Capítulo 20

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Lexa POV

Lo primero que hice fue no precipitarme, porque llevaba meses pensando en el día en el que pudiera hacer con Clarke todo lo que había imaginado, pero no todo podía ocurrir de golpe.
Ser cauteloso no es lo más fácil, pero sí lo más inteligente. Por otro lado, había comprobado que hacer lo más inteligente nunca fue mi especialidad.

Tenía poco tiempo, pero debía jugar bien mis cartas.

Dejé pasar dos días que le dediqué a Gus mientras estaba ingresado. Luego, en vez de llamar a Clarke, llamé a Raven. Ella conocía mejor que yo a Clarke, a pesar de que estaba un poco loca, pero yo también lo estaba. Quise pensar que dos mentes locas hacían una sana, y no una el doble de enferma. Tipo matemáticas, donde menos por menos es más.
Aun así, las matemáticas se me daban faltal.

Honestamente, muchas cosas se me daban fatal. Modestamente, ser increíble no era una de ellas. El sexo y pasar del límite de velocidad con la moto tampoco se me daban mal, desde luego.

Raven me miraba seria mientras bebía y comía como si fuera una persona a dieta a quien le ponen un chuletón delante, pero ella no estaba a dieta, y lo que comía eran simples cacahuetes. Estábamos en la cafetería que había frente al edificio de Clarke. Yo tomaba chocolate caliente y ella una cerveza. Tragué saliva cuando conté el cuarto minuto que ella llevaba mirándome sin decir nada.
Entonces se dignó a hablar tras mi discurso donde, básicamente, le suplicaba ayuda.

- Para que no haya malentendidos - se inclinó hacia delante con las manos cruzadas sobre la mesa -: debo advertirte desde ya que no pienso revolcarme contigo, Lexa. Eres muy guapa, casi tanto como yo, pero Clarke es mi amiga. Nunca cambiaría a la mejor amiga de mi vida por el mejor polvo de mi vida, ¿entiendes? Y teniendo en cuenta vuestra historia, podría ser incómodo.

Fruncí el ceño. "¿Pero qué dice esta mujer que come más cacahuetes que un elefante?"

- Eso te honra - dije asintiendo para contentarla.

Raven se estiró hacia atrás en su asiento, con una sonrisita ufana.

- Lo sé.

Suspiré negando con la cabeza.

- Raven, no tengo ningún tipo de interés en ti - aclaré alzando las manos -. No te veo como una chica a la que tirarme; te veo como la amiga de la chica a la que quiero tirarme.

- Qué romántica - se burló -. ¿No te suena de nada esa historia?

Mierda, claro que sí.

Me llevé las manos a la cabeza, frustrada. Lo último que necesitaba era discutir con Raven sobre aquello. Sabía que si había alguien que no me convenía tener en contra era Raven. Ella y Clarke iban unidas como siamesas inseparables. Si me enfrentaba a una, me enfrentaba a las dos. Pero Raven sería mucho peor enemiga que Clarke, incluso si ésta estaba en sus días de menstruación, en los que se ponía como una hidra, porque Raven nunca se detendría. Clarke podía llegar a ser condescendiente o decidir no rebajarse. Raven se rebajaría y me perseguiría hasta el fin del mundo para vengarse, especialmente si hería a Clarke de nuevo.

- Tranquila, Lexa. Estoy siendo contigo lo perra que, según el código de amigas, debo ser con quien ha hecho daño a mi amiga - hizo un gesto perezoso con la mano -. No eres la única que ha sufrido mi cólera. Al menos a ti no te he golpeado. Aún.

Alcé las cejas y no me molesté en ocultar mis sonrisa satisfactoria.

- ¿Golpeaste a Niylah?

Raven bufó, indignada.

- Claro que no; Niylah tenía un mosquito en su mejilla que quise matar, pero escapó antes de recibir el impacto. Lo recibió Niylah en su lugar. Fue un accidente, pero nadie me creyó - se lamentó como si realmente lo sintiese -. Total, que ella se tiró teatralmente al suelo.

Sonríe (Clexa)Where stories live. Discover now