Siete Males [Saga Siete #2]

De dudosos pensamientos

Nathaniel POV

Mia no estaba feliz.

Los acontecimientos que sucedieron en la piscina me hicieron creer que Mia estaría feliz, después de todo me puse de su lado, aunque fuera solo porque no supe que decir y reconozco que me bloquee un poco con las insinuaciones de Eileen. Mia estaba en un estado de ánimo indiferente y respondía con monosílabas.

—Mia, ¿Cuál es tu maldito problema? —Demande—No voy a seguir hablando contigo con esa actitud que tienes.

Me levante dispuesto a marcharme. Mia corrió rápidamente a detenerme, colocándose el chal de lana que había escogido para cubrirse.

Sonreí internamente.

—Está bien, no te vayas—Pidió Mia. —No estoy enojada contigo. Lo siento.

Alce una ceja, inquisitivamente. Mia estaba enojada con Eileen, como siempre. En serio esta chica se desvivirá por su ira hacia Eileen, en verdad que desagradable se vuelve la situación.

Pero Mia me dijo que lo sentía y siendo sincero nunca espere que dijera algo como eso, así que fue más de lo esperado. Mire a Mia a los ojos.

Mia tenía los ojos del mismo color de la piscina, ojos que no considere bonitos. Y realmente me sentí estúpido por ello, por que debería de haberlo hecho. La Ondina tenía cara de arrepentimiento, su labio superior tenia atrapado al superior y su ceño trataba de fruncirse.

—Bien—Accedí a quedarme. Regresamos a sentarnos a la mesa al lado de la piscina pero o logramos tomar asiento porque Amara interrumpió.

—Chicos, vamos a cenar—Informo Amara. La humana se veía apenada de por a ver interrumpido. Vestía formalmente, era obvio que acababa de llegar de su trabajo. Mia y yo caminamos hacia la salida.

—Por favor, dime que Mysti no cocino—Le susurre a Amara cuando pase a su lado. Amara camino a mi lado y me dedico una sonrisa nerviosa. Bufe.

—Oh vamos, no puede ser tan malo—Comento Amara. La mire mortificado, la humana se rio de mi cara y me palmeo la espalda. —No te preocupes, podemos pedir pizza por si algo.

Amara susurro lo último y me guiño un ojo con complicidad. Le sonreí agradecido. Amara me parecía una gran mujer y no quería que terminara con mi hermano porque lo conozco, sé que es un mujeriego y un desgraciado y además este caso me recordaba mucho al de mi madre con mi padre, una buena mujer y un mal hombre. Al llegar al comedor estaban todos acomodados. Elena le preguntaba a Derek como eran las cosas en el cielo, Derek le dijo que una de su especie nunca podría saber cómo era.

Ahí me entrometí.

—Elena no hables con ese idiota, mejor hablar conmigo—Dije sentándome a su otro lado. Elena me sonrió pero me pidió que no le dijera idiota a Derek. Rodé los ojos pero le comencé a hablar sobre cosas triviales.

Al otro lado de la mesa, Eileen tenía el mentón recargado en el dorso de su mano y veía la mesa fijamente mientras Brett la observaba atentamente. Alyda revisaba su teléfono, Anthony hablaba con su madre y Mia permaneció callada jugando con los utensilios.

—Ya que estamos todos, a comer—Sonrió Mysti. Todos empezaron a hacerlo sin muchas ganas. La comida en su mayoría sabía a carbón, hasta la ensalada. Escupí en una servilleta y la tire debajo de la mesa.

—Tengo algo que decir—Alzo la voz Brett —Bueno más bien tenemos algo que decir, Eileen y yo.

Eileen que había estado distraída jugando con la comida alzo la cabeza confundida y miro a Brett.

—¿Qué?

—Lo que vamos a decir—Le recordó Brett con una sonrisa tensa. Eileen abrió la boca con sorpresa y asintió.

—Ah, sí, eso—Dijo sin mucha convicción.

—Eileen y yo estamos en una relación—Revelo Brett. Lucia muy feliz o almenas eso creo. Elena los miro impresionado al igual que Amara.

—Ya lo sabía—Dijeron Mia, Anthony y Alyda. Los tres se vieron con desagrado y retiraron sus miradas.

—Lo sospechaba—Murmuro Mysti. Ella se llevó otro bocado de 'Pollo al carbon' a la boca y asintió varias veces sin razón alguna.

—¡Brett, si le llegas a hacer algo a mi hermana lo lamentares hasta después de muerto! —Exclamo Amara. La humana lo señalo con un cuchillo de mantequilla. Brett alzo las manos en señal de rendición.

—No le hare nada, no te preocupes—Prometió Brett. Eileen a su lado se llevaba su comida a la boca sin parpadear.

—Brett es un buen chico, no hay de qué preocuparse Amara—Comento Mysti —En toda su vida solo le conocí una novia y para tener quinientos años es técnicamente un santo.

Eileen miro a Mysti como si esta fuera cometido un error y Brett borro su sonrisa y se dedicó de llano a su comida. El ambiente en la mesa era tenso y cuando todos terminaron se retiraron a vomitar o al menos eso me imagino porque con semejante bazofia que nos tragamos que se puede esperar. Amara se quedó para hablar con Brett y Eileen.

Me encontré con Mia en el jardín posterior. Esta estaba comiendo un pedazo de pastel de limón que estaba en la nevera. Me senté a su lado en el sofá colgante y me dedique a mirar las luciérnagas.

—Me alegro por el noviazgo de esos dos—Murmuro Mia. La voltee a ver con una expresión que se podría traducir claramente como '¿Estás hablando malditamente en serio?.

—¿Por qué? —Inquirí. A mí no me ponía feliz y tampoco era algo porque me desviviría pero no me llegaba agradar.

—Me hace despejar algunas dudas—Comento Mia con una sonrisa divertida jugando en sus labios. La mira inquisitivo.

—¿A qué te refieres? —Pregunte. Mia me volteo a ver y se veía dudosa.

—Yo creí que tú le gustabas a Eileen—Susurro Mia—Y que a ti te gustaba Eileen.

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