Mía

8»

Agarro mi vestido al bajar de la limusina que alquilaron mis amigos para el baile de graduación. Al fin ha llegado la noche. Mañana seré finalmente libre del instituto, no voy a tener que volver nunca más. Ahora sólo me esperan tres meses de descanso sin hacer absolutamente nada.

Sigo a Leslie, que va acompañada de su novio; a Madison con su pareja, Jake Smith; a Zoe, con Dan Davis y a otros de mis compañeros de instituto.

Entramos al salón donde se celebra el baile. Está decorado por columnas de globos de color negro y dorado brillantes junto a lámparas doradas que cuelgan del techo. Hay muchas mesas decoradas con los mismos colores, una barra para pedir bebidas y al fondo, la música.
Hay gente a la que no reconozco. Algunos son senior y otros junior invitados por éstos.

Bailan y beben divertidos. Mis amigas se van a la pista dejándome sola y me acerco a la barra. Me sirven algo con alcohol que no reconozco y me siento mirando a la gente.

Se supone que este es el baile más importante de todos, que aquí la gente se lo pasa bien, que tienen pareja y beben y bailan sin parar.
Han pasado unos minutos y yo ya me aburro. Sabía que sería aburrido, pero no tanto. Es peor aún al no tener compañía.

Algunos chicos de mi clase me pidieron que fuese su pareja, pero siempre he dicho que iría sola y aquí estoy. A mi madre le molestó bastante mi decisión pero no le quedó otro remedio que aceptarla, piensa que no debería desaprovechar este baile. Se lleva celebrando muchísimos años y esta noche es en la que mis padres empezaron a salir hace bastante tiempo.
Saco mi móvil de mi bolso de mano y empiezo a jugar a alguna tontería para matar el tiempo. Desvío la mirada de la pantalla a un chico que se sienta a mi lado y bufo cuando pierdo la partida.

-Parece que estás aún más aburrida que yo -asiento guardando mi móvil de nuevo y cruzo las piernas mirándole.

-Eso seguro. Esto es horrible -suspiro mirándole y él suelta una pequeña carcajada.

-¿No tienes pareja? -niego muchas veces y doy un trago a mi bebida-. Yo tampoco. Ayer por la noche me enteré de que mi novia me ponía los cuernos.

-Vaya zorra. Lo siento por ti -hace un gesto con la mano restándole importancia y después me la tiende.

-¿Quieres bailar? Al menos así nos aburriremos juntos -hago una mueca-. ¿No sabes bailar?

-No, bailar no es lo mío -me encojo de hombros como disculpa y mi tono de llamada empieza a sonar en mitad del baile-. Voy a salir un momento.

Asiente y se gira para pedir una bebida. Salgo del salón con mi vaso en la mano y el teléfono en la otra. Sonrío al ver que el nombre de Dean aparece en la pantalla.

-¿Has encontrado algo que hacer o te estás aburriendo? -sonrío más y me siento en la acera viendo la gente que se hace fotos en el arco de flores. Él sabe que no tengo pareja y que seguramente mis amigas me dejarían de lado. Se burló de mí diciendo que nadie querría ir al baile conmigo y acabó en el suelo de un empujón.

-Me aburro muchísimo, necesito tu ayuda -suspiro desviando la mirada al cielo.

-¿Quieres que vaya a buscarte? Estoy con algunos amigos pero no creo que les importe que me vaya -río junto a él y asiento aunque él no pueda verme.

-Sí, por favor. Me moriría si tuviese que pasar más rato aquí -ríe de nuevo y cuelgo la llamada cuando nos despedimos. No tardará mucho en venir a buscarme.

Sigo jugando al juego de antes durante unos minutos y alzo la mirada al escuchar cómo un coche -el coche de Dean- frena delante mío. Le sonrío a través de la ventanilla y me levanto. Sacudo la tela de mi vestido y rodeo el vehículo para subirme a su lado.