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- Te odio

- Y ahora que hice? - Pregunta Scott a mi lado con fingida inocencia.

- Y preguntas que hiciste? - Lo miro enarcando una ceja. Estoy empapada desde los pies a la cabeza y todo porque al angelito se le ocurrió que necesitaba un baño.

Luego de salir del hotel fuimos a la playa y caminamos un rato para llegar al lugar donde iba a conocer a no se quien (básicamente porque Scott no se digna a decirme). El punto es que mientras paseabamos por la orilla, me quejé por tener las piernas cansadas y en lo que al principio parecía un gesto caballeroso de su parte al cargarme, me llevó hasta mar adentro mientras yo pataleaba y me dejo caer ¡En el agua!

Ahora estoy frente a una cabaña abrazandome a mi misma porque tengo frío y la brisa no ayuda.

- Por favor, no te enojes conmigo. Sabes que no quería... - lo interrumpo mientras doy media vuelta para encararlo.

- Tu sabes que sí querías - Lo señalo con mi dedo índice - Asi que no digas lo contrario.

- De acuerdo - Levanta las manos en gesto de rendicion. En ese momento se abre la puerta dejando ver a una mujer de unos cincuenta y tantos años.

Es un poco más baja que yo, lleva lentes, el cabello recogido en un moño bajo y una cadenita plateada con una pequeña cruz rodeandole el cuello. Sus ojos son de un azul tan cristalino que parece como si quisieran ser traslúcidos. Tiene el rostro de color crema y un suave rubor cubre sus mejillas. Al ver a Scott sonríe mostrando una dentadura increiblemente blanca.

- Scott - Él sonríe y se acerca para recibir un abrazo.

- Hola, Nana - Se separa y la mira a la cara. Ella tiene los ojos iluminados. Acerca su mano al rostro de él y acaricia su mejilla con suavidad.

- Cómo has estado ? - Dice ella con cariño. Yo miro la escena enternecida. Se ve desde lejos que esta mujer ama a Scott y se que, por su expresión, él también lo hace. 

- Muy bien - Baja la cabeza y le da un beso en la mejilla. Ella gira y me ve.

- Y ella quien es? - Pregunta con una sonrisa.

- Nana, ella es Eliszabeth. Liz, ella es Lauren Taylor. Mi abuela y la mujer que me crió durante dieciseis años aquí en al tierra. - Sonríe al decir esto último.

- Es un gusto, Señora Taylor. - Le extiendo la mano pero ella tiene otros planes.

- El gusto es todo mío - Me atrae hacia si y me abraza - Por Dios, cariño, estas helada.

- Ay que raro - Digo con sarcasmo - Por qué no le preguntamos a Scott el motivo ?

- Que hiciste? - Ella lo fulmina con la mirada.

- En ese momento parecía una buena idea

- Tu nunca vas a madurar - Rueda los ojos y vuelve a mirarme - Entren. Voy a buscarte algunas toallas y a preparar algo de chocolate.

- Gracias - Asiento y entro a la cabaña.

El lugar es bastante acogedor y amplio, mucho más de lo que parece desde afuera. Los muebles y las paredes son en tonos claros por lo que se ve todo iluminado y pulcro. Es precioso

Me acerco a uno de los sofas y me siento. Scott se sienta a mi lado y me pasa un brazo por los hombros por lo que yo me recuesto en él.

- Lo siento - Dice y yo lo miro - Solo quería divertirme un rato.

- Da igual. Si me da gripe, es tu culpa.- Digo y su risa se mezcla con la mía.

- En serió estas helada - Frunce el ceño y me abraza mas contra si. Automáticamente el calor que irradia su cuerpo me invade y se extiende desde el punto de contacto con sus brazos. Lauren llega y sonríe al vernos abrazados.

Annoying: Ángeles entre nosotros | EDITANDO Where stories live. Discover now