Capítulo 16

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Lexa POV

No podría hacer acabado peor ni aunque lo hubiese querido.

¿La había cagado? Sí. ¿Me arrepentía? Sí. ¿Quería que Clarke me perdonase? Jodidamente sí. ¿Lo haría? No. Claro que no.
Yo había pisoteado su corazón roto. Lo peor de haberla herido era haberla herido cuando ella trataba de curar su dolor conmigo.

Habían pasado casi dos meses, y a mediados de octubre yo ya estaba asentada en mi nueva casa a las afueras de Arkadia. El barrio era tranquilo y pequeño, y me recordaba a Polis. Eso ayudó a que no me sintiera como un mapache en un zoo.

Costia y yo pasamos muchos días juntas hasta que me mudé, tratando de idear qué hacer o decir para que Clarke no siguiera enfadada. Ella logró hablar con Clarke dos veces, y aunque no fueron llamadas de mucha duración, al menos le cogía el teléfono. Supuse que Raven habría intervenido por ella. Por mí no.

Clarke me colgaba al momento. Yo trataba de no ofenderme y motivarme diciéndome que al menos me colgaba y no me dejaba con el móvil en la oreja esperando una contestación que no llegaría. Ella me colgaba porque estaba realmente enfadada. El enfado era un sentimiento, negativo pero real, y lo prefería a la indiferencia. Que Clarke se molestase en colgar para hacerme saber cuán enfadada estaba era señal de que aun sentía algo por mí.

Yo la conocía lo suficiente como para saber que ella necesitaba tiempo, y ella me conocía lo suficiente como para saber que yo era paciente. No me importaba llamarla cada día y que me colgase mientras esperaba que llegase el día en que dejase que al menos la llamada diese dos tonos.

Eso cambió cuando Costia me dijo, triste y dolida, que Raven mencionó muy por encima que Clarke se había visto varias veces con Niylah.

Yo estaba acostumbrada a los celos, pero no a querer arrancarle la cabeza a la persona de la que me celaba.

Estuve a punto de plantarme en su casa para pedirle algún tipo de explicación que no merecía, pero eso haría que Clarke se enfadase todavía más.
Debía dejarle su espacio y su tiempo, pero me costaba mucho. Nunca me importó esperar por Costia. Por Clarke sí, porque temía que a cada segundo dejase de amarme y me odiase un poco más por herirla con mi silencio.

Había jugado a dos bandas y sabía que estaba mal. Elegí a Costia por encima de Clarke innumerables veces, y ella continuaba esperando el día en que la escogiera a ella. Por desgracia, todo ocurrió tan rápido y fue tan confuso que no tuve tiempo para darme cuenta de que me equivocaba. Cuando lo comprendí, Clarke se alejaba en el coche de Bellamy.

Entendía que ella no me culpaba por algo que no era mi error, como que Costia estuviera enamorada de la chica con la que estuvo años y le hizo daño. Eso, en cualquier caso, era error de Costia, no mío. Si Clarke había cedido y hablado con Costia era porque comprendía que los sentimientos no se pueden detener. Que Costia se enamorase de Niylah no fue una elección. Callarse sí, y ese era su error.

El mío había sido permitir que Costia se callase algo que sabía que minaría la confianza de su amistad una vez se enterase, y todo por complacerla y apoyarla. Decidí que respetaría su decisión incluso si era la equivocada, sin importarme cómo se sentiría Clarke al saberlo, y al enterarse de que, mientras me acostaba con ella y ella se enamoraba de mí, yo me había callado y lavado las manos en algo en lo que debí intervenir por ambas. Quizás no. Quizás debería haberme apartado de ambas y no escoger a ninguna.
Cuando Clarke me confesó que le gustaba, fue como si partieran mi corazón en dos mitades y las colocaran en una balanza a ver cuál pesaba más.

Me decidí por Costia. Clarke me gustaba, me atraía, pero todo era físico y yo amaba a Costia. Mi corazón era suyo, y yo sólo podía darle a Clarke el resto de mi cuerpo que, debo decir, disfrutó bastante. Hasta que eso fue insuficiente. Vi que ella se enamoraba de mí y fui incapaz de apartarla o elegirla.

Sonríe (Clexa)Where stories live. Discover now