24. y el pensamiento de nosotros para siempre

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24. y el pensamiento de nosotros para siempre (es el que jamás desaparecerá)

"Chicas, ¿habéis terminado ya?" Alec se quejó con las mejillas sonrojadas. Magnus estaba de pie incómodo a su lado, observando a las tres chicas delante de ellos, quienes no dejaban de hacer fotos con sus teléfonos.

"Espera un momento, Alec." Dijo Izzy, riendo, Clary a su lado haciendo más fotos. "Estas fotos se las enseñaré a mis sobrinos."

"¡No me puedo creer que vayáis a tener vuestra primera cita!" Exclamó dando pequeños saltos Lydia, sonrisa radiante y ojos azules felices. Aplaudió repetidas veces. "¡Estoy tan feliz por vosotros! ¡Llevo esperando esto toda la vida!"

Alec escondió su rostro en el cuello de Magnus y soltó un gemido de vergüenza. Magnus rió nervioso contra su pelo, rodeado del calor de Alec enfundado en un adorable jersey azul.

"¿Nos vamos ya?" Rogó Alec en un susurro, mirándolo desde su hombro con ojos de cachorro. Si Alec le pidiese a Magnus tirarse por un puente con esa mirada, felizmente lo haría.

"Por favor."

Rápidamente salieron de la casa bajo la leve nevada, las tres chicas- rubia, morena y pelirroja- pisándoles los talones hasta que llegaron al coche y cerraron las puertas. Ellas les despidieron desde la acera, en pijama, como si fueran sus madres, deseándoles una buena velada hasta que Alec giró en la esquina y las perdieron de vista.

Pasaron unos minutos completos de puro silencio. Alec dejó caer su cabeza hacia el asiento, cerrando los ojos pero enseguida abriéndolos porque estaba conduciendo. Su cabeza giró rápidamente al oír la risa de Magnus, observando su radiante expresión de felicidad.

Alec, al ver a Magnus brillar más que mil constelaciones, no pudo evitar sonreír también.

"Están locas" dijo Magnus, mirándolo con diversión. "¡Las tengo que pedir una copia de todas esas fotos!"

"No te atrevas." Avisó Alec. "No soy para nada fotogénico."

"¿Pero qué estás diciendo?" Cuestionó Magnus, mirándole incrédulo. "¡Pero si eres guapísimo!"

Alec pasó el resto del viaje con las mejillas más rojas que el cabello de Clary y la sonrisa más amplia que la de Lydia.

···

"No estoy muy seguro de esto..."

"Oh, vamos, Alec. ¡Lo vas a disfrutar!"

"Pero... ¿y si me hago daño en el trasero?"

"No seas quejica, vamos. Ve delante."

Alec frunció el ceño, aún no muy seguro de ello. Hacía mucho frío en la ciudad, el aire de invierno rodeándolos, y los patines de hielo que casi no abrigaban nada sus pies. Intentó dar un paso, pero casi se desmoronó y tuvo que apoyarse en el hombro de una niña, quien le miró mal y le golpeó en el estómago, yéndose con sus trenzas y sus amigas al otro lado de la pista de hielo.

"Ouch. Eso ha debido de doler." Se rió Magnus, deslizándose sobre el hielo como todo un profesional. Sus movimientos eran fluidos y ágiles.

Mientras, Alec no se separaba de la valla. Sabía que en cuanto la única sugeción de su equilibrio fueran sus pies, se caería de culo sobre la fría masa de hielo. Sería el hazme reír de los niños de ocho años y, sobre todo, Magnus se burlaría de él por el resto de su vida.

Lo suyo era el fútbol, no el patinaje.

Magnus se acercó riendo a él, frenando, y quedando de pie a pocos centímetros de Alec. Agarró las manos de Alec, los guantes de lana que había traído acariciándolas.

I think I'm in love again « malecWhere stories live. Discover now