I think I'm in love again « malec

15. quiero amarte con las luces encendidas

15. quiero amarte con las luces encendidas (mantenerte despierto toda la noche)

Los siguientes días habían ido más o menos bien; Alec tenía el apoyo de sus amigos y, se estaba preparando para contárselo a sus padres, pues allí los rumores corrían rápidamente de boca en boca y él prefería que sus padres se enterasen de su homosexualidad por él y no por otros.

Estaba sentado en una mesa en la cafetería con el grupo entero. Isabelle charlaba alegremente con Clary, mientras que esta estaba a mitad en el regazo de Jace, quien la rodeaba con sus brazos mientras conversaba con un alumno que había ido a preguntarle algo sobre el partido del sábado. Lydia estaba haciéndolo reír, contándole como se había puesto a bailar delante de todo el super-mercado la nueva canción de Rihana. Palabras textuales de Lydia: "vergonzoso y lamentable, deberías haberme visto."

De repente, toda la cafetería cayó en un enorme silencio. Los amigos de Alec se dieron cuenta, por lo que miraron a todos lados, hasta encontrarse con la razón por la que todos miraban a su mesa.

Allí estaban los tres, Magnus, Simon y Raphael, bandejas con comida en sus manos, mirando incómodos la mesa.

Alec no pudo evitar sonreír. Cuando le dijo a Magnus que cuando quisiera se podía sentar con ellos, no había pensado que lo haría de verdad. Pero ahí estaba, sin importar lo que pensaba la gente de él, sentándose junto a Lydia y señalando a sus amigos que se sentasen en el hueco junto a él.

"Has venido." Dijo feliz Alec. Todo el mundo les observaba, Lydia entre ellos con una sonrisa que brillaba más que el sol en verano.

"No podía rechazar tu invitación." Dijo, sonriendo y empezando a comer sus patatas fritas. Miró a toda la mesa, que miraban sorprendidos al subterráneo. "Hola a todos. Si no me conocéis, soy el magnífico Magnus Bane. Aunque claro que me conocéis, porque si no todo este tiempo vuestras vidas no han tenido sentido." Parloteó de manera arrogante, con una mirada chispeante y divertida. Una sonrisa se arrastró por la cara de Isabelle.

"Yo soy Isabelle, la hermana de Alec." Se presentó, ojos marrones mirando entre Magnus y Alec, su coleta oscura cayendo sobre sus hombros.

"Lo sé. Alec siempre habla de ti." Comentó Magnus e Izzy miró sorprendida a su hermano, que tenía las mejillas rojas. Isabelle alzó una ceja, cuestionándole, y Alec se redujo a encogerse de hombros.

Después de eso, todos volvieron a sus respectivas conversaciones, Simon abrazando a Clary e Isabelle a modo de saludo y uniéndose a la conversación, mientras que Jace le preguntaba a Raphael si le gustaba el fútbol y cuál era su equipo favorito. La mesa se transformó en una melodía de palabras alegres y risas suaves y dulces, todos llevándose con todos.

Hace unas semanas, Alec no podía haber imaginado que tres subterráneos se podrían sentar en su mesa sin recibir una paliza, y menos poder llevarse bien con sus amigos. Todo era demasiado surrealista, pero tenía a Alec flotando en una nube y con una sonrisa tonta en los labios cuando Isabelle soltó una carcajada por un chiste que Raphael la había contado.

Un codo se clavó en sus costillas y se giró para mirar a Lydia, que le devolvía la mirada de manera risueña.

"¿Al fin y al cabo no ha salido todo tan mal, no?"

La sonrisa de Alec no se borró en todo el día.

···

Cuando la noche del viernes sus padres le informaron de que tenían una cena muy importante con unos socios, Alec no sabía si estar feliz o triste.

Él tenía pensado decirles la verdad en una cena tranquila en familia, con el apoyo de Isabelle a su lado y rezando por una buena reacción de parte de sus padres. Pero, como no, lo importante eran los negocios, así que Isabelle y Alec se quedaron en casa, pidiendo pizza a domicilio y acampando en el salón para hacer una maratón de películas de Harry Potter.