Mía

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Me siento apenada por haber vuelto, pero también me alegro porque así podré ver a las chicas, a los chicos y a mi familia. Compramos muchísimos regalos de recuerdo. Ha sido un viaje inolvidable, una de las mejores experiencias de mi vida sin duda. Me ha encantado pasar este tiempo con Dean a solas sin interrupciones ni preocupaciones. Solo él, París y yo. Visitamos todo lo que nos fue posible y disfrutamos al máximo. No puedo esperar para volver a repetir algo así.

Bajamos de su coche cogidos de la mano cuando aparca frente a su casa. Llama al timbre y espera impaciente. Su madre le espera después de estos días aunque no está muy emocionado por verla.

Sin embargo, no nos encontramos con su cabello rubio y sus ropas elegantes. Nos encontramos con una chica de pelo color azabache, piel clara y ojos miel. Su piel es joven y su vestimenta moderna y veraniega.

Sin perder el tiempo, se lanza a los brazos de Dean sonriendo de oreja a oreja. La expresión de mi novio se vuelve indescriptible. Sonríe con sorpresa y suelta mi mano para rodear su cuerpo con sus brazos, como hace ella con sus piernas. Me quedo al lado incómoda y sin saber muy bien qué está pasando. ¿Quién es ella y por qué parecen tan contentos por verse?

-¡Dean! Dios, te he echado tanto de menos -los dos sonríen sin parar y cuando la deja en el suelo, vuelve a abrazarla. Se separan después de unos segundos y yo sigo más confundida que antes. Parece que he desaparecido para ambos.

-¿Qué haces aquí? No sabía nada de que ibas a venir -Dean ríe negando con la cabeza y ella chasquea la lengua.

-Era una sorpresa, vine de visita y tu madre me dijo que podía quedarme en vuestra casa -mi suegra se asoma por la puerta repeinada, sin un solo pelo fuera de ese moño estirado. Me sonríe con falsedad y frunzo el ceño sintiendo que sobro en todo esto.

-¿Y ella... Quién es? -me señala susurrando por lo bajo y parece que al fin mi novio se da cuenta de mi existencia. De nuevo.

-Oh. Ella es mi novia, Sophia -sonrío intimidada por su belleza. Es increíblemente guapa y aun con ropa holgada se nota su figura esbelta. Me da dos besos como saludo y se los devuelvo con educación aunque los celos me coman por dentro.

-Encantada, yo soy Hannah, la mejor amiga de Dean -dice cuidadosa y mira de reojo a mi novio-. Espera. Todavía soy tu mejor amiga, ¿no? -él asiente. Se le ve muy feliz.

-¿Ah, sí? Nunca me habló de ti.

-No importa -sonríe-. Es normal que no te haya hablado de su primer amor, no querrá ponerte celosa o hacerte sentir mal, ¿verdad, Dean?

-Hannah... -entrecierra los ojos en su dirección y me encojo en mi sitio sintiéndome más pequeña.

-¿Por qué no pasáis? Debes de estar muy cansado por el viaje -su madre habla desde la puerta-. Tú no, Sophia. Lo siento, pero no sabía que ibas a venir, si no habría preparado comida de más -sonríe haciendo que se formen unas arrugas a los lados de su boca.

Dean me mira con tristeza y lleva una mano a mi cintura. Hace una pequeña mueca al ver mi expresión.

-Lo siento, cielo. Te quiero, ya nos veremos -deja un beso en mis labios y se adentra en la casa con la arpía agarrada de su brazo.

Parpadeo un par de veces mirando a la dirección por la que han desaparecido. No me lo puedo creer. Dean me ha dado el plantón por esa zorra, así sin más. No sé quién es ella, no sé qué hace aquí, no sé qué relación tienen pero sí sé que he pasado al último plano para él.

Bufo y empiezo a andar en dirección a mi casa, me queda a unos quince minutos si me doy prisa. Todas mis cosas están en el maletero de su coche. Parecía que todo careciese de importancia para él cuando se trata de su amiga. Su primer amor ha dicho. ¿Su primera novia, su primera vez, su primera vez enamorado? Y son mejores amigos. Y es preciosa. Y me ha dejado de lado por ella. Esto no pinta bien. Nada bien.