100k: Extra Especial

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(Es cortito, pero espero que os guste)

El lugar (hasta esos momentos inundado por conversaciones) fue repentinamente silenciado y todos los presentes se sentaron. Los vestidos eran de todos los tipos y las pajaritas eran imposibles de contar. Allí se encontraban todas las personas de su vida, cada una de ellas especial a su manera por el momento en el que se unieron a su historia de amor.

Alec asintió hacia la banda de música de su espalda, la cual empezó a tocar la melodía acústica de Halo de Beyoncé. Las teclas del piano se hicieron oír e Isabelle, vestida con un hermoso vestido dorado que caía hasta sus pies, comenzó a caminar por la alfombra de color azul que partía la fila de asientos en dos y que desembocaba en el altar decorado con violetas, rosas y lirios. La hermana pequeña de los Lightwood sonreía mientras llevaba en sus manos un cojín de terciopelo donde descasaban dos anillos plateados que relucían a la luz del atardecer.

Los presentes sonreían emocionados. Pudo distinguir a Lydia llorando en silencio desde su sitio mientras grababa todo con la cámara de su móvil, a Clary y Jace felices mientras admiraban la ceremonia con las manos unidas, a Raphael y Simon aplaudiendo al ritmo de la música y a Catarina lanzándole un beso a su novia.

Isabelle subió los dos pequeños escalones del altar y dejó el cojín en la baranda. Le dio un beso en la mejilla a Alec y un fuerte abrazo antes de sentarse junto a Catarina y sacar el móvil para grabar a la par de Lydia.

Alec respiró con fuerza, intentando calmar sus nervios. Vestía un traje blanco con pajarita que le asfixiaba y le quitaba la respiración. Estaba demasiado nervioso, asustado de que algo fuera a suceder el mejor día de su vida.

El día de su boda.

Miró a su mejor amiga y ésta, cuando sintió que la miraba, le sonrió y le enseñó el pulgar de la mano que no estaba grabada. Alec sonrió débilmente y se ajustó la pajarita.

Fue entonces como si él fuera un imán y, el amor de su vida, su contrario. Se giró justo a tiempo para ver a Magnus caminando recto hacia él, con una sonrisa nerviosa escondida en sus labios y las manos temblando a los lados. Vestía un traje oscuro, con una camisa de dibujos color vino debajo de la americana y un mechón de cabello teñido de rosa cayendo de su flequillo.

Alec podía distinguir cada detalle del rostro o cuerpo de Magnus con los ojos cerrados sin equivocarse en nada, y podía imaginárselo en cualquier ámbito o manera y sería clavado a la realidad. Pero aquella imagen, la del hombre que más amaba caminando para unir sus vida, sería la predominante en su corazón a partir de ese día.

Magnus llegó hasta él y se situó frente a él. Unieron sus manos automáticamente. Magnus le regaló un apretón y una sonrisa feliz que le hizo tranquilizarse solo un poco.

La música finalizó y el oficiante de la boda se aclaró la voz para después empezar a hablar. Alec le ignoró, perdiéndose sin remedio en la inmensidad de los ojos pardos del moreno. Estos brillaban como estrellas y derretían su corazón con un reconfortante calor.

"Señor Lightwood..." Llamó el oficiante.

"Oh, ¿me toca?" Balbuceó, saliendo de sus ensoñaciones. Los presentes se rieron y Magnus soltó una pequeña risa que le resultó adorable. El señor le miró con una ceja alzada. "Ah, vale. Perdón. Continúe."

"Alexander Gideon Lightwood, puede pronunciar sus votos."

Alec carraspeó mientras sacaba una hoja de papel mal doblada del bolsillo de su pantalón.

"Cuando te conocí no se me pasó por la cabeza que acabaríamos aquí algún día. Han cambiado tantas cosas desde entonces, y han ocurrido tantos desastres y hemos cruzado tantos baches y hemos compartido tantos te quieros... Nuestra historia es tan larga, que si alguien la escribiera tardaría más de un año o así en escribirla. No lo sé, pregúntenle a la escritora."

I think I'm in love again « malecWhere stories live. Discover now