11 Chance

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—¡Mamá, no hay leche!

Tae se había levantado más temprano de lo común esa mañana. Quería acompañar a JiMin a la escuela y debía llegar antes de que el pequeño decidiera irse.

—¿Puedes ir a la tienda? Hay algo dinero en el mueble pequeño. — La voz adormilada de su madre era señal de que si quería desayunar, tenía que ir a comprar el.

Sacó el dinero respectivo del mueble tomó su chaqueta y se fue a la tienda mas cercana. Entró y la pequeña chica que atendía la tienda se golpeó la cabeza con la vitrina, por la sorpresa al escuchar la campana.

—¿Te encuentras bien? — logró decir luego de unas pequeñas risas que no intentó reprimir —¿Eun?

—Sí — Se quejó aún acariciando su frente —¿Qué necesitas?

Eun atendía aquella pequeña tienda por las mañanas mientras su madre iba de compras. Conocía a Tae desde hace tiempo, ya que la familia de este frecuentaba aquel negocio.

—Quiero una botella de leche — Fingió un puchero y fijó su mirada en la vitrina de pasteles —y aquel pastel ultra chocolatoso.

La chica asintió y comenzó a dejar lo pedido en el mesón con la rapidez de una persona a las siete de la mañana. Tae se acercó a la caja y pagó lo pedido.

—¡Me voy, Eun! — Habló una chica que salió pornuna puerta detrás de la vitrina. Traía el cabello corto y negro, ropa que la hacía lucir bastante ruda, pero con estilo y una pequeña carteea negra —¡Nos vemos a la tarde!

Eun le pasó la bolsa a Tae desesperada y corrió tras la misteriosa chica. Kim no pudo aguantar su curiosidad y comenzó a caminar de la forma mas lenta posible a la salida, para así tener tiempo de escuchar algo de la conversación. Metiche.

—Dae, mamá habló conmigo y me preguntó hasta cuándo vas a estar aquí. Tu departamento está solo ¿Por qué no vuelves?

—Eun, no volveré a ese lugar hasta que el idiota de Min YoonGi saque todas sus cosas de ahí.

¿Había oído correctamente? ¿Min YoonGi? La boca de Tae no podía estar mas abierta.

—Pero ¿No crees que puedan arreglarse? Su relación aún no termina. Solo lo echaste.

Creo que si se podía abrir más.

—¡No quiero hablar sobre eso! No quiero hablar con el aún, porque si le veo, se que le perdonaré al instante y no puedo ser asi de facilota ¿no?

No aguantó mas y Tae soltó un grito ahogado, pero fuerte, la emoción lo carcomio. Ambas chicas lo miraron algo asustadas y luego fruncieron el ceño.

—¡Pero que pastel mas delicioso! — Metió uno de sus dedos a la bolsa y probó un poco de la crema —¡Fantastico!

Corrió fuera de la tienda y llegó a su casa sin superar la emoción. Al fin tenía el método para sacar a su profesor de la casa del amor de su vida, el contrincante más difícil.

little boy × vminkookWhere stories live. Discover now