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-¿Por qué me obligáis a venir? ¡Yo estaba bien en casa! Me quedaba tan solo media temporada para acabar la serie. Podría haber visto todos los capítulos esta madrugada -bufo bajando del coche y tiro del diminuto vestido hacia las rodillas.

Lo habían elegido Amy y Emma. Tan solo es una tela lisa de color blanco que aumenta mis pechos al doble de su tamaño y marca mi culo como dos balones de fútbol. Bueno, no tan exagerado. Pero es demasiado para mí. Unos tacones blancos de la altura de rascacielos empiezan a machacarme los pies con tan solo llevarlos puestos.

-¡Por eso mismo! ¿Porque tu novio te ignore te vas a encerrar en tu habitación durante el resto de tu vida? -Emma le echa una mirada a Amy por su poco tacto y ésta rueda los ojos.

-Sí, exacto -bufo y camino hacia la puerta del club. Rebusco en mi bolso mi carné cuando el guardia me lo pide. Le sonrío irónica por mi humor de perros cuando me deja pasar y espero dentro a las chicas, que no tardan en unirse a mí.

-Venga, por Dios, vamos a tomar algo a ver si alegras esa cara -asiento y empiezo a hacerme hueco entre la gente para llegar a la barra. Pero antes de que la alcancemos, un grupo pequeño de gente para a mis amigas para saludarlas.

Dicen algo así de que no se ven hacía muchísimo tiempo y ni siquiera se han dado cuenta de que estoy ahí, así que hago una mueca y me voy a beber yo sola. ¿Por qué todo el mundo me da plantón?

Me siento en la barra presionando mi bolso contra mi regazo para no perderlo de vista y pido un cubata de vodka y limón. Sin duda mi favorito.

Doy un trago a la bebida y saco la cartera para pagar cuando siento el aliento mentolado de alguien chocar contra mi oído y mi cuello descubierto.

-¿Vodka? Esperaba más de ti -su voz es juguetona y divertida. Y sobre todo familiar. Se planta frente a mí y le pasa un billete al camarero indicando que él se ocupa de mi pedido-. Hola, ojitos -coge uno de los mechones de mi flequillo con sus dedos y lo enrosca dejándolo caer. Qué casualidad.

-Eh... Hola -río levemente algo sorprendida por encontrarme aquí con él.

-¿Estás aquí sola? -inclina la cabeza como un perro atento mirando a su dueño esperando a que tire la pelota.

-No, bueno... Estoy con mis amigas -las señalo y él mira en esa dirección. Chasquea la lengua al verlas bailando con otra gente y justo en este momento Amy se dirige hacia nosotros.

-¡Sophia! ¿Y este bombón? -sonríe agitada apoyándose en mí y mira a Matt fijamente.

-Él es Matt. Matt, ella es Amy -mi amiga se lanza a darle dos besos y él se los devuelve con gusto.

-Vaya, así que, ¿no les has hablado sobre mí? Pensaba que lo nuestro era algo serio -se lleva la mano al pecho poniendo cara de dolor y ruedo los ojos sonriendo divertida.

-Lo siento, pero es que tengo novio -sonrío sarcásticamente.

-Uhhhhh... Está bien, lo pillo -alza las manos en son de paz-. Pero te veo un poco aburrida. Esta fiesta es una mierda, llevo un rato aquí. ¿Por qué no te vienes a la de un amigo? Estaba a punto de irme -se encoje de hombros reclinándose sobre la barra.

-No sé... Acabo de llegar -miro a Amy y ella asiente efusivamente.

-Ve y pásalo bien -me baja del taburete en el que estaba sentada y me da en el culo con la mano abierta.

-¿Yo también puedo hacer eso? -me mira Matt fingiendo esperanza juguetón.

-De eso nada -niego y me bajo el vestido de nuevo. Hace un puchero-. He dicho que no.

MíaWhere stories live. Discover now