Capitulo CIII: El Ángel

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Hola, sigo viva. Si pues nada aquí les dejo el capítulo del dí... ejem... del año

Todos los personajes de Percy Jackson no me pertenecen son propiedad del señor Rick Riordan GRACIAS POR CREAR ESTOS LIBROS: D

(Nico di Ángelo y tú)

POV Tú:

–em... has oído de los envíos exprés –dijo Kathe meditabunda, Teo bufó y gimoteó enojado.

–¿entonces... qué haremos? –pregunté

–Pues... –Kathe se aclaró la garganta –no tengo idea –confesó. Kathe reanudó la marcha sin saber realmente a dónde íbamos.

Avanzamos por la carretera un buen tramo en silencio, justo cuando Kathe comenzó a sudar y a mirar con nerviosismo el tablero el cual marcaba que técnicamente andábamos sin gasolina. Llegamos a un pueblo y Kathe suspiró aliviada, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro cuando encontró una gasolinera. Detuvo el auto junto al único dispensador de gasolina que había.

–Iré dentro a pagar –murmuró Kathe señalando el establecimiento de color desvaído de la estación de servicio, bajo del auto.

–¿vamos a pagar? –Preguntó Teo incrédulo –¿no la robaras? –Kathe lo miró crispada

–hay cámaras, el auto es robado ¡tampoco soy suicida! –le dijo disgustada, después azotó la puerta y se alejó del auto.

–¡que humor! –murmuró Teo regañado. Esperamos lo que realmente no fue mucho y después algo de cristal se rompió dentro del establecimiento. El bicho y yo intercambiamos una mirada alarmada.

–mi tenedor, rápido –le grite a Teo mientras abría la puerta, él me lo lanzó y me "ayudo" a salir del auto dándome un empujón que me tiro al suelo. –¡ay! –Me queje aun tirada. Una de las ventanas del local se rompió y reaccione, de alguna manera me levante rápidamente y corrí hacia el establecimiento justo cuando la puerta de cristal se abrió y Kathe apareció cargando un limpiaparabrisas en una mano y en la otra una bolsa grande de frituras picantes.

–¡entra al auto! –me gritó mientras corría hacia mí. La puerta de cristal detrás de ella se abrió nuevamente. Una señora mayor, con la piel verde corría hacia nosotros, no lo pensé dos veces y me volví corriendo; Kathe me alcanzó con una velocidad casi inhumana, yo aún no subía del todo cuando ella ya estaba montada en el auto a punto de ponerlo en marcha. Apenas me dio tiempo de cerrar la puerta cuando Kathe arrancó el auto y aceleró todo lo que el destartalado auto podía. Teo y yo tuvimos que sujetarnos con fuerza para no golpearnos... o salir disparados –¿qué le hiciste a la abuela? –preguntó Teo mirando por el cristal trasero

–Nada bicho, nada –le contestó Kathe acelerando más, Teo frunció el entrecejo y tomó la bolsa de frituras

–¿pagaste esto? –le preguntó

–mmm... –Kathe ladeó la cabeza y murmuró –no todo

–Típico de ti Katherina –se quejó mientras Kathe zigzagueaba las curvas del camino de una manera realmente sorprendente

-¿qué era lo de la tienda? –me animé a preguntar cuando habíamos dejado atrás el pueblo

-una drecanae –me contestó lanzándome una mirada perspicaz –¿aún no ves a través de la niebla?

-¿cómo es que andamos sin gasolina? –dijo Teo interrumpiéndonos

-ahora que lo dices –murmuró Kathe mirando el tablero del auto –en realidad no lo sé. ¡Tú solo no te quejes! –le advirtió

Y Entonces... Te Encontre (Nico di Angelo y tu)Where stories live. Discover now