Relaciones fallidas.

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Dejamos el hotel en la tarde en la que Eileen paso viendo películas viejas de terror, no fue nada agradable. Es muy chillona y no entiendo cómo le tiene miedo a una estúpida película cuando se codea con seres peores que fantasmas. En una de esas ocasiones de susto regó una soda por todo el sofá.

—¡Ups! —Se lamentó—Le pondremos una almohada encima y nada paso.

Rodé los ojos y le pedí dejar el hotel. Ya había comprado los boletos de avión para partir a Canadá donde según Eileen estaba Mysti que se tiraba del techo de la preocupación. Aterrizamos en Ottawa y dispusimos de un taxi para llegar a la casa. Le pague al hombre y nos bajamos del auto, Eileen parloteaba de que decir para que no se enteraran de lo que habíamos estado haciendo, simplemente la ignore y entre.

—¡Eileen! —Vocifero Brett—¡¿Qué diablos estabas pensando?!.

—Es un gusto verte a ti también, pulgoso. —Respondí pasando de seguido a un sillón. Intentaría irme directo a mi cuarto pero es más que seguro que no me dejarían.

—Ya déjalo, Brett—Soltó Eileen haciendo caso omiso a Brett, yendo a darle un breve saludo a su hermana para posteriormente sentarse en su regazo.

—Ahora, ¿quisieras decirnos donde estaban? —Inquirió Misty mirando directamente a Eileen. La Delecti inclino su cabeza hacia el lado derecho y sonrió de lado, este acto lo hacía cuando mentía.

—¿No puedo salir a divertirme con un amigo? —Pidio Eileen.

—¿A las 3 de la mañana? —Contraataco Misty.

—No sé si en tu tiempo existían las fiestas, y tal vez sea por eso que no los sabes, pero esa es la mejor hora para ir a una.

—Eileen, deja las faltas de respeto—La regaño Amara pellizcando a su hermana.

—No te preocupes Misty, no hay nada de lo cual preocuparse. —Se levantó Eileen desapareciendo por el pasillo que conducía a las escaleras. Pronto le seguí, claro, me dirigí a mi cuarto donde me encerré con seguro. Saque el espejo de uno de los bolsillos de mi abrigo y lo deje en el escritorio. E dispuse a darme un largo baño para cambiarme de ropa. Al estar cambiado tome el espejo y me mire. Mi reflejo no estaba, en el espejo un hombre rubio, de ojos azules y enorme sonrisa me devolvía la mirada. La envidia.

¡Hallo!

—¿Por qué apareces en el espejo? —Pregunte curioso.

Es un espejo hecho para albergar un pecado, el objeto solo funciona para estos.

—Extraño—Susurre. Escondí el espejo en el armario. No espero que nadie más en la casa podrían sentir la presencia del espejo, tal vez mi hermano pero él está muy distraído con Amara como para andar interrogándome. Podía controlar el pecado después de un poco de practica ya su voz no incumbía en mi día.

La semana paso de volada, semana que nos había dado Misty para adaptarnos. Alyda se había ido a vivir con sus padres a un apartamento al centro de la ciudad por petición de estos. Amara había estado buscando trabajo y misteriosamente lo había conseguido en la embajada italiana, le ayudo que ella es italiana y que mi hermano manipulo todo para que obtuviera el trabajo, obviamente Amara sospecho pero no menciono nada porque estaba muy feliz con su empleo. Eileen pasaba saliendo con Brett a hacer supuestas compras, sospechosamente siempre regresaban con las manos vacías. Derek se estaba dedicando a leer libros de Filosofía, con lo cual se quejaba de todo, Mia hasta le había pedido que dejara eso después de haberlo visto envuelto en un soliloquio por más de seis horas. Elena le había pedido clases de magia a Misty y practicaban de 7am a 7pm. Anthony pasaba metido en el gimnasio o corriendo por el vecindario con vecinas jóvenes cercanas a su edad, claro, Alyda no estuvo muy contenta cuando vio esto. Mia y yo pasábamos el tiempo en la piscina techada hablando de cosas sin sentido.

Todos estaba tranquilo excepto por los ataques de celos de Alyda a cada rato, lo cual no entiendo, ella vive al otro lado de la ciudad, ¿Cómo demonios hace para pasar todo el día metida aquí?.

—No lo comprendo, ¿Por qué tiene que coquetear con esas estúpidas? —Se lamentó Alyda. —¡¿Yo que?!.

—¿Tu qué? —Rodo los ojos Mia.

Alyda había interrumpido su discusión de economía. Ingresando a la piscina seguida de los demás que también aprovecharon y disfrutaron de la piscina.

—Yo...—Alyda se iba a quejar pero Mia la interrumpió encarándola.

—¡Tú nada!—Le grito Mia— él y tú no son absolutamente nada, ya deja tus absurdos celos que no te llevan a nada y madura.

La expresión de Alyda era la de una niña que había sido regañada. Ella salió de la piscina sin mirar a nadie y se fue corriendo. Mia tomo una respiración profunda y se hundió en el agua. Elena se fue tras Alyda. Derek había estado leyendo sentado en el borde de la piscina no se encontraba en este mundo por lo que probablemente no se enteró de nada y si lo hizo no le dio importancia alguna. Brett estaba con una expresión de falsa sorpresa, Eileen a su lado lo hundió y pronto estuvieron enfrascados en una pelea de agua muy salvaje que estaba por hacerme estallar de la ira.

—¡Ya dejen eso! —Vocifere. Mandando una ola gigante que los envolvió y los arrastro hasta sacarlos de la piscina. Mia me sonrió complicidad.

—Amigo, eso no estuvo bien—Se lamentó Brett acostado en el piso.

—Todo se veía tan azul—Exagero Eileen en las mismas condiciones de Brett—Fue hermoso, era como ver directo a los ojos de Justin Trudeau.

—¿Es en serio? —La miro Brett.

—¡¿Qué?! —Exclamo Eileen—Es un hombre apuesto.

—Tsk Tsk, Vamos, Eileen—La ayudo a levantarse y se dispusieron a dejar la habitación, sin soltarse las manos. Alce una ceja y gire a ver a Mia que estaba mirándome.

—¿Qué? —Inquirí. Mia negó con la cabeza y nado lejos. Me acerque a Derek para molestarlo un poco.

A la hora de la cena, el turno de cocinar era de Mia. Ahora que Amara estaba muy ocupada con su trabajo nos tocaba cocinar a nosotros, excepto a Derek porque casi incendia la cocina y Alyda por que no vive aquí. Elena estaba con Alyda en su apartamento y se quedaría allá para calmarla. Anthony que había salido con una amiga había acabado de llegar enseguida Eileen le contó lo sucedido con Alyda.

—Deberías hacer algo—Le insistió Eileen—Si no la quieres dejarle todo claro y dejar de estar ilusionándola, tu sabes perfectamente lo que ella siente por ti y hasta yo estoy harta de tus desplantes.

—No son desplantes—Discutió Anthony—Y no la ilusiono. Pero no creo que entre nosotros debería haber algo, estamos muy entrometidos en asuntos más serios como para entorpecer más las interacciones aceptando una relación amorosa entre nosotros. Les recomiendo lo mismo a ti y a Brett.

Anthony pasó de seguido a su habitación dejando a Eileen con la palabra en la boca. Mia soltó un 'Quemada' por lo bajo pero que aun así Eileen escucho y la volteo a ver tan mal que si su mirada fuera de láser, no existiera ni el sofá sobre el que esta Mia.

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Siete Males [Saga Siete #2]Where stories live. Discover now