Black Sea

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—Respira—Anuncio Rodio—Pero su pulso es muy débil, debemos llevarla por atención. Esto no es algo que alguno de nosotros pueda curar.

Mire a Nyo. Él se veía el más inestable como para quedarse, lo mejor era que se llevara a Elena y los dos recibieran ayuda médica.

—Nyo sal de aquí con Elena, ¿Eileen, como te comunicas con los guardias? —Indague. Eileen me miro apenada.

—No hay forma, lo siento. —Respondió Eileen. —Llévense a Elena, vayan a la puerta y disparan esta bengala para que les abran del otro lado.

Nyo y Rodio la miraron con inseguridad, ninguno de los dos se veía muy acorde a la idea de dejarla sola en este lugar. Aun así Rodio tomo el cuerpo de Elena con mucho cuidado y le echo un último vistazo a Eileen, miro a Nyo y por ultimo a mí, antes de tomar la bengala en manos de Eileen y perderse como un rayo. Nyo miro a Eileen una última vez y se fue intentando igualar la velocidad de Rodio. Eileen me miro esperando que también me fuera. Alce una ceja incrédulo.

—Ni creas que te voy a dejar sola—Dije. Eileen me miro, volvió su mirada al frente y suspiro.

—Gracias—Comento. Me encogí de hombros. —Y eres un idiota.

Eileen abandono el círculo, lo abandone igual. Muchos pasos, de personas marchando se empezó a escuchar, las ventanas de vidrio de algunas casas vibraban por la intensidad del sonido. Un ejército se acercaba, eran hombres a simple vista, con uniforme de militares de la guerra civil americana. Sus ojos estaba tapados por una capa de humo negro, pero ellos seguían avanzando como si vieran a la perfección. Eileen a mi lado dio un paso en dirección de los muertos marchantes, los veía analizándolos, no hizo más amago de moverse y los hombres se detuvieron. Un hombre se adelantó y dio paso al fuego, los hombre de la primera fila se afirmaron con una rodilla en el suelo para disparar. Las balas empezaron a acercarse con gran velocidad. Eileen levanto una mano y todas quedaron suspendidas.

Eileen me miro y me señalo que avanzáramos. Así lo hicimos, pasamos por los hombres estáticos y unos pasos más allá de ellos, escuche como las balas impactaban en la fachada de la casa de fondo. Eileen iba a mirar hacia atrás pero la detuve.

—No puedes mirar hacia atrás después de la aparición de una representación del mal, o te conviertes en arena. —Le dije. Ella asintió y siguió con su camino. Caminamos no menos de cinco minutos cuando el ambiente empezó a cambiar y a dejar frente a nosotros una extensión de agua turbia, el agua empezaba a chocar en mis tobillos, Eileen no lo dudo y se adentró.

—¡Eileen!,¡¿Estas loca?! —Demande. Me lance detrás de ella, de seguro esta agua estaba infestada de Sirenas o Espíritus, Ella seguía nadando, me fui por debajo del agua para avistar de que no haya nada cerca, cuando salí a la superficie Eileen no estaba, mire a mi alrededor, solo se veía agua, ya no había señal de que alguna vez haya existido una calle llena de casas idénticas, solo el extenso cuerpo acuático. Me sumergí nuevamente, divise algo más abajo y nade lo más rápido, Eileen pataleaba con una Sirena. Y en verdad que eran seres horribles, la boca más grande lo normal con colmillos por fuera, ojos achinados y negros en su totalidad, pieles que variaban entre el gris, el verde y el azul, garras en extremo largo y esas colas de pescado. Me acerque por detrás de la sirena y le puse las manos sobre los ojos, mis manos empezaron a calentarse, la sirena dejo ir a Eileen. La sirena chillo y la solté cuando sentí que la sangre de las quemaduras empezaba a ser presente. Lo más seguro es que quedo ciega. Me acerque a Eileen que empezaba a verse apurada por la falta de oxígeno. Lo peor es que la profundidad a la que estamos es demasiada como para subir a gran velocidad y que los pulmones de Eileen aguanten la presión.

