42 Epílogo: Pillowtalk & All Yours

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"Nadie más que tu
Nadie más que yo
Nada más que nuestros cuerpos juntos"


No sabía si era el toque, el roce, el sabor, pero TaeHyung lo estaba volviendo loco. Como lo besaba, la forma en la que lo tenía atrapado entre sus piernas. El deseo. Jamás se había sentido tan amado y querido como en ese momento. No era solo lujuria, era amor. Amor sincero, amor no planeado. Era natural, era hermoso.

Podría ser que el exterior emitía ruidos altos y molestos, la bocina de los autos y el chirrido del caucho contra la acera, pero a ellos no parecía importarles. Solo tenían oído para los gemidos y jadeos, visión para apreciar la hermosura del acto y tacto para la piel contraria. Deseaba vivir siempre en ello, en unirse a TaeHyung, en ver su rostro sonrojado y escuchar sus gemidos. Sentía que jamás podría aburrirse de aquello. Nunca.

—Te amo, HoSeok— murmuró Tae cerca de sus labios, rozándolos cruelmente. Sus pieles perladas por el sudor no podían estar más cerca.

—¿Dónde quedó el honorario?— le respondió con una sonrisa algo burlesca en su rostro. Tae mordió su labio para luego responder:

—En mis boxers.

Y volvieron a besarse de forma hambrienta. Cada beso como si fuera el último, aunque doliera entregaban todo de sí. Ese era el propósito, entregarse completamente.

—Debemos alistarnos.

TaeHyung dormía en su pecho plácidamente. Su rostro lucia tierno debido a sus mejillas rojizas y sus ojos y labios algo hinchados. Le acarició el cabello, pero aquello no pareció provocar efecto. El moreno estaba en un profundo sueño.

—TaeTae. — intentó nuevamente, pero estaba vez sí hubo reacción.

—Aigo, HoSeok. Estoy muy cansado. — alegó con voz aguda apegándose más a su cuerpo.

Sí, el también estaba cansado. La noche anterior no descansaron mucho, siendo sinceros y ahora sentía como sus músculos se derretían como mantequilla apegándose a la cama y al cuerpo de TaeHyung. Quizás podía seguirle el juego al moreno.

—Está bien. Sólo unos cinco minutos.— le indicó apuntandole con el dedo y luego le acarició el cabello.

—Que sean diez.

Todo había sido tan difícil cuando TaeHyung se marchó. Continuó botando lágrimas a pesar de que el chico ya no estaba presente en su campo visual. Cuando logró voltearse notó que todos habían presenciado la escena y, fuera de todo pronóstico, JiMin le abrazó. HoSeok pensó que su primo le iba a odiar, que equivocado estaba pues el castaño intentó consolarlo a pesar de que su rostro también estaba bañando en lágrimas. La reacción de todos más el "te lo dije" que le dio JungKook a JiMin en cuanto Tae se marchó le hizo darse cuenta de que no habían sido tan precavidos como lo habían planeado respecto a la relación que llevaban, pero aquello le relajaba de cierta forma. Ya no tendría que quebrarse tratando de explicar que fue lo que había ocurrido para que pudieran entender su sufrimiento, o peor, quedarse callado.

Los días que continuaron no fueron más fáciles que digamos. HoSeok comenzó a hundirse en su trabajo y peor que antes. Hacía horas extras con el propósito de llegar lo más agotado posible a su hogar y no ponerse a pensar, a recordar cosas que de seguro solo le causarían dolor. La diferencia horaria era otro dolor de cabeza. Apenas podían compartir un saludo. TaeHyung trabajaba y estudiaba y cuando no estaba en eso, dormía o era HoSeok quién estaba trabajando. Así los saludos y el intentar saber cómo estaba el otro se fueron quedando atrás, tanto así que de un día para el otro se dejaron de hablar. Y dolía, no eran capaces de negarlo, pero tampoco de hacer algo al respecto.

little boy × vminkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora