CAPITULO 47

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POV BRITTANY

Sentí una presión fuerte en mi cuerpo y cuando abrí los ojos tenía a Santana casi debajo de mí abrazándome, sus ojos estaban cerrados, al parecer tenía frio y como efecto me abrazaba más fuerte. Me incline un poco para ver la hora en mi mesilla de noche y ya eran casi las 8 de la noche, habíamos dormido bastante rato. Pase mi mano por su mejilla, su piel era tan suave, era imposible no darte cuenta que del ángulo por donde la vieras, se seguía viendo hermosa. Con los ojos cerrados y abiertos, tenía un brillo especial. Me acurruqué en su cuello, quería sentir su aroma, iba a extrañarla, ya la extraño y la tengo al lado. El adiós era inminente, estábamos a dos semanas, y creo que por eso es que ninguna le puso presión al tema de Quinn, en el fondo yo me iría y todo esto sería tema del pasado, para que incomodar a mi hermana si ya no estaríamos juntas? Esto me estaba matando, lentamente, no me gustaba mentirle a mi hermana, pero tampoco podía darme el privilegio de perder a Santana, quedaban dos semanas, mi hermana estaría siempre para mí, Santana no.

–Hola.- dijo una voz y alce mi mirada y me encontré con los ojos de Santana abiertos, esta vez no marrones, eran negros.

–Tus ojos están negros.- dije continuando mi caricia en su mejilla, supongo que por ello se despertó.

–Cambian de color, no lo recuerdas?- dijo acomodando su mano en mi espalda.

–Sí, pero hace mucho que no los veía de otro color.

–Es por el clima, ya está cambiando, y mis ojos también.

–Eso es tan extraño.

–Nunca fui alguien normal.- dijo resignada.

–Quien de tu familia tenía los ojos cambiantes?- le pregunté y ella puso un gesto de pensativa.

–Porque recuerdo que tu mamá los tenían marrones y tu papá negros.- dije.

–Ninguno de los dos los tenían cambiantes, fácil soy adoptada.- dijo sonriendo.

–Pero no podrías ser adoptada del todo, eres igual a tú mamá. De repente tu papá no es tu papá.- dije sin pensarlo.

–Eso sería una GRAN noticia.- dijo enfatizando la palabra "gran". –En serio me gustaría creer que mi mamá se metió con otro hombre y engaño al idiota , pero realmente lo creo imposible.- dijo hablando de su papá. Hace mucho que no escuchaba su nombre, claramente sabia como se llamaba, pero ella nunca lo mencionaba.

–Porqué lo dices?

–Mi mamá se mató porque él la dejó, tú crees que ella lo engañaría? El prácticamente era su vida, lo quería más a él que a mí, y yo era su hija.- dijo y su tono de voz no era el mismo, estaba apagado, triste, debe ser feo saber que tu madre se mato sin importarle tu bien.

–Perdón por sacar el tema.- dije después de unos segundos, su vista estaba perdida en el techo.

–Ya no debería importarme, no sé como aún me sigo sintiendo mal cuando hablo de ellos.

–Son tus papás, por mucho daño que te hayan hecho, seguirán siendo tus papás.- dije acariciando su mejilla y giro su cabeza y besó mis dedos con delicadeza.

–Papas, princesa, son aquellos que te educan, que te dan ganas de seguir adelante, que te enseñan, que te dan sueños, esos son papás. Yo no tuve eso, no tengo ni un solo buen recuerdo de Nicolas. Y de mamá, tenía algunos, pero se fueron con los últimos años a su lado. Me han dado más enseñanzas en mi vida tú mamá y Emma.- dijo ahora acomodando un mechón de pelo detrás de mi oreja, se notaba tranquila, ya estaba más calmada. Era raro estar conversando en esta posición, pero no sería yo quien saliera, era lindo tenerla tan cerca.

–Mi mamá siempre te quiso como si fueses una hija para ella, siempre preguntaba por ti.- sonrió con lo que le dije, pero no era una sonrisa completa.

–Lamento no haber llamado nunca, solo que estaba totalmente convencida de que mientras menos sabia de Louisiana, más fácil sería olvidar a mis padres.- me gustaba que pudiera hablar conmigo de esos temas que sé que para ella son muy importantes, pero lo que no me gustaba es que la herida seguía abierta, ya habían pasado varios años y ella a pesar de todo no había soltado el recuerdo de su madre.

–No extrañaste a nadie?- pregunté. –Tenían muchos amigos, yo los recuerdo.- agregué.

–Eran compañeros, mi única amiga era Quinn. Y si, si extrañé a alguien.- dijo mirándome.

–A quien?

–A ti.

–Eso es mentira, ni me mirabas cuando estabas en casa.- dije riendo.

–Que no te dieras cuenta no quiere decir que no lo hacia.

–No mientas.

–Es verdad, porque no me crees? Aparte eras una niñita! Si te miraba mucho iba a ser extremadamente incomodo.

–Sigo siendo una niña, nos seguimos llevando la misma edad.- dije pasando mi mano por su cuello, jugando con el espacio entre este y su oreja, haciéndola estremecerse.

–Te acuerdas lo primero que te dije cuando te vi en el aeropuerto?- me preguntó y negué moviendo la cabeza, no lo recordaba, el impacto de haberla vuelto haber había sido más fuerte.

–"Eres tú? Mírate! Tú eres la pequeña? Quinn me mando a recoger a su hermanita! Tu ya eres toda una mujer!"- dijo imitando una voz de niña.

–Ya lo recuerdo.

–Tú ya no eres la pequeña de antes, quiero mucho a ambas, pero me gusta más la que tengo en mis brazos ahora.

–Porqué?- pregunté.

–Porque con esta no siento que me podrían llevar presa.- dijo haciéndome reír.

–Eres una idiota.

–Besa a esta idiota.- pidió rozando sus labios peligrosamente con los míos.

–Sabes que no tienes que pedirlo.- dije antes de empezar el movimiento. Introducí mi lengua sin pedir permiso, todo mi ser la necesitaba, la ansiaba, era frustrante sentir que estos momentos quizás serian los únicos en los que me sentiría tan completa. Tenía claro que no habría nadie a quien quiera más de lo que quiero a Santana. Estuve dos años con mi ex y nunca sentí lo que siento cundo tengo a Santana al lado, ella era especial, y intentaba con todo mi ser que ella lo sepa.


POV SANTANA

Estábamos en una posición muy comprometedora, nunca tuve una prueba de fuego tan grande como está. La ansiedad me mataba y las ganas de girarla y besarla completamente estaban a punto de ganar. Sus labios hacían magia en los míos, nunca nadie me había besado con tanto amor, siempre fueron besos de pasión de simple deseo, pero esta vez era diferente, era sentir, era sentir que yo era suya. Y claramente lo era, desde el primer momento me volví completamente suya. Mi corazón nunca se permitió querer a alguien, y ahora que lo había hecho sabía que era para siempre, en el fondo supongo que soy igual que mi madre. El aire empezaba a faltar, así que la solté y giré mi cuerpo y ahora yo estaba arriba pero mis codos me ayudaban a que no todo mi cuerpo este apoyado al suyo. Besé su cuello y mi cuerpo tembló cuando sus delicadas manos empezaron a acariciar mi espalda. Mordí y succione su cuello con más fuerza mientras que sus uñas raspaban sensualmente mi cuerpo, no podía más, estaba demasiado excitada.

–Britt.- dije en un susurro.

–Tana, te necesito.- con esas tres palabras todo mi autocontrol se esfumó. Le saque su intento de pijama y besé su estomago, cada parte de él. Sus uñas me provocaban, y la forma sutil que tenía de morderse los labios estaba destruyéndome. No sabía que besar, si sus labios, su estomago, su cuello, todo era igual de exquisito y provocador. Empecé a subir mis labios y un sonido abajo me alarmó.

–Mierda.- dije alzando mi cabeza.

–Es-es el timbre.- dijo tartamudeando.

–RING.- volvió a sonar.

–Porque?- dije mirando el techo y Brittany rió.

–No es gracioso.- le dije.

–Lo sé, pero no es Quinn. Ella tiene llave.- dijo pasando sus dedos por mi cuello, DIOS como podía ser tan sexy?

–Ok, ahora veo quien es y me deshago de él o ella.- dije antes de volver a besarla.

–RING.

–Anda.- dijo empujándome mientras mordía mi labio.

–Auch.- dije tocándome el labio. –Te estás mala acostumbrando a hacer eso.- dije mientras acomodaba mi ropa y ella rió. Caminé hacia la puerta y ella se sentó en la cama y buscó su blusa para ponérsela.

–No te la pongas, ya vengo.- dije guiñándole un ojo y saliendo prácticamente corriendo. Odiaba a la persona que estaba en la puerta.

–Quién es?- grité cuando estaba por abrir.

–Soy Sugar.- dijo con una voz que claramente no era la suya, cuando abrí la puerta sus ojos estaban hinchados, se había drogado.

–Mierda que pasó?- pregunté sosteniéndola, parecía que iba a caerse.

–Soy una mierda.- dijo sosteniendo su cabeza.

–Dale entra, te prepararé algo.- dije jalándola y cerrando la puerta de una patada. La senté en la mesa y ella automáticamente apoyo todo su cuerpo, caminé hacia la cocina para prepararle un café. Cuando lo preparé regresé hacia donde estaba Sugar y escuche pasos en la escalera. Alce la vista y ahí estaba Brittany con su blusa y su diminuto short, me mordí los labios automáticamente. Ella me miró haciendo un gesto de incomodidad al darse cuenta de la situación de Sugar y de que el hecho de regresar a lo que estábamos ahora era ya casi imposible.

–Sugar, toma esto.- dije poniendo la taza en sus manos y alzándola. Olía a alcohol y era totalmente obvio que estaba drogada, miré el reloj y no eran ni las diez, como podía estar en este estado tan temprano?

–Hola.- dijo Brittany sentándose a su lado. Sugar alzo su mirada y sonrió pesadamente tomando el café.

–Me da vergüenza que me veas en este estado.- dijo después de tomar su café y volviendo a acomodarse en la mesa.

–No hay porque sentir vergüenza.- dijo Brittany mirándome confundida, creo que ya había notado que estaba drogada. Le hice un gesto y caminé hacia la cocina llevándome la taza. En segundos la tuve atrás mío mientras yo lavaba la taza.

–Que le pasó?- me preguntó.

–No sé, se que se droga, pero nunca la vi así.- dije girando para verla.

–Hace varios días que la veo triste en el estudio.

Sí, hace unos días hable con ella y me dijo que no se sentía tan bien. Aparte, ella fue la que me dio esa pastilla que yo le di a Hanna ese día, hay algo que quiere olvidar.

–Habla con ella, si vino para acá es porque te necesita.

–Lo sé, voy a llevarla al estudio, si te ve acá no me dirá nada.- dije acariciando su mejilla.

–Ok, te deseo suerte.- dijo y beso mis labios rápidamente. Sonreí fingidamente, por más que quería a Sugar había llegado en el momento menos oportuno. Brittany se fue a la sala y lleve como pude a Sugar a mi estudio. Estaba más consciente de a como llego, la senté y jalé mi silla a su lado para verla de cerca.

–Que hiciste?- le pregunté de frente, la conocí, si no era directa no hablaría.

–Me drogué.

–Eso lo sé, la pregunta es porque lo hiciste?

–Te acuerdas que compré las pastillas para olvidar.

–Sí.

–Bueno, no sirvió. Pensé que ahora esto serviría pero tampoco sirve, ya no se qué hacer.- dijo con desesperación y vi como una pequeña lagrima caía por su mejilla.

–Que quieres olvidar? Porque haces esto?

–Porque quiero olvidarla, necesito olvidarla y no puedo.- dijo perdiendo la batalla con las lágrimas. Sus codos apoyados en sus piernas y su cabeza apoyada en sus manos mirando hacia el piso. Me arrodillé y la abracé, jamás la había visto así. Ella era como yo, jamás dejaría que alguien la vea vulnerable, y si ahora lo hace es porque simplemente ya no aguanta más.

–Tranquila, de quién estás hablando?- pregunté sutilmente después de unos minutos de tenerla en mi brazos mientras trataba de secar sus lagrimas.

–Hace un tiempo conocí a una chica en el bar, ella no me hizo caso, era la primera vez que no me hacían caso y me obsesioné. No te imagines todo lo que hice para recibir una palabra de ella.- dijo ya acomodándose en su silla. Yo regresé a la mía y me incline apoyando mis brazos en sus piernas para poder entenderla ya que hablaba muy bajo.

–Y lo lograste?

–Recién a la octava vez que la vi.- dijo y suspiré. Ocho veces la vio y no recibió nada?

–Y que pasó?

–Por fin recibía algo de atención, para mí era lo justo y necesario, no necesitaba más que escucharla. Era como si besarla, llevarla a la cama y las cosas que acostumbraba a hacer ya no importaban.- no podía creer lo que me decía, era igual de desinteresada sobre el amor como yo, sus razones nunca las supe, pero teníamos las mismas leyes.

–Te enamoraste?

–Como una estúpida.

–Y ella?

–Después de 2 meses también se enamoró, dos meses en lo que lo único que hacía era llenarla de regalos, de cariños, tratándole de demostrar que no era lo que ella pensaba de mí.

–Y si se enamoró de ti, porque estás así?- le pregunte sin entender.

–Porque me dejó, se fue, sin explicación, sin nada.- dijo mirándome a los ojos y los suyos se volvieron a llenar de lágrimas.

–Como que se fue? –

Ella es una mochilera, se quedo acá por mí, una noche cuando estábamos juntas me preguntó si estaba dispuesta a cambiar mi vida por alguien.- respiró profundamente.

–No lo pensé y le dije que no, algo cambió pero en ese momento no me di cuenta. Al día siguiente me levanté temprano y ella estaba dormida, no la desperté y me fui al estudio, ya habían pasado como cinco días en los que dormía con ella y sentí que no necesitaba decirle algo, pero cuando regrese a la noche a su hotel me dijeron que ya no estaba, que se había ido.- su voz se quebró al decir eso.

–No la llamaste?

–Crees que no la llame? La llame como loca! Llame a sus únicas dos amigas que conocía y me dijeron que no sabían nada, fui a sus casas porque creí que me mentían, pero no estaba ahí, se fue y no sé donde mierda está.- estaba desesperada y triste. Era raro verla así, pero poniéndome en su lugar creo que estaría igual o peor, no me había puesto a pensar, pero el día que no tenga a Brittany al lado sin duda sería el peor día de mi vida.

–Y crees que drogándote te vas a olvidar por ella?

–Nada haría que me olvide de ella, pero por lo menos sacarla de mi mente por unos minutos.

–Ya viste que no funcionó.

–No es necesario que me lo recuerdes.

–Cuando una persona se mete acá.- dije señalando mi corazón. –No sale, Sé que para ti que yo te diga esto es extraño, pero realmente te entiendo.

–Porque dices eso?

–Yo estoy igual que tú, a mi aun no me dejan, pero están por hacerlo.

–Te has enamorado?

–Como una estúpida.- dije y ella sonrió.

–No te imaginas todo lo que yo haría para volver a ese lugar, para volver a ese momento y decirle que cambiaria mi vida por ella. Si te enamoraste y eres consciente de que se irá, no lo permitas, te sentirás tan miserable.- dijo y la abracé, no aguantaba más. –Cambiaria a todas las mujeres con las que estuve por tenerla a ella solo una vez más, solo cinco minutos serian suficientes.- dijo en mi oído y las lágrimas me invadieron, al igual que a ella. Era una completa cobarde. Si bien lo mío era diferente, lo mío era más complicado, sin duda la pérdida era la misma, era la pérdida de la única que había conquistado a mi marginado corazón.  

CAMBIASTE MI VIDA (BRITTANA)Where stories live. Discover now