Intente a hacer rápidas señales advirtiéndole lo que haría a continuación pero ella se veía cada vez más inconsciente. Me adelante y la bese, sentí a Eileen reaccionar. La Delecti entreabrió un poco la boca para que entrara el aire, cuando fue suficiente ella cerro la boca antes de que separar mi boca de la ella para que así no entrara el agua. Nadamos hacia arriba, cuando salimos Eileen tomo grandes bocados de aire y tosió.

—Le restregare esto a Mia—Comento Eileen con una sonrisa malévola. Rodé los ojos y seguí nadando.

—No vas a poder restregarle nada si no sales de aquí—Dije. Sonreí cuando Eileen me arrojo agua.

—No arruines mis ilusiones—Se quejó Eileen—Eres tan malo.

Me detuve y le lance más agua. La rubia falsa no se quedó atrás y también lo hizo. Perdimos un tiempo lanzándonos agua, riendo y haciéndonos amenazas falsas.

—Creo que es mejor continuar—Hable. Habíamos acabado con la respiración entrecortada y con el cabello hecho un desastre. Eileen trato de quitarse el cabello de la cara y asintió. Seguimos nadando hasta que sentí tocar tierra, no fue mucho hasta que estuvimos de nuevo en tierra y el agua a nuestros pies se desvanecía como si la marea bajara súbitamente.

El ambiente había cambiado a un bosque verde, el cielo estaba de un gris claro por lo que había suficiente luz para apreciar todo a nuestro alrededor con detalle. Algo se movio en uno de los árboles, seguido de otro moviente. Le dimos la vuelta a un árbol para alejarnos del sonido. Pero gigante y desagradable, surgió detrás de un árbol, un ciclope.

—No tenemos tiempo para esto, tenemos que llegar con el demonio—Susurre. —Dame tu arma, conviértela en una lanza.

El ciclope rugió y el horrible olor de carne podrida nos golpeó con una pared de ladrillos, el tomo el tronco de un árbol, lo arranco y pretendía golpearnos con él. Corrí con Eileen lejos del impacto del árbol, ella saco de su bota una daga de cristal y esta se fue convirtiendo en una lanza, cuando acabo me la pasó, la empuñe con fuerza y la lance directo para que atravesara el ojo del ciclope. El enorme cuerpo cayó al suelo con gran estruendo.

—Te llevare cargada, así podre correr más rápido. —Le indique a la Italiana. Me puse de cuclillas para que le fuera más fácil subir a mi espalda, cuando se acomodó, sujetándola de las piernas y ella sujetándose de mi cuello. Corrí. Lo más rápido que mi condición me permitía. El ambiente volvió a cambiar y cada vez se hacía más oscuro, más macabro, más escalofriante. Solté a Eileen cuando sentí algo dirigido hacia mí. Lo detuve con una mano. Mire mi mano de cerca para ver que era. Una granada del inframundo. Voltee para ver a Eileen pero ella no estaba, de nuevo. Esta vez no sentía su presencia. Era como si estuviera totalmente solo en la oscuridad.

—¡Eileen! —Llame. El lugar era en su totalidad oscuro, no había nada, no veía nada. La ansiedad en i pecho burbujeaba con bruces. Camine en varias direcciones desesperado, no veía nada. ¿Estaba ciego?, ¿Dónde estaba Eileen?, ¿Se la llevaron?, ¿Estaba bien?... ¿Me abandono?, las preguntas inundaron mi mente, unas más idiotas que otras, más lamentaras, me sentía desprotegido y débil. —¡EILEEN!

Encontré una ventana y me acerque lentamente, esta desprendía un color anaranjado. Mire por esta. Un océano de almas dentro de llamas, las llamas se arremolinaban y se movían con furia. Una estridente risa que se calo hasta mis huesos me heló la sangre y me tire hacia atrás. Era el infierno.

Me levante y corrí en dirección contraria sumiéndome en la oscuridad nuevamente, me di contra una pared, estaba encerrado, golpee la pared con desespero. Los pasos de unos zapatos pesados daban contra la madera del piso, no quise mirar atrás, así no sonaban los pasos de Eileen.

Siete Males [Saga Siete #2]Where stories live. Discover now