Y Entonces... Te Encontre (Nico di Angelo y tu)

Capitulo CV: Masaje Milleresco

Hola... esto iba a ser para Navidad, pero no lo termine a tiempo, bueno de todas maneras ¡Feliz Navidad... atrasada!
Todos los personajes de Percy Jackson no me pertenecen son propiedad del señor Rick Riordan GRACIAS POR CREAR ESTOS LIBROS: D

(Nico di Ángelo y tú)

POV Nico:

La cabaña estaba sumergida en las penumbras aunque afuera debería de hacer un sol resplandeciente.

Me removí incomodo mientras me enredaba en las sabanas aún más. Mi zombie se había ido apenas ayer. Esos tres... ¿se habrían metido en un lio ya? Arrugue los ojos con frustración, no era como que fuese oportuno entrometerme en su misión, pero aun así le había prometido que iría por ella.

Lo más probable era que de haber tenido la libertad necesaria para hacerlo, ya habría ido tras ella, pero el señor D tenia memoria para las cosas que no debía, al parecer dado mi frecuente historial de salidas fuera del campamento consideró adecuado mandarme un par de semidioses como custodios, para asegurarse de que no escapara.

Me senté al borde de la cama y escuche el sonido chirriante de la armadura de Petter mientras se desentumía y se volvía hacia mí en estado de suma alerta por si se me ocurría atacarlo. ¿Al menos podía verme? Sonreí con sorna mientras él achinaba los ojos en un inútil intento por vislumbrarme mejor.

Me levante y azote la puerta del baño. Considere la posibilidad de hacer un viaje sombra para desaparecer de allí. Pero no lo hice por varias razones, eso era precisamente lo que el señor D esperaba que hiciera, de momento no tenía idea de donde estaba mi zombie, además Petter y Magalli serían castigados aunque no habían pedido venir a vigilarme. Suspire. Tenía que mantener la cabeza fría y esperar el momento idóneo.

Me lave la cara y salí con dirección al pabellón del comedor no tenía hambre, pero necesitaba encontrar la manera de perder a mis tontos vigilantes. Me siguieron a una distancia prudente, asegurándose de que pareciera que en vez de seguirme iban por su cuenta.

Intente escabullirme prácticamente en cada sitio donde los campistas eran tantos que podría haberme perdido fácilmente si hubiera llevado la playera naranja del campamento. Nunca me enoje tanto por usar negro.

Todo el maldito día fue igual, no importaba a donde fuera mi carcelera enana hija de Atenea siempre me interceptaba.

Por la noche volví a mi cabaña con ellos siguiéndome de lejos, como siempre Petter entró y se acomodó en la esquina más lejana a mi cama, Magalli por otro lado se dispuso a pasar la noche vagando cerca de la cabaña, no sin antes colocarse bien visible su gafete de "campista vigía autorizado" Yo en su lugar hubiese preferido no usarlo, pero ella parecía ignorar muy bien el chiste del señor D al cambiarle el nombre a "Magdali Violeta"

Me acomode y fingí dormirme. No importaba como, pero tendría que burlarlos al amanecer. Pase un par de horas dormitando, hasta que escuche a Petter balbucear algo parecido al "el rosa es vida" y me espabile. Abrí los ojos muy lentamente aunque de todas formas él no hubiese sido capaz de verme, ya no estaba de pie, seguía en su mismo lugar pero ahora estaba sentado en el suelo... dormido.

Me levante y rebusque en la cabaña dracmas intentando ser lo más silencioso posible. En cuanto hallé la "flamante" cantidad de siete dracmas entre al cuarto de baño y me encerré dentro. Arroje uno y susurre lo más claro posible.

-Diosa iris, por favor acepta mi ofrenda comunícame con ____ Miller -el mensaje tardo un par de segundos en formarse, que me parecieron eternos. Cuando por fin la imagen se aclaró mire a mi zombie incrédulo. Estaba desaliñada con el cabello esponjado como si de pronto hubiese querido tener un estilo afro... muy poco común.