Capítulo 34

117K 5.9K 10.6K
                                    

-Lo siento- se disculpó y casi por inercia comencé a reírme.

-¿Por qué te disculpas exactamente?, ¿por cuál de todas las razones que te estoy odiando debo tomar esa disculpa?- Bajé por completo de las escaleras y me paré frente a él. Papá era levemente más alto que yo y siempre se vio muy imponente hasta ahora.

-De verdad que lo siento.-

-Sí de verdad lo sintieras no me harías pasar por esto. Creí que comprendías lo mío con Ana. Eso es lo que más me duele papá, creí que estabas de mi lado- agachó la cabeza.

-Lo siento.-

-Yo también lo siento porque moría por quedarme allá con mi novia. Con la persona que amo.-

-No creas que esto me hace muy feliz pero...-

-¿Pero qué?, ¿es necesario?, ¿era el último recurso?, ¿no había más por hacer?- Se veía sorprendido porque nunca me había dirigido a él de esa manera.

-No sigas, hija.-

-¿Que no siga?, ¡¿qué no siga?! Creí que me amabas, papá, creí que yo te importaba lo suficiente pero me equivoqué. ¿Tienes una mínima idea de cuánto me duele esto? Son muchas cosas pero dos sobresalen, me arrancaste el corazón al alejarme de ella y lo destrozaste cuando me hicieron parte de un trato que me hace sentir como un juguete suyo. Perdón por no ser la hija que ustedes querían, perdón por todo lo que les hice pasar...-

-Cállate, Lara, cállate por favor- dijo con voz quebrada –no me digas nada más.-

-¿Por qué? Dime al menos por qué demonios estoy haciendo esto- negó.

-No puedo.-

-Sí puedes pero no quieres, hay una gran diferencia.-

-Estamos mal, he hecho malas inversiones y ha desaparecido dinero.-

-¿Y es mi culpa?-

-No, pero...- esto no llevaría a ningún puto lado.

-Deja la llave sobre la mesa, papá y no vuelvas más por aquí- no di pauta a más charla porque corrí de nuevo escaleras arriba a mi habitación.

No me lo podía creer, no podría creer que mi padre fuera parte de todo este circo y que hubiera accedido a usarme como moneda de cambio. Necesito saber el porqué de esto, así no puedo estar en paz. Necesito saber a qué me estoy enfrentando y cuáles son mis posibilidades para salir librada de esto. Entre más información tenga mejor, así podré manejar bien mis cartas. El teléfono comenzó a vibrar y de inmediato corrí a responderlo sin ver el número.

-¡Mi zorra favorita ha vuelto!-

-Hola, Regina- la abeja reina del colegio de alguna forma se enteró que estoy de vuelta.

-¿Cuándo me ibas a decir que estás saliendo otra vez con el chico de las nalgotas?-

-¿Cómo supiste?-

-Hay fotos de ustedes en el aeropuerto muy tomados de la mano. Están Facebook y en Twitter- esto era una mierda pero Kevin tenía razón, hay ojos por todos lados; quizá no sea tan malo después de todo –voy para tu apartamento.-

­-No. Kevin está aquí y tenemos cosas que hablar.-

-Claro, hablar. No olviden usar un condón mientras hablen- rodé los ojos.

-Bye, Regina- no esperé y colgué. Segundos después volvió a sonar el teléfono -¿qué mierda quieres?-

-Te llamo después mejor-

La Hija del PastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora