29 told you so

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El frío piso fue el que despertó a JiMin, pues la temperatura había bajado de forma drástica durante la noche y él, al quedarse dormido, no arregló el termostato, por lo que estaba casi congelándose en su puesto. Se levantó a duras penas y camino a su habitación casi en la inconsciencia. Sus ojos pesaban demasiado, ya que no había dormido lo necesario, además de las lentas lágrimas que caían, aunque el diría que no estaba llorando. Pasó al cuarto de baño y lavó su rostro con el agua que estaba aun más fría que el ambiente mismo, pero no pareció importarle. Caminó hacia su habitación, abriendo la puerta de manera lenta embríagandose con el exquisito aroma de JungKook que aun permanecía en la habitación desde la noche anterior. Fue un feo golpe, pues le recordó una de las razones de su estado actual. Pero, como si de un masoquista sin remedio se tratase, recogió la camisa que logró divisar un lado de su cama, era de JungKook y se le había quedado cuando se la quitó el mismo. Sin pensarlo mucho, quitó su sudadera y tapó su torso con aquel tesoro encontrado recientemente. El aroma de Jeon aun estaba impregnado fuerte y parecía no quererse ir. Perdiéndose en aquel doloroso momento, JiMin se recostó y volvió a dormirse.

La alarma de su teléfono sonó a las dos horas, despertandolo con un horrible dolor de garganta. No quería levantarse, no quería ir a trabajar y ver gente, era algo que se entendía, pero a la vez era idiota. De nada le servía quedarse en casa y hundirse en los recuerdos presentes en cada momento sobre sus ex parejas y el dentro de aquel lugar. Seguro apenas bajara un pie de aquel colchón sus ojos se volverían a ahogar y en un segundo volvería a recostarse. Se sentía tan imbécil, tan débil, pero se reclamaba que todo lo que le estaba ocurriendo era totalmente su culpa y de nadie mas, y que todo aquello se lo merecía.

Fue extraño para JiMin volver a la universidad luego de tres oscuros días sin salir de su departamento. Todo se veía mas claro y podía notar la sonrisa de las personas en su rostro y aquello era porque él no tenía una hace bastante tiempo. También aquel día debía volver al trabajo y darle todas las excusas posibles a su jefe por sus reiteradas faltas. ¿Debía decirle la verdad? Su jefe conocía como era su extraña relación, como solía ser, solo debía decirle que todo había acabado y él no se sentía en las mejores condiciones para estar en la recepción de la revista. Quizás si hubiera ido lo hubieran despedido por tratar a más de algún cliente de mala forma.

Su rutina se había vuelto algo penosa y él lo sabía, pero también creía que en algún momento todo se arreglaría para él y volvería a sonreír o ha sentirse bien, era cuestión de tiempo. Otra cosa que sabía, pero que no quería admitir, era que debía dejar de lado aquellas lágrimas perdidas y debía soltar todo de una vez. Lastima que temía y que aquello no iba a pasar tan fácil, por lo que todo se estaba volviendo aún mas difícil. Por lo menos, tenía cierto animo de salir adelante. Se dijo que apenas estaba en los veinte, aun tenía mucha historia que escribir y no podía echarse a morir aun. Debía dar la pelea.

Llegó a casa cerca de las 8 de la noche, bastante cansado pues había recordado leer en algún lugar que si gastabas toda tu energía en estudios o en el trabajo, no tendrías para atraer recuerdos. Suerte para JiMin que el hacía ambas cosas. Dejó en la mesa la bolsa con la comida casera que había comprado en el camino en un pequeño restaurante cercano y fue a su habitación para dejar ahí su bolso. Lavó sus manos y comió su cena con lentitud, sintiendo como pesaban sus ojos cada vez más. Estaba agotado, había puesto su máximo esfuerzo en todo aunque no lo pareciera. Lo único que quería en ese instante era darse una ducha e irse a dormir.

Al terminar de comer, desechó los recipientes en donde venía la comida, lavó los utensilios y fue a tomar una ducha. Dejó correr el agua casi hirviendo por su cuerpo por un largo rato, le relajaba de cierta forma y le quitaba las tensiones. Se repetía diariamente que no debía hacer aquello, pero se le olvidaba al momento de dar el agua. Luego se sentía mal por el daño que le estaba haciendo al planeta. Secó su cabello junto a su cuerpo y salió del baño directo a ponerse su pijama. Cuando ya estuvo listo, luego de lavar sus dientes, quiso recostarse, pero se detuvo al admirar la foto en la que el aparecía junto a HoSeok, foto que había encontrado hace dos días y la había puesto rápidamente en su mesita de noche, reemplazando a la que el salía junto a Tae y Kook. Sus ojos volvieron a aguarse mientras acariciaba la foto por encima. Extrañaba increíblemente a HoSeok y era totalmente su culpa que él ya no le hablara. Lo había tratado tan mal, le había dicho tantas cosas feas, tanto a él como a YoonGi. Se sentía una completa basura, un cobarde sin remedio alguno. Lo único que quería era que HoSeok le llamara, que le volviera a hablar, aunque sea un "te lo dije", cualquier cosa, que se preocupara por él como lo hacía antes. Como cuando le dijo que detuviera lo que estaba haciendo, porque solo estaba dañando gente. Como cuando le dijo que no le permitiría entrar a su casa con Tae y Kook y él simplemente dejó el lugar. Como cuando le llamó para que volviera y él lo mandó a la mismísima mierda. Como cuando lo volvió a llamar y él estúpidamente le dijo que era un envidioso, pues él tenía dos parejas y HoSeok ninguna. Sabía que con eso la había cagado y profundo, y todo aquello estaba demostrado en que hace mas de un año no sabía nada sobre su primo.

Con YoonGi había ocurrido algo parecido. Aquel día en que YoonGi lo llamó era para hacerle recapacitar sobre lo que estaba haciendo y JiMin, nuevamente harto de que le dijeran lo mismo, también lo mandó a la mierda, descubriendo que su mayor sabía debido a que HoSeok le había contado. Les dejó bien claro que no quería saber nada sobre ambos, que él tenía su vida ya hecha y estaba grande, sabría como manejar las cosas. Que equivocado estaba.

Nadie le había llamado desde aquel día en que todo se acabó, además de su trabajo preguntando por su ausencia, nadie le había llamado, ni JungKook, ni TaeHyung, ni HoSeok, ni YoonGi. Nadie, hasta ese momento, en donde su celular mostró un número totalmente desconocido para el rubio, quién, algo nervioso, contestó.

-¿Q-quién habla?

-JiMin-shi...-
Esa voz tan familiar removió su corazón. La persona que menos pensó que llamaría estaba al otro lado de la línea.

-¿Yoon-YoonGi?- La voz de JiMin se cortó y apenas podía controlarse, pues había dejado salir el llanto que hace días no podía. Finalmente, JiMin estaba llorando enserio.

🐏

Sé que es cortito, pero debía actualizar.

JiMin es tan débil, pero deben entender que está herido.

Dejaremos a JiMin un rato en los próximos capítulos para volver a traer a los demás personajes, como JungKook, Tae y HoSeok, que tienen importante papel en la historia.

Un anuncio, publique más vminkook, por si quieren pasar a leer, vayan a mi perfil💕

No sé preocupen sobre el yoonmin, pues esto es vminkook. YoonGi llegó a cuidar a nuestro JiMin a través de llamadas.💕

Gracias a todas las personas que comentan a las preguntas o a las diferentes cosas que dejo en los capítulos, de verdad lo aprecio.💖

Gracias por leer y espero que les guste.

Atte. Stumplynn





little boy × vminkookWhere stories live. Discover now