Capítulo 35

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-Lo voy a matar- Rick rápidamente me jaló del brazo evitando que siguiera avanzando. Poco me importó, me jalé de su agarré y caminé con paso rápido a donde el hombre estaba.

-No- dijo serio.

-Cállate- intenté zafarme pero esta vez me tomó fuertemente de ambos brazos.

-Te he dicho que no.-

-Si no me estás dejando ir es porque lo vas a ir a matar tú- volteé a verlo totalmente enojada.

-No podemos ser impulsivos, puede ser una simple coincidencia- negué.

-Tú no crees eso.-

-¿Crees que pueda ser el único con una corbata así aquí?- Me veía serio –contesta- guardé silencio.  –Dijiste que acatarías mis reglas. Este es un muy buen momento para obedecer.-

-No me quedaré de brazos cruzados.-

-Si es él y sospecha que estamos siguiendo su pista puede desaparecer y será peor. Lo haremos a mí manera, ¿entendido?- No respondí -¿entendido?- Preguntó de nuevo un poco más enérgico.

-Está bien- dije entre dientes.

-Y no seas condescendiente, Lara, es de vital importancia que esto se haga con suma delicadeza.-

-Está bien, está bien- vi como el hombre desapareció al doblar por el pasillo ignorando lo que pasaba a metros de él.

-¿Qué pasa?- Escuché la voz de mi padre detrás de mí.

-Nada. Rick, ¿me acompañas a mi auto?-

-Claro, señorita. Permiso, señor Orozco- ambos comenzamos a caminar.

-Lara- volteé -¿podemos hablar?-

-No hablo con extraños; eso me lo enseñó mi papá- no esperé respuesta e hice mi camino a los elevadores.

-Está sufriendo, ¿sabes?- El rubio se hizo escuchar en cuanto estuvimos solos en el elevador.

-Yo me la estoy pasando de maravilla-

-No lo justifico pero...-

-No lo hagas. No me des motivos para odiarte, Rick. La jodió monumentalmente y para su desgracia lo hizo en el momento en que por fin le di un poco de dirección a mi vida. Si lo hubiese hecho hace meses, lo hubiera aceptado sin rechistar. Hasta lo hubiera tomado como un tipo de broma pero esto y con ella allá simplemente no me hace su fan.-

-No hay coincidencias, Lara, quizá regresarte para atrapar a ese hijo de puta.-

-No así- negó.

-¿De qué otra forma? Si de por sí es difícil controlarte con ella aquí sería una locura. Ella es debilidad para ti y en un tema tan delicado sería una desventaja. Eres pieza clave de esto, Lara porque casi nadie sabe que te fuiste con Cardozo.-

-No soy buena fingiendo- sonrió.

-Lo has hecho bien todo este tiempo.-

-Quiero golpearte- rió.

-Sabes que no lo digo con la intención de herirte.-

-Lo hago por ella, porque entre menos problemas tenga más probabilidades de regresar a sus brazos.-

-¿Tanto te gusta?-

-Tanto la amo. No me importaría dejar todo atrás si al final me quedo con ella. No tienes idea de lo maravillosa que es.-

-Si te cautivó debe ser muy especial- me sonrió con ternura.

-Lo es.-

-¿No deberías esperar a tu novio?-

La Hija del PastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora