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Estoy sentada en uno de los bancos de la barra de la cocina con un plato de cereal con frutas en frente que, por muy simple que parezca, está delicioso... O eso, o yo tengo muchísima hambre.

—Creo que se acabó el cereal—dice mamá mientras observa en el mueble que está arriba de la encimera. Dejé dormido a Zac en mi habitación así que ella no tiene idea de que él está aquí.

—Buenos días.—Papá se acerca para darme un beso en la mejilla y le da un corto beso en los labios a mamá. Se sienta junto a mi en la barra y sonríe - Que hay para desayunar?

—Para ti, nada—dice mamá y papá frunce el ceño. Ella toma un plato de Sándwiches que tiene cerca y se lo pone a papá en frente.—Todo tuyo.

—Gracias—dice él y baja la vista al plato.

Miro a las escaleras y Zac está al pie de estas. Me hace un gesto colocándose un dedo en los labios indicándome que esté en silencio. Mamá y papá están de espaldas por lo que no lo notan cuando se acerca.

—Buenos días familia.—Entra en al cocina con toda la tranquilidad del mundo. Yo reprimo la risa mientras papá levanta la vista y lo mira con asombro.—Mamá.—La besa en la mejilla y ella se queda estática en su lugar mirándolo con ojos como platos. Él abre el refrigerador para sacar una botella de jugo de naranja, se sirve un vaso y devuelve la botella dentro. Mientras da un sorbo mira a mamá directamente a los ojos con expresión tranquila.

—Cómo... Cuándo... Tú... ¿Qué?—dice finalmente mamá y me mira mientras mis risas se mezclan con las de Zac.—¿Tú sabías esto?—pregunta abrazando a mi hermano.

—Me enteré de la manera mas extraña posible—digo y él estalla en carcajadas.

—Por Dios, mírate.—Le pone una mano en la mejilla, cubierta con una barba incipiente. A estas alturas mamá esta llorando y papá se está poniendo de pie para acercarse.—Estas tan...fuerte y guapo.

—Papá.—Mamá lo suelta y papá lo abraza. Lo deja ir y pasa un brazo por la cintura de mamá.—Me alegra verlos, a ambos.

—A nosotros también—dice papá con una sonrisa.

—¿Tienes hambre?—Le pregunta mamá secándose las lágrimas.—¿Quieres comer algo?

—Me encantaría—me sonríe y viene a mi lado - Hola hermanita.

- Hola- le sonríe y me devuelve la sonrisa.

- Creo que deberíamos salir a cenar esta noche, para celebrar - le dice mamá a papá y el asiente - Que les parece ?

- Por mi está bien - Digo y miro a Zac

- Soy todo suyo - Dice él sonriendole a mamá. A ella se le ilumina el rostro; eso ya no ocurre tan a menudo y me gustaría que sonriera más.

Luego del desayuno voy a mi habitación a tomar una ducha y a cambiarme. Reviso mi celular y veo que tengo un par de mensajes de Scott y otros mas de Stephie. Reviso primero los de Stephie.

«Oye, no he vuelto a saber de ti desde el viernes. Eres una muy mala amiga, Eliszabeth»

«Podrías venir a mi casa conmigo mañana después de clases? Podríamos pasar un rato juntas. Tengo un ataque de melancolía muy raro, aunque siendo sinceras yo siempre he sido rara»

«En fin, crees que podrías venir ? »

No se por qué se está comportando tan raro pero voy a hablar con ella mañana en la escuela. Ahora reviso los de Scott.

«Debemos hablar »

«Es urgente»

Qué podría decirme que fuera tan importante. Decido llamarlo al instante.

- Hola - Dice con voz suave.

- Hey. Vi tus mensajes, está todo en orden ?

- Algo así. Cuando crees que podamos vernos?

- Zadquiel, me preocupas. Está todo bien?- repito. Es raro llamarlo así pero creo que es lo más apropiado; está en su modo "Ángel guardián" .La tensión se evidencia en su voz y eso no es que me atraiga mucho.

- No tienes nada de que preocuparte

- Okey - Digo, no muy convencida.

- Crees que podríamos vernos mañana antes de clase ?

- Claro.

- De acuerdo. Nos vemos mañana entonces

- Bueno

- Bueno. Cuídate mucho

- Okey- Hay algo que no me cuadra en su tono.

- Hablo en serio- Sus palabras son severas pero su voz, suave.

- Ya entendí, adiós

- Adiós.

La linea se queda en silencio y yo corto. Que raro.
Decido no preocuparme, mañana vamos a hablar y me va a explicar todo.

Dejo el celular cargando y entro al baño. El agua caliente relaja los músculos tensos de mi cuello y mi espalda, pero no me relaja la conciencia. No sé por qué, pero algo me dice que lo que debe decirme Scott está relacionado con mi sueño, y eso me asusta un poco.

Luego de un par de minutos decido salir de mi relajante burbuja y me voy directa a mi armario. Agarro lo primero que encuentro y me lo pongo. Me recojo el cabello en un chongo desordenado y busco mis sandalias. Como por lo visto tengo hasta esta noche para no hacer nada y rascarme la barriga, busco un libro y bajo a la sala. Zac está en el sofá viendo la tele, mamá está lavando los platos del desayuno y papá está leyendo un periódico en la mesa del comedor. Me siento junto a Zac y abro mi libro en donde lo había dejado hacía dos días.

El rato se me pasa volando y a medida que voy leyendo las últimas páginas del libro las lágrimas que no me había dado cuenta que estaba conteniendo se desbordan por mis mejillas.

- Oye, eres una masoquista - dice Zac a mi lado, poniendo me una mano en la barbilla y obligándome a mirarlo.

- No es mi culpa ser tan sensible- sorbo por la nariz y el rueda los ojos

- Qué libro es ese ? - levanto el libro y le muestro la portada - Yo antes de ti. Por qué lloras si sabes en qué iba a terminar?

- Eres un insensible !- tomo uno de los cojines y se lo lanzo a la cara. El se ríe, agarra otro y me lo lanza. Lo miro asombrada y el levanta una ceja con aire desafiante- Es la guerra!!

Tomo el resto de los cojines y los lanzo. Él me responde de la misma manera y hacemos un desorden con los adornos de sofá. Nuestras risas se mezclan en el ambiente de silencio de la sala y papá nos observa desde su posición con una mirada de "Estos chicos no maduran nunca".

- Creo que es suficiente - grita mamá desde detrás del sofá y nuestras carcajadas se cortan- miren todo el desorden que acaban de hacer. No tienen tres años, creo que...

Su regañina se ve interrumpida por un cojín que Zac le lanza a la cara. Mamá lo fulmina con la mirada y yo me muerdo el labio para contener la risa. Papá, sin embargo, intenta disimularla con una tos, sin mucho éxito.

- Zachary Davis Alexis Thompson, eso no es gracioso- dice mamá pero igual rompe en una carcajada - Van a ordenar esto!!

Se devuelve a la cocina y Zac y yo nos ponemos a devolver todo a su sitio.

- Odio cuando me llama por mi nombre completo- dice.

- Dímelo a mí - Nos reímos una vez más y terminamos de ordenar la sala.






Annoying: Ángeles entre nosotros | EDITANDO Where stories live. Discover now