Capítulo 3

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Clarke POV

Tenía la vena de la frente a punto de explotar por culpa de las puyas de Lexa y las manos fisgonas de Raven, que no dejaban de buscar mi frente.

- ¡Mira, mira! Si hasta palpita - exclamaba fascinada tocando la jodida vena. Le aparté la mano de un manotazo y la amenacé con tirarla del barranco si no dejaba de hacerlo. Ella resopló -. Qué aburrida, ni que te estuviera metiendo mano.

- A lo mejor ese es el problema - volvía la arrogante a la carga.

Pasé de ambas y decidí caminar al lado de Costia para molestar a Lexa, quien me miró como diciendo "Tú y tu vena palpitante molestáis". Le hice una mueca y comencé a hablar con Costia de cualquier cosa de la que Lexa no tuviera ni idea, sólo para hacerla sentir incómoda. Ella enseguida se puso al lado de Raven en el sendero hacia el barranco.
Iban hablando en voz baja, así que supuse que me estaban criticando, sobretodo cuando Lexa me señaló con la cabeza sin cortarse un pelo. Busqué entre el camino una piña o una piedra grande para tirarle a la cabeza, pero para mi desgracia las iba cogiendo todas Raven para hacer una competición al llegar arriba y ver quién lanzaba más lejos.

- Lo siento - Costia interrumpió mis pensamientos, y yo la miré confusa -. Sé que estás incómoda, no sé qué le pasa a Lexa contigo. Me dijo que le caías bien. Pensé que le gustabas, pero me aseguró que no.

- ¿Habéis hablado de eso? - me espanté -. Costia, no te ofendas, pero ni tu amiga me interesa en lo más mínimo ni yo a ella. Le gustas tú, ¿no ves cómo te mira o cómo me mira si me meto entre las dos? Parece que va a morderme.

Ella pareció dudar mirando a Lexa antes de bajar el tono y confesarme:
- Le caes bien, pero creo que está celosa de ti.

Pestañeé. Eso no era posible.

- ¿Cómo?

- Les suelo hablar de vosotras - explicó -. Sabe que eres bisexual. Una vez me preguntó si tenía algo contigo.

Pude reírme de lo absurdo que sonaba, pero es que era tan absurdo que ni me hizo gracia. Lexa era tonta. Tonta y arrogante. De todas maneras me enfadé y quise ir a dejarle claro que tenía vía libre con Costia, al menos cuando ésta dejara de estar ciega.

- ¿No te gusta Lexa? - pregunté sin poder evitarlo.

Ella lo pensó, tanto que supe que no estaba enamorada. Lexa habría contestado inmediatamente.

- Lexa es muy guapa, y un cielo conmigo - respondió insegura de sus palabras -. Me gusta, sí, pero no estoy enamorada. Lo que tuvimos fue casi por accidente. Íbamos borrachas. No quiero hacerle daño. Ella dice que me quiere, pero espero que se le pase con el tiempo. No quiero arriesgar una amistad de años por algo de lo que no estoy segura.

La miré tristemente. Sabía cuánto se llegaba a agobiar Costia en situaciones demasiado sentimentales. Ella no había tenido ninguna relación seria esperando a la persona adecuada. No le gustaba perder el tiempo, decía. Pero, aunque por una parte me parecía bien, por otra no; estaba segura de que, incluso con la persona adecuada, Costia vacilaría en la relación.

Pasé una mano por su hombro.
- No te preocupes - la animé -. Esas cosas pasan, no puedes buscarlas o evitarlas. Haz lo que sientas. Sea lo que sea, ella lo entenderá.

Casi sentí pena por Lexa. Llevaba años esperando que su mejor amiga se fijara en ella de la manera en que ella lo hacía. Tenía curiosidad por saber si estaba rendida con ese tema y sólo era territorial con Costia o si todavía intentaba camelarla cuando estaban a solas.
Si algún día dejaba de ser tan estúpida se lo preguntaría.

De todas maneras, quitando lo burra que era conmigo, sentía cierta envidia de Costia. La manera en la que Lexa la miraba es la forma en que todos queremos que nuestra alma gemela nos mire. Y estaba el hecho de que era muy atractiva cuando no me ponía muecas raras. Conmigo era Lexa la arrogante y con Costia la Lexa dulce. Pero por mucho que se burlara de mí la compadecía; no hay nada peor que un amor no correspondido, y menos para alguien de corazón romántico pasteloso como el mío. Me esforzaba por ocultarlo: los corazones que más sienten son los que más sufren. Quizás por eso Lexa era una chula con todos menos con Costia. La quería tanto que sólo dejaría que ella le hiciera daño.

Sonríe (Clexa)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt