13. quizás algún día

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13. (Sandy, cariño) quizás algún día (cuando hayamos acabado el instituto)

Alec entró por la puerta de la casa de Jace de la mano de Lydia. Era gracioso verlos, Lydia vestida de rojo con un bigote y Alec de verde. Todo el mundo les paraba para decirles lo buena pareja que hacían y la originalidad que tenían al haber elegido esos disfraces. Si supieran que solo habían buscado en google "Ideas de disfraces de parejas" y habían elegido el primero que habían visto.

Las personas a su alrededor bailaban, conversaban y bebían. Sus compañeros se arremolinaban en la pista de baile improvisada que había montado Jace al apartar los dos grandes sofás crema. Alec le dijo a Lydia que se juntase con la gente, que iría por bebidas.

Era un poco extraño ver a los subterráneos, nefilims y mundanos convivir y socializar, pero desde que el "jefe" nefilim había proclamado que ya no podían existir diferencias entre las tres absurdas clases, todo el mundo se había hecho amigo de todos. Aún quedaban algunos idiotas que seguían creyendo que los nefilims eran superiores a los demás, pero se les amenazaba con que Alec acabaría con ellos (aunque Alec no mataría ni a una mosca) y ya cerraban sus bocas.

La música sonaba fuerte, retumbando en sus oídos, mientras se acercaba a la improvisada barra que Jace había montado en la isla de su cocina. Cuando quería, su mejor amigo era muy ingenioso.

"Hey, Hodge, dame dos limonadas." Se adelantó a la multitud que intentaba llamar la atención del atareado barman. Alec tenía que admitir que era una ventaja ser el mejor amigo de Jace.

"Lo siento, Alec, no tenemos limonadas."

"¿Entonces qué tenéis?" Alzó las cejas con una sonrisa.

"Chupito de Sangre, Ginebra de sangre, Vodka de Sangre... ya sabes, es Halloween." Rió Hodge, su barba rubia estirándose con su sonrisa. "Idea del joven Herondale."

"Entonces... Dos limonadas de sangre amarilla." Guiñó un ojo y Hodge negó con la cabeza, divertido.

"Enseguida te las traigo, campeón."

Cuando tuvo las bebidas en sus manos, se abrió paso entre los adolescentes fácilmente.

"Aquí tienes, Mario."

"Muchas gracias, Luigi." Agradeció Lydia, bebiendo un trago de la limonada. "Sin alcohol, como a mi me gusta."

"Eres mi novia, soy incapaz de olvidar eso." Dijo Alec con voz melosa, sabiendo que cualquiera que escuchara pensarían que eran la pareja perfecta, pero realmente Lydia y él se reían entre ellos dos.

"¿Has visto ya a tu hermana?" Cuestionó Lydia, apoyándose contra la pared, bebiendo un trago para luego, sin querer, expulsar un eructo. "Oops" Rió, tapándose la boca.

Alec estaba feliz sabiendo que había escogido a Lydia como mejor amiga, porque era especial, diferente a las demás. Ella no tenía vergüenza alrededor de Alec, se divertía sin importarlo que pensaban de ella y siempre defendía lo que creía que era justo. No le gustaban las injusticias, al igual que Alec. Además, él sabía que Lydia siempre estaría ahí cuando la necesitara.

"No, no la he visto. Estará a la caza de un novio nuevo, o simplemente divirtiéndose. No me mires así, ella se puede cuidar sola."

"Está bien. Solo estoy preocupada. Desde ayer está rara." Expresó Lydia su preocupación.

"Si fuera muy importante, nos lo hubiera contado. Ella sabrá resolverlo." Alec bebió lo que quedaba de limonada y dejó el vaso vacío en una estantería. "¿Me concedes este baile, amor?"

Lydia hizo una reverencia de manera patosa.

"Por supuesto."

Empezó a sonar una canción movida, con mucho ritmo y letra chispeante. La pareja de amigos se situaron a un lado de la pista y empezaron a bailar de forma extraña, Lydia haciendo el paso del robot y Alec fallando en un intento de twerk.

I think I'm in love again « malecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora