Capítulo 32

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Después de regresar de la casa de la profe Norma me eché a llorar toda la tarde. La madre de Lara fue muy tajante al decir que se la llevaba para casarla para que hiciera algo bueno por su familia. No sé cómo pude permanecer más tiempo ahí cuando la señora hablaba sin parar de lo buena que era la familia y de los beneficios que tendrían al casar a Lara.

Esto era como regresar en el tiempo cuando los padres decidían con quién casar a sus hijos de acuerdo a sus estatus sociales o a sus beneficios. Una parte de mí creía que esas cosas ya no existían más en el mundo pero estaba muy equivocada. Parece que seguimos estando en esa época y para mi desgracia la familia de mi novia tiene entre manos algo más para ella que lo que nosotras teníamos planeado para nosotras mismas.

No puedo ni comenzar a imaginar mi vida sin Lara, es inconcebible para mí no tenerla a mi lado. Ella es fundamental para mí, en muchos aspectos, ella es mi vida, es mi ángel... ella lo es todo para mí. Y saber que me la quieren quitar fue lo que acabó conmigo. Sé que Dios tiene un motivo pero no lo quiero ver, no quiero saber de ese motivo, sólo la quiero a ella conmigo.

Papá me dio mi espacio y si hizo eso es porque ya sabe que va a pasar y no ha hecho nada para impedirlo. Después de llorar tanto me quedé dormida y lo único bueno de todo esto fue que él no apareció. Era como si el dolor de perder a Lara opacara lo que él hace conmigo. Me desperté cuando escuché la voz de mi novia en la cocina; con mucho cuidado me puse de pie y me acerqué a la puerta para escuchar lo que decían.

Por el tono de voz de mi padre la estaba regañando y el que Lara se mantuviera en silencio era indicio de que había hecho algo mal. Escuché a papá decirle que debía disculparse y que no podía pasar de nuevo; luego dijo que tenía que hablar sobre mí y ahí fue cuando sentí mi corazón paralizarse. Le dijo solemnemente que no dejaría que me fuera con ella, que yo iba a sufrir y que no permitiría eso. Olvidé cómo respirar por un momento... papá no me dejaría irme con Lara. Escuché a Lara pararse de su asiento, intercambiar unas palabras con mi padre y despedirse, fue ahí cuando decidí aparecer.

-No te vayas- ella de inmediato volteó a donde estaba –quédate conmigo, por favor.- Me dolió ver su carita tan triste y tan roja, lloró mucho. Quedó viendo a papá como pidiendo permiso, él simplemente asintió y vi a mi novia acercarse a mí con una sonrisa triste en el rostro. La abracé en cuanto la tuve cerca de mí. –Bonita- Lara dejó escapar un leve sollozo; me separé de ella, tomé su cara entre mis manos y la vi fijamente. –Vamos a encontrar una manera, lo prometo- asintió y volvió a buscar mis brazos.

La guié hasta la cama, le quité sus tenis y calcetas, con mucho cuidado me desabroché su pantalón; ella me ayudó a quitárselo para quedarse sólo con su ropa interior y su playera. Quedamos en igualdad de condiciones, sólo que yo llevaba un pequeño short puesto. Me recosté junto a ella y llevé una de mis manos a su rostro.

-Anita- escuchaba su dificultad para hablar –no te irás conmigo.-

-Es lo que escuché.-

-No sé si voy a poder...-

-Tendremos que hacerlo, amor, son pequeñas pruebas- me acerqué más a ella. –Nada, escúchame bien, Lara, nada hará que te ame menos, ni siquiera la distancia. Eres tú. No quiero a nadie más y esperaré lo necesario para tenerte de vuelta conmigo.-

-¿Cómo puedes estar tan tranquila?-

-No lo estoy, me está matando saber que no te voy a tener a mi lado pero debemos buscar la forma. Nuestro amor es más grande que todo esto.-

-Estoy muy asustada- me rompía más escuchar a Lara así –no sé qué hacer.-

-Estoy segura que los adultos resolverán algo, escúchalos y escúchalo a Él. Sé que tienen una conexión, deja que Él haga su trabajo y tú al tuyo. Más que nunca debemos estar fuertes- sonreí. –Sé que soy la persona menos indicada para hablar de esto porque soy una ruina emocional pero sé que no es el final. Te amo, Lara Orozco, también conocida como el amor de mi vida- vi a mi La sonreír con ternura.

La Hija del PastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora