abre los ojos, pequeña.-Susurró en mi oído y me negué, pero sostuvo el arma justo en mis sienes e impulsivamente obedecí... En ese momento supe que la imagen que estaba frente a mí, se quedaría grabada en mi mente por el resto de mi vida.

Mi mejor amiga yacía en la silla, totalmente inmóvil y con sangre cayendo de la frente, lloré aún más y me dejé caer completamente en los brazos de Jason, no tenía fuerzas para hacer o decir nada, tan solo lloraba y gritaba como si no pudiera contenerlo.

-Jamás me condiciones.-Me dijo Jason.-Yo no hago tratos, a mí solo debes obedecerme.-Me cargó en sus brazos y salimos por la puerta principal, las lágrimas aún caían por mis mejillas y mi garganta se había quedado seca por tanto gritar.

Observé cuerpos tendidos en el
pavimento y a muchos hombres que en cuanto vieron a Jason agacharon la cabeza.

-¿Por qué haces esto?-Le susurré a Jason.

-Porque puedo.-Sonrío y me arrojó en la parte trasera de un auto.

Sabía que me haría la vida imposible y no podría hacer nada por evitarlo.

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¿Qué les ha parecido? Espero y las haya perturbado bastante ahr

¡Gracias por las 37k leídas! 280 votos y 200 comentarios para el siguiente capítulo, all the love xx