Siete Males [Saga Siete #2]

Emocionalmente vengativa

Capítulo 8

—¿Todos los demás están bien? —Pregunto Alyda.

—Los demás huyeron—Respondió Anthony—¿Estas bien?

Anthony se acercó a Alyda y se cercioro de que estuviera bien.

—Ahí viene alguien—Hablo Key. Todos miramos hacia atrás donde miraba Key. En mitad de la carretera la figura de Eileen se hizo presente, los que estaban sentados en el piso se levantaron para recibir a Eileen. Quien se veía en perfectas condiciones aparte de tener las medias rotas.

—¡Eileen! —Llamo Anthony. Eileen apresuro el paso y llego rápidamente hacia nosotros.

—¿Dónde está mi hermana? —Pregunto enseguida al llegar.

—Alexander se la ha llevado a un lugar más seguro—Respondió Derek—¿Y Elena?

—¿Elena?, ¿Qué paso con ella? —Pregunto Eileen extrañada.

—Creemos que se la han llevado—Respondió Mia.

—Aunque puede que no porque pensábamos lo mismo de ti y mírate aquí— comento Anthony.

Las llamas que consumían la casa se removieron por el viento y se alzaban cada vez más hasta que en el fuego empezó a parecer un rostro enorme, el fuego se calmó y el rostro fue más visible, era Elena.

—¿Se verá? —Pregunto ella

—¡Elena! —Exclamo Eileen

—Eileen, si siguen frente a la casa, huyan—Dijo Elena y su imagen en el fuego se dispersó hasta que la casa tuvo una pequeña explosión. Todos nos alejamos de la casa y echamos a correr al norte. Pronto no vimos siendo perseguidos por hombres sombra que salían del bosque.

Nos detuvimos por que Alyda había sido lanzada por uno de estos demonios incorpóreos. Eileen enseguida se devolvió a socorrerla, Derek corrió hacia uno de los demonios y fue como si en las manos de él se volviera corpóreo porque lo sujeto y este empezó a desprender una luz blanca por los supuestos ojos y entonces, exploto.

Derek se giró y tenía líneas negras descendiendo por sus brazos, por lo que sabía los Ángeles podían purificar un demonio y tragárselos pero hasta donde yo sé Derek no era un Ángel completo, él era mitad Arconte y mitad Ángel, lo hacía algo completamente nuevo, claro que el siempre negaba esto y decía que era un Ángel.

Key no se quedó atrás, con una pisada fuerte hizo que grietas se abrieran en el piso sonde estaba las sombras y empezaran a ser succionadas. Cuando nos vimos libres de sombras, subí a Alyda a mi espalda y empezamos a correr, el destino era llegar a una entrada de Stra hyacintho, la ciudad principal de los No-naturales.

La encontramos precisamente en la salida del pueblo, había una señal en blanco, esta era la entrada. Puse mi mano sobre esta y la señalización se convirtió pronto en una puerta blanca, la abrí y todos la atravesamos.

Estábamos en toda la mitad de la ciudad, la cual era una plaza enorme y tenía una enorme estatua de oro de una mujer, era la diosa arcaica Murai, diosa de lo no-natural.

—¡Increíble! —Exclamo Eileen.

—Debemos encontrar a Mysti—Hablo Mia. —Debemos separarnos, detrás de todo están los Ex­­-Delectis y esta es la ciudad donde viven la mayoría de ellos.

Key se llevó a Alyda, la persona más cercana a mí era Eileen así que no lo pensé y la tome de la muñeca para empezar a correr en otra dirección a los que los demás habían tomado.

Me detuve en un local de café cuando sentí la presencia de un Ex-Delecti. Puede que ya no sean Delectis pero siguen teniendo un leve rastro de un olor dulzón de manzana. Era un olor empalagoso. Eileen no tenía tal olor, ella olía a colonia barata de frutos rojos, además de jabón de granadilla. Tenía un olor normal que encontrarías en un humano.

—Quiero un pastelillo—Dijo Eileen dirigiéndose a la vitrina de pasteles.

—Pídelo—Hable. Ella pidió el pastelillo y se sentó en una mesa. Compre dos té y me senté con ella.

—Gracias, prometo devolverte el dinero por esto—Comento.

—No tengo necesidad de eso—Dije. Al parecer a ella no le agrado este comentario y me miro feo.

—Ya sé que tienes dinero, pero no quiero deberte nada a ti—Dijo en voz cortante.

Me quede callado definitivamente mi temperamento no era el mejor y si le decía algo grosero no mejoraría las cosas. Eileen termino de comer y se puso de pie saliendo de la tienda, Salí detrás de ella, caminando a una distancia prudente.

—No sé por qué te molesta que tenga dinero...—Hable cuando estuve caminando a su costado. Ella se detuvo y me volteo a ver.

—No me molesta que tengas dinero, me molesta que eres un idiota y me tratas como basura, yo no te he hecho nada malo ninguna vez y vas tu despreciándome por qué crees ser más que yo, puede que no tenga dinero, no pueda comprarme ropa nueva o al menos un teléfono pero al menos tengo algo que tú no tienes, tengo personalidad al contrario de ti que actúas como un malcriado solo porque una vez en tu mísera vida te ha tocado un desafío deberías estar agradecido de que tienes una madre que te ama y unos hermanos que darían la vida por ti , de que no has aguantado días de hambre...

Eileen no termino de hablar por que las lágrimas amenazaban con resbalarse de sus ojos. Ella echo a correr.

—¡Eileen! —La llame. La pude alcanzar ella no alzo la cabeza era obvio que estaba llorando y me sentía mal, atraje a la chica a mis brazos y la abrase, era el único abrazo que en verdad quería dar a alguien que no fuera mi madre. —Lo siento tanto, en verdad lo siento. Si pudiera hacer algo lo haría.

—¡¿En serio?! —Inquirió Eileen levantando la cabeza—Quiero que me des tus zapatos...

Eileen volvió a la normalidad, se limpió las lágrimas de sus mejillas y extendió la mano esperando mis zapatos

—¿Para que los quieres? —Pregunte.

—Eso no importa, tú dijiste que harías lo que yo quisiera, así que dámelos—Insistió Eileen. Como un bobo me los quite y se los di.

—Las medias—Dijo Eileen

—¿Qué?

—Lo que has oído—Dijo Eileen—También quiero tu chaqueta y tu camiseta, ah y tu sombrero.

Hice lo que dijo, hasta que llegue a la camisa.

—Agradece que no te pedí el pantalón porque sería indecente—Comento Eileen. Me quite la camisa.

—Gracias por tu colaboración—Dijo ella, tomando toda la ropa y caminando hacia un contenedor de basura donde la echo. Abrí la boca.

—¡¿Es enserio?! —Exclame.

—Sí y vamos que me duelen las piernas—Apresuro Eileen. 

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(Latín) Stra Hyacintho: Fases Azules.