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Advertencias: Capitulo necesario, sal en la herida, algunas dudas resueltas.

El tazón con avena, leche y frutas relucía en la mesa frente a HoSeok. Hace varios días que se estaba quedando en casa de su tía MinSoo debido a que sus padres estaban de viaje por el trabajo. Le encantaba estar en aquella casa, era muy diferente el ambiente a la suya propia. Su hogar era frío y distante, de hecho, nunca le ha gustado llamarle de esa forma.

Un JiMin de 9 años veía televisión y, a la vez, saltaba de un lado a otro por la sala, intentando cada vez elevarse más alto. HoSeok no entendía cómo el pequeño podía tener tanta energía a esa hora de la mañana cuando el apenas había podido levantarse. Resopló para luego llevar una colmada cuchara de avena a su boca.

—HoSeokki— le llamó su tía en un tono dulce —¿Puede ir JiMin contigo a la escuela?

Jung miró extrañado a su tía por la pregunta, pero sus dudas fueron aclaradas en cuanto notó lo rojo que estaba JiMin, quién había dejado de saltar.

—Claro, no hay problema tía— respondió amable y con una sonrisa. En realidad le gustaba llevar a JiMin a la escuela consigo y entretenerse con las pequeñas ocurrencias del chico.

—¿Ves, JiMinnie? No eres una molestia para HoSeok.— El chico asintió lentamente a las palabras de su madre con su rostro aún rojizo por la timidez. Hoseok no aguantó y se levantó de su silla solo para apretujarle las mejillas.

—¿Cómo podría molestarme este dulce pastelillo?— JiMin cada vez estaba más rojo, pero sonreía bajo las dulces palabras de su primo. A pesar de tener nueve años, Park era igual de adorable que un bebé— Te quiero mucho, JiMinnie. No pienses esas cosas.

Tres años después, HoSeok se encontraba estudiando informática en la facultad de ingeniería de la Universidad de Seúl. Todos estaban orgullosos de su elección y logro, siendo sus padres los más contentos con esto, a pesar de ser los menos presentes en todo el proceso. HoSeok los entendía, o por lo menos lo intentaba, aunque era algo duro de hacer. El sabía que sus padres trabajaban tanto para que a él no le faltase nada, pero ellos no notaban que lo que más le faltaba en ese momento eran sus padres. Si ellos hubieran estado más presentes hubieran notado que el chico sí mantenía cierto interés por la informática, pero su real pasión era la danza. Lamentablemente, no pudo hacer nada y terminó estudiando lo que sus padres esperaban.

Descubrió que la universidad era un buen lugar, pues había logrado escapar de su casa y había conocido a personas quienes le hacían sentirse querido, como NamJoon, su compañero de cuarto. Era un desorden y un destrozon, pero era buen chico y bastante inteligente. Y, por otro lado, estaba JaeJin, un compañero que le había robado el corazón. Habían comenzado a hablar un día en el cual HoSeok se atrasó al llegar a cálculo, siendo el único lugar libre al lado de JaeJin. La conversación comenzó por si sola, con una pregunta común. "¿Qué dice allá? La luz no me deja ver" fueron las primeras palabras que HoSeok oyó de parte del chico, siendo su voz algo que lo dejó perplejo luego de su rostro. JaeJin era hermoso, el típico chico que volvería loca de amor a cualquier chica, pero a los días HoSeok descubrió que aquello no era lo que Jae quería, ya que no le interesaban las chicas. Comenzaron a tener citas que cada vez se volvieron mas frecuentes y HoSeok se sentía en una nube, nadie nunca se había preocupado tanto por él y le había dado tanto amor. La relación se confirmó un miércoles por la tarde en la habitación de JaeJin, en donde con las mejillas sonrojadas, le pidió a Jung convertirse en su novio, a lo cual el último aceptó con una gran sonrisa y un apretado abrazo. HoSeok estaba tan enamorado, eso mismo pensaba de JaeJin y enmarcaba la relación en un cuadro infinito. Vaya estúpido fue, pues había olvidado varias cosas importantes.

Un día martes fue cuando todo se fue a la mierda. Era tarde, cerca de las seis y la pareja se besaba con fervor en la habitación de HoSeok. JaeJin ya no tenía su camiseta puesta, por lo que, Jung aprovechaba de dejar marcas púrpuras con sus labios recibiendo tiernos gemidos de su pareja. Todo parecía bien y perfecto, hasta que la puerta fue abierta de forma tan lenta que ninguno de los dos lo notó. El grito torturó los oídos de Seok, quien se levantó de inmediato y encaró a la persona quien interrumpió sus acciones. Palideció, sus manos comenzaron a tiritar.

little boy × vminkookWhere stories live. Discover now