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—Elizabeth Ann Thompson, ¡eso fue increíble!—grita Stephie acercándose. Se sienta a mi lado y luego me abraza—¿Por qué no sabía que bailabas así?

Me encojo de hombros y ella me sonríe para luego mirar al chico que está a mi derecha. Él la saluda con un asentimiento y ella suelta una risita tonta y enrojece. 

—Voy por algo de beber—Scott se pone de pie y se va directo a la barra ajeno a las babas de las chicas que deja atrás. Luego del numerito de baile todas están algo -Bastante- encandiladas.

—Es tan sexy—dice Stephie y abro los ojos como platos—¿Que? Sabes que es cierto, no lo niegues—ríe entre dientes cuando me sonrojo—Y hablando de gente sexy, mira al chico pelirrojo que está mirando hacia acá—Stephie le sonríe y él le guiña un ojo con picardía.

Miro al chico y me llevo una grata sorpresa. —Lo conozco.

—¿En serio?

—Compartimos una clase el año pasado; era de los mejores promedios, siempre me cayó bien. En una escala del uno al diez, ¿Qué tan lindo lo consideras?—pregunto

—Un diez, definitivamente

—Ve por él

—¿si? ¿Y tú? ¿Cómo vas a regresar?

—No te preocupes por mí, siempre puedo pedirle a Scott un aventón— Habíamos venido en su auto, pero me las arreglaré si eso contribuye en algo.

—¿Segura? —La duda presente en sus ojos avellana mientras se levanta.

—Segurisima—duda un poco mas antes de que sus ojos se aclaren.

—De acuerdo—se inclina y me da un beso en la mejilla.

—Que tengas linda noche —le grito mientras se aleja.

—¿Lo dudas?

—Envíame mensajes por favor, para saber que estás bien.

—De acuerdo.

Ella se va con el chico y se pierden en la multitud. Scott se acerca con dos vasos en la mano y se sienta a mi lado de nuevo. Justo ahora me doy cuenta de que estamos en una especie de zona V.I.P 

—Gracias—digo y tomo el vaso que me ofrece para dar un sorbo.

Coca-cola

Termino la mitad de un trago. Estoy cansada y me quiero ir. 

—Oye, creo que me voy a ir a casa.—Le digo a Scott y me termino el resto de la gaseosa de un trago.

—¿Cómo? Stephie se fue y no tienes auto.

—¿Como lo sabes?—Este chico me asusta un poco

—Llegaron juntas.—Se encoge de hombros como si fuese obvio. Lo miro interrogante así que sigue explicando —La vi alejándose con un chico y no tienes ninguna llave en la mano, y aunque la tuvieras, tampoco tienes cartera así que no hay licencia. Por otro lado, considerando que ella tiene un bolso, si el auto era de su propiedad tiene llaves y documentos que guardar con lo que deduje que fue en el suyo; solo había que unir puntos.

Estoy perpleja.

—¿No has considerado dedicarte a la investigación criminal? Porque te iría excelente.—Se ríe y termina el contenido del vaso de un trago. Lo pone en la mesa junto al mío y se pone de pie.

—Salgamos de aquí—dice con un gesto en la cabeza y me da un tironcito de la mano para que me ponga de pie.

Entre la multitud él agarra fuerte mi mano y nos guía hacia la salida en la parte de atrás del club que da a una especie de aparcamiento solitario iluminado tenuemente donde solo hay un par de autos y algunas motocicletas.

—Por Dios, que cambio—digo. Se siente bien no tener que gritar.

—¿A donde quieres ir? —pregunta Scott

—A donde sea menos aquí—ríe.

—De acuerdo, vamos por la moto.— Cruza la calle dejándome atrás y lo fulmino con la mirada.

Eres todo un caballero.

Me dispongo a cruzar la calle ajena a lo que sucederá. Todo pasa extremadamente rápido.

El motor de un deportivo a toda velocidad se oye muy cerca y una luz cegadora se ve a continuación. Literalmente, en un abrir y cerrar de ojos un brazo se cierne sobre mi torso aprentandome contra un pecho fuerte, y estoy al otro lado de la calle.

Siento la respiración agitada de Scott en mi cuello. Maldice en voz baja y me suelta para mirarme directamente a los ojos. Los suyos son un tormento de emociones que van del susto a la preocupación, pasan por el alivio y terminan rápidamente en un poco de enojo.

—No vuelvas a hacer eso, ¿Entendido?—pregunta molesto pero yo estoy petrificada en mi lugar, muy sorprendida para contestar.
En menos de un segundo apareció de la nada y me salvó de que me arrollara un auto.

Este chico no puede ser humano

—¿Cómo hiciste eso?—pregunto en un susurro. El suspira y me mira con seriedad.—Y quiero que me digas la verdad, porque no creo que puedas inventar algo válido para justificar eso.

—Primero vamos a otra parte, hay mucho que explicar.

Vamos a toda velocidad en la motocicleta a través de la ciudad en camino a la casa  de Scott. Refuerzo mi agarre en su abdomen cuando un auto nos pasa a toda velocidad, trayendo a colación  los eventos que acababan de ocurrir. Siento como la espalda de Scott se tensa y sé que está pensando en lo mismo que yo.

Un par de minutos mas tarde estamos dejando la moto en su lugar en el pequeño garaje.

Le devuelvo el casco e intento desenredar la maraña en la que se ha convertido mi cabello con la brisa del camino.

Scott enciende las luces y vamos a la sala. Me siento en el sofá y espero a que él haga lo mismo.

—Bien, lo primero que voy a pedirte