El estómago de TaeHyung llegaba a doler de la emoción. ¿Qué rayos planeaba JiMin hacer con él en su casa? Él se decía estar preparado para todo, pero temía un poco. Temía hacerse ilusiones o, si es que llegaba a pasar, no hacerlo bien. Temía a arruinarlo todo.
Al llegar al edificio, JiMin le propuso hacer una carrera hasta su departamento. El moreno asintió algo inseguro, la carrera era por las escaleras y su mayor vivía en un tercer piso, le dolerían las piernas. Park dio la partida después de empezar a correr, contagiando risas en el camino.
Como era de esperarse, JiMin llegó primero. TaeHyung tenía resistencia, pero se sentía algo agotado luego de la clase de educación física, así que los últimos pasos en el pasillo fueron lentos. Al llegar, notó que Park le había dejado la puerta abierta. Entró con cautela, a JiMin le gustaban mucho las jugarretas, así que temía llevarse un susto.
Se equivocó.
Un shot de ternura y algo de decepción dominaron su cuerpo en cuanto vio a Park acurrucado y durmiendo en el sofá. Le había dicho durante el camino que no había dormido bien el fin de semana, pero pensó que no iba tan en serio. Sin dejarse llevar por pensamientos inútiles, se sentó a su lado y, con cuidado, corrió alguno de los cabellos que tapaban la frente de su querido JiMin. ¡Dios, era tan hermoso! Cruzó sus brazos en su cintura, con calma, y lo acurrucó a su lado. Era una oportunidad única, no la iba a desperdiciar.
Veinticinco minutos después el timbre fue tocado y TaeHyung despertó de un salto, pero no así JiMin, quien continuaba en el mundo de los sueños. Kim se preguntó quién rayos podría ser, se suponía que los hyungs de Park tenía llave ¿no?, no tendrían por qué tocar. Con una pequeña y molesta idea en mente, se levantó a abrir la puerta. ¡Vaya! sus imaginaciones eran ciertas.
—¿Tae? — El chico hizo notar su molestia y confusión en su rostro, pero, de todas formas, se lo esperaba.
—Jeon, con ChimChim estamos durmiendo juntos, así que ¿Podrías largarte y dejarnos solos? — Kim le regaló una sonrisa enferma en superioridad. JungKook sólo rodó los ojos.
—¿Sabes? Me aburrí de ser el idiota llorón de esta historia. — Empujó a Tae logrando abrir más la puerta —Quiero hablar con el. Esperaré hasta que despierte.
Kim solamente asintió y cerró la puerta tras su espalda cuando el menor ya había entrado. JungKook miró enternecido a JiMin por unos segundos. Le extrañaba demasiado y se sentía tan estúpido. ¿Que tanto le costaba ponerse la remera de nuevo? Hubiera evitado todo el enrededo y Park no hubiera sufrido.
La cara de Jeon se deformó en cuanto notó que Kim se había acurrucado al lado del amor de su vida. Todos los puntos que creyó haber ganado con el beso los sintió perdidos en un segundo.
—¿Te molesté, pequeño? — TaeHyung era un experto provocando y, por la expresión de JungKook, supo que lo había logrado.
—No te creas la gran cosa.
Dichas estas palabras, JungKook se recostó al otro lado de JiMin, quedando sus rostro a una altura parecida y ubicando su brazo en el abdomen de este último. TaeHyung frunció en ceño, se acercó a un más a Park y lo abrazó con mas fuerza. JungKook no perdió tiempo y posó su cabeza en el cuello de su mayor para que sintiese su respiración. Kim, ya harto, metió su mano por debajo de la playera de Park y acarició lentamente sin quitarle a Jeon los ojos de encima. Este último lo miró furioso y, a la vez, avergonzado. De cierta forma, no se atrevía a propasarse mas con su tan querido hyung, pero "todo se vale en la guerra y en el amor", pensó y, con esa idea en mente, besó lentamente la oreja de Park, causando que este soltara una respiración más pesada y orgasmica de lo usual.
—¡Ya basta, mocoso!
—¡Tu empezaste!
JiMin abrió los ojos con el último grito. Ninguno de los dos pareció inmutarse, hasta que Park levantó su torso.
—¿Qué esta pasando aquí? — habló con voz adormilada. Pasaba las manos, en forma de puños, lentamente por sus ojos, dándole a sus menores una imagen muy tierna.
Nadie alcanzó a contestar, ya que la puerta fue abierta de golpe marcando la llegada de HoSeok. Tae voló de su puesto, levantándose y ordenando su ropa a una velocidad inigualable, no así JungKook, quién hundió su rostro aun mas en el cuello de su hyung.
—¿Tae?...¿JungKook?... ¡PARK JIMIN! — HoSeok botó todo lo que traía en sus manos en el último grito —¡Me explicas ahora!
—Nos... ¿Reconciliamos? — Park sonrió a terminar la oración. Una de esas sonrisas que calmarían a su primo eternamente.
TaeHyung suspiró pesado cuando volvió la mirada hacia la pareja. JungKook aún descansaba apoyado en Park, mientras este último jugaba con una de las manos de su menor, mientras que con la otra mantenía tomada la contraria.
Jeon y Kim dejaron juntos el departamento casi al anochecer luego de una deliciosa cena preparada por HoSeok. No cruzaron palabra hasta cuando ya estaban fuera del edificio.
—Mañana es el gran día. — habló JungKook con la voz más normal que pudo. — Espero que esto no haya arruinado los planes.
—Me beneficia sacar a YoonGi de esa casa, luego me ocuparé de ti.
Finalmente, fueron a esperar el auto bus. A ambos les servía el mismo, pero decidieron tomar diferentes porque son unos idiotas orgullosos.
Ya en su cama, JungKook sonrió al por fin haber retirado tal carga de su cuerpo, a pesar que el cosquilleo en su estomago había aumentado. Había pensado en dar un gran discurso para pedirle perdón a JiMin, pero no fue necesario. Un simple "lo siento" cerca de su oído, mientras aún estaban acurrucados, fue suficiente para que JiMin acariciara sus manos y le regalara la sonrisa mas perfecta que había visto en su vida. JiMin le había perdonado.
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