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Finalmente nos separamos del abrazo y seguimos caminado. Su brazo me rodea los hombros y yo le rodeo la cintura. Siento nervios y la anticipación me embriaga pero, tengo fe de que todo va a salir bien; quiero mantener esa esperanza.

Subimos al auto y nos dirigimos hacia la csa del hombre en un comodo y cálido silencio.

Scott lleva dirigiendome miradas de soslayo desde que salimos y una sonrisa amenaza con aparecer en las comisuras de sus labios. Me pregunto qué estará pensando.

Finalmente llegamos a nuestro destino. Me bajo del auto y suspiro. Vamos de la mano hasta la puerta de la enorme casa. Él me mira y sonríe infundiendome confianza.

- Lista? - Pregunta y yo asiento.

- Siempre - Con la mano que tiene libre, toca el timbre un par de veces y esperamos. Un minuto mas tarde, el hombre aparece.

Debería haber escuchado cuando Scott me dijo que no parecía de setenta años. Y vaya que no.

Lleva lentes siendo eso lo único que da indicios de una edad avanzada. No tiene una sola cana, es alto y se ve fuerte e imponente. Apenas mirarlo siento como su aura me atraviesa. La comprensión me golpea y lo entiendo todo al instante.

Es un ángel, igual que Scott.

El chico a mi lado empieza a hablar.

- Buenos dias, señor. Probablemente no me conozca, yo soy...

- Anuel - Dice el hombre con una clara expresion de reconocimiento y sorpresa.

- Como sabe mi nombre ? - Pregunta con confusion el aludido

- Cómo no saberlo, si allá arriba no dejan de hablar de ti. - Ahora me mira a mi - Y tú debes ser Eliszabeth. Pasén, los estaba esperando.

Scott me mira sorprendido y yo me limito a encojerme de hombros.

- Cómo que no dejan de hablar de mi? - Pregunta ahora cuando se sienta en el sofá a mi lado.

- Por qué no lo harían? Según yo, ángeles que protejan a posibles salvadores de la humanidad no son creados ni enviados todos los dias. Este es un caso especial.- Se pone de pie y se dirige a una pequeña barra que hay cerca de donde estamos - Quieren algo? Soda, agua, algún jugo... les recomiendo ponerse comodos y tomar algo; podríamos tardar.

- Yo quiero soda - Dice Scott y me da un toquecito en el hombro para luego hablarme mentalmente.

Quiza deberías tomar algo, Liz

- Yo también quiero una, por favor - En instantes el señor collins se sienta frente a nosotros y coloca una bandeja en la mesa de cafe con nuestras bebidas.

- Bien, me alegra que hayan decidido venir. Es algo curioso ver a un ángel con tantos sentimientos encontrados confundirse igual o peor que su protegida - Rie suavemente - Pero estoy dispuesto a proporcionarles la informacion que necesiten. Pueden preguntar lo que quieran.

- Anuel me dijo que tenía setenta años - Comienzo con calma - En serio los tiene?

- Por supuesto que los tengo. Solo que son terrenales - ve mi expresión confundida y explica sonriendo - Algo asi como años de servicio en la tierra. Llevo setenta años en el mundo terrenal, pero no envejezco, asi que no me veo de esa edad. Para los humanos soy un hombre más; pero veo que tu has visto más allá- sonríe de nuevo y se recuesta en el sillón- y bien, de qué querían hablar?

- Pues... - Comienza Scott - Como trendrá conocimiento, Eliszabeth al parecer es la nueva esperanza que tenemos en el mundo espiritual para derrotar a los demonios. Sabemos que la profecía menciona a alguien puro de corazón - Scott me mira con cariño y toma mi mano con dulzura, para luego mirar de nuevo a los sabios ojos del ángel enfrente de nosotros -  y no hay duda de que el corazón de esta chica es uno de los mejores que he visto en todos mis años de servicio. Pero, aún asi, tenemos dudas tanto ella como yo sobre lo que podría o no afectar con el cumplimiento de la profecía, asi que venimos a usted como uno de nuestros recursos más confiables.

Annoying: Ángeles entre nosotros | EDITANDO Where stories live. Discover now