Capítulo 24

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Ya todo estaba listo con las chicas del equipo. Su plan, que tenía mucho tiempo en espera, por fin vería la luz. A pesar de ya conocer la historia, le pregunté a Bety de dónde salía esa desconocida fuerza maquiavélica. Ella se limitó a decirme que en algún momento se vio presionada a portarse como una mala persona. Y ciertamente hay contextos que te hacen actuar diferente y no necesariamente implica que seas malo o hipócrita. Simplemente te adaptas para sobrevivir, para defenderte o para defender a alguien que amas. Como lo que pasa conmigo y Ana. Así fue lo que pasó conmigo en Texas; como la "casi abeja reina" debía marcar límites y enfatizar mi jerarquía en la escuela pero nunca disfruté jodiendo la vida de la gente. Y no creo que alguna vez lo haga.

Ahora estando del lado de los indefensos entendí muchas cosas y podía ver una parte de mí en la imagen de lo que era Olivia. No era tan despreciable pero ciertamente no era muy querida por toda la comunidad estudiantil. Era temida y la gente no se acercaba a mí por miedo a ser mordidas o ser humilladas. No era yo la que decía o hacía cosas despreciables pero nunca detuve a las que lo hacía. Eso me convertía en horrible también. La gente tenía un deplorable concepto de mí e incluso si no fueran verdad sus conjeturas era lo que proyectaba. Bien dice Norma que debes andar en los zapatos de las personas para que puedas entenderlas y ésta situación que estoy viviendo definitivamente me hizo cambiar la manera de ver mi realidad.

Sin embargo, mi esencia sigue ahí; sigo siendo la misma Lara alocada que es muy imprudente y rara vez usa filtros antes de hablar. Sigo odiando que me digan qué hacer o como sentirme; odio que quieran controlar a una persona sólo porque no se guarda nada. Rara vez sufro de estrés y eso lo debo a que cuando algo no me agrada lo digo; cuando algo me enfurece exploto; cuando algo me hace feliz lo demuestro. Tan simple para algunos, tan complejo para otros. He aprendido que con cada experiencia la gente decide si mostrar o no sus emociones es algo de beneficio o es algo que los va a dañar. Hasta ahora no he tenido problemas... al menos no tantos.

¿Cuánto se puede crecer en un rincón olvidado de Dios? La respuesta es mucho. ¿Cuánto crees en el destino? Para eso todavía no tengo un respuesta en concreto pero sí sé que algo muy grande y maravilloso hizo que mi camino se cruzara con el de gente tan increíble como la que he encontrado aquí. En especial a una rubia que me tiene completamente enamorada. Siento que lo que estoy por hacer es una pequeña retribución, quizá no la más ortodoxa pero algo muy necesario.

Moría de ganas por saber que tenían preparado las chicas. No quisieron decirme ni una sola palabra del plan sólo me hicieron saber que el plan se llevaría a cabo después de salir de clases. Para este primer paso necesitábamos la luz del día. Pueden llamarnos montoneras pero desde un ángulo diferente puedo decir que la unión hace la fuerza y necesitaremos mucho de eso para terminar con el reinado del terror de la Bella y la Bestia.

Ana estuvo seria desde la mañana pero eso se incrementó después del receso; una parte de ella quiere verlos sufrir un poco. Una pequeña lección que les enseñe respetar, pero la otra parte la ocupa la novia preocupada que quiere evitar a toda costa que me gane un castigo o que me lastime más de lo que ya estoy.

La vi haciendo líneas en su libreta; no estaba poniendo atención a la clase, en absoluto. Tomé su libreta, le quité el lápiz y le hice una nota. ¿Qué pasa? Vio la nota y me quitó el lápiz. Estoy preocupada. Sonreí cuando me pasó de nuevo la libreta. Dejarías de ser tú si no lo hicieras. Nada pasará. Prometo cuidarme y no ser imprudente. Regresé la libreta y fue su turno de sonreír. Tomó unos segundos y me la regresó. Eso sí sería nuevo. Le di un codazo.

-¿Qué?- Susurró.

-Hazte la inocente.- Me sacó la lengua y regresó su vista al pizarrón. –Ni estás poniendo atención, tonta.-

La Hija del PastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora