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(Si alguien sabe poner gifs en multimedia, que me lo diga por favorrrr) ❤

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Maratón 2/2.

Estamos todos sentados en los sofás de la casa de Jacob. Hablamos, reímos, jugamos y vemos una película. Quedamos hace unos días en esto para cenar juntos y pasar la noche entre todos. Yo me encuentro recostada contra el respaldo, mis piernas sobre las de Ethan, y él acaricia mis muslos con sus dedos de arriba a abajo, inclinado hacia mí, susurrándome y suplicándome una y otra vez que subamos a una de las habitaciones.

Dice que solo quiere pasar un rato a solas conmigo, y no sé si me dice la verdad o si sus intenciones son otras, pero en los dos casos, me da igual. Porque me encanta, y estoy preparada para cualquier cosa.

-Venga... -hace un puchero contra mis labios y sonrío levemente. Ruedo los ojos y asiento.

-Está bieeeen, vamos -me levanto cogiendo su mano y él me sigue, sonriente.

-Si vais a follar o a hacer cosas de esas, hacedlo en la habitación de mi hermano. En la mía ni de coña, no quiero manchas extrañas en mis sábanas -Jacob lo dice con toda la tranquilidad del mundo y no parece que esté bromeando. Río sorprendida y tímida por sus palabras tan directas y Ethan pone los ojos en blanco.

Rodea mi cintura con sus brazos, y antes de desaparecer por las escaleras, veo cómo Dean nos mira atento. Aparto la mirada y me concentro en mi novio.

Nunca antes había estado en la casa de Jacob, pero él parece sabérsela bien, porque entramos en una de las habitaciones y cierra la puerta. El chico que aparece en las fotos colgadas de las paredes debe de ser su hermano, son parecidos, aunque mi amigo es más guapo y se le ve más fuerte.

Ethan se tumba en la cama, llevando sus brazos bajo su cabeza. Sonrío mirándole y me tumbo a su lado, pasando una de mis piernas sobre su abdomen. Él vuelve a acariciarla de arriba a abajo, esta vez por el interior, subiendo más que la otra vez. Me mira, sonríe y acaricia, también, mis labios. Los dibuja con sus dedos, suavemente. Yo los entreabro, y esa es la señal que tiene para besarme.

Su cabeza se inclina mientras sus labios besan los míos delicadamente. Poso mi mano en su nuca, acariciando, mientras el beso se intensifica. Sus manos suben hasta mi culo. Aprovecha para pegarme a él de forma brusca, mientras nuestras lenguas se enredan y juegan la una con la otra.

Mis dedos tiran de su pelo y rompo el beso. Nos miramos fijamente, nuestras respiraciones son agitadas y noto cómo el corazón se me va a salir del pecho. Su lengua recorre sus labios lentamente y no puedo evitar volver a besarle.

Esta vez es mucho más apasionado. Pega mi cuerpo al suyo con deseo, y yo, cegada por la pasión, me subo a horcajadas sobre sus caderas. Sus manos encuentran el borde de mi camiseta, y me la quita tirándola al suelo. Sus manos se cuelan por mis pantalones y dan un apretón, haciéndome soltar un pequeño jadeo. Le imito, quitándole la camiseta también, y vuelvo a besarle acariciando su pecho con mis manos.

Cada uno de los besos está lleno de deseo y ansia, sólo puedo pensar en el calor que emana y en el sabor de sus labios, que no sueltan los míos ni un segundo. Los muerde con delicadeza mientras sus manos siguen jugueteando.

Deja de besarme y empieza con mi cuello, su lengua roza mi piel y succiona con cuidado. Cierro los ojos, embriagándome con el placer. Inclino la cabeza haciéndole espacio y suelto un pequeño gemido. Noto lo excitado que está aun a través de la ropa, y mis manos bajan, buscando de una manera o de otra, la forma más rápida de desabrochar sus pantalones.

Sus dedos buscan el broche de mi sujetador, y sorprendida, miro hacia la puerta cuando se abre después de haber llamado a ésta. Reconozco a Dean apoyado en el marco, que ríe mirando a su mejor amigo cuando maldice y le insulta una y otra vez. Me levanto, tímida, y me rodeo el pecho con los brazos. Recojo mi camiseta del suelo y me la pongo, sonrojada.

Miro a Ethan, que se pone de pie y gesticula un "lo siento" con sus labios. Niego y paso por el lado de Dean. Busco el baño y cierro la puerta. Me miro al espejo, y me sorprendo al ver mis labios rojos e hinchados. Mi pelo está algo alborotado y una marca rojiza que pronto se volverá morada, está en mi cuello. Me peino con los dedos y me coloco bien la ropa. Me lavo la cara, intentando despejarme después de lo que acaba de pasar.

Ethan es muy diferente y hay una diferencia enorme de cómo me trataba Dylan a cómo me trata él. Con tan sólo unas cuantas caricias me vuelve loca.

Salgo del baño y bajo las escaleras. Entro a la cocina, la mesa ya está puesta y huele delicioso. Me fijo en Ethan. Él también tiene los labios rojos e hinchados. Ríe con los demás, y me siento al lado de Emma.

-Parece que lo pasásteis bien -ríe y yo niego rodando los ojos.

-No pasó nada, Dean nos interrumpió -me encojo de hombros y ella asiente.

-Lo sé. No íbamos a hacerlo, pero se empeñó en que bajáseis a cenar porque si no se os iba a enfriar la comida -ríe-. Una excusa muy mala. Obviamente está celoso.

-¿De verdad? -le miro sorprendida y ella asiente, sonriente.

-Le tienes loquito por ti, chica -me encojo de hombros y le miro. Debe de notar mi mirada, porque deja de hablar con los demás y me mira. Nos miramos durante unos segundos, y por un momento, parece que sonríe. Vuelve a hablar con los demás y mi amiga vuelve a llamar mi atención.

-¿Y esto? -aparta mi pelo, dejando ver la marca de mi piel.

-Mamá me matará si lo ve -me coloco bien los mechones de forma que lo tape y empiezo a comer con hambrienta.

-Buena suerte -ríe y come junto a mí.

Cuando terminamos de cenar, volvemos todos al salón y ponemos otra película. Me siento sobre Ethan, acurrucándome en su pecho, y él acaricia mi pelo con cariño.

Hablamos mediante susurros para no molestar a los demás. Jacob está tumbado, con Emma entre sus brazos. Últimamente parece que estos dos se traen algo entre ellos, y la verdad, hacen muy buena pareja. Los dos son geniales y encajan a la perfección. Ethan me contó que ya tuvieron algo hace un par de años, pero que nunca llegaron a salir.

Dean y Amy están callados mientras miran la pantalla.

Yo tengo los ojos cerrados, más dormida que despierta.

-Siento que Dean nos interrumpiese... -susurra contra mi cabeza, sin dejar de acariciar ni un solo segundo. Niego, quitándole importancia. No tengo energía ni para hablar-. Espero que podamos retomarlo algún día -noto cómo ríe porque su pecho se sacude, y yo me acurruco más contra él.

Asiento, pero yo sólo puedo pensar en Dean. Le echo de menos, y odio tenerle tan cerca y a la vez tan lejos.

N/A:

Pueeeees como ya dije en el anterior capítulo, este iba a ser un poco más subidito de tono, aunque lo normal jajaja. Espero que os haya gustado.

La pregunta de hoy: ¿habéis dado ya vuestro primer beso? Si no, ¿cómo os gustaría que fuese?

Yo sí, fue de noche, en el portal de una casa porque llovía, aunque fue un completo desastre.

Bueno, nos leemos el jueves. Besosssss.

MíaWhere stories live. Discover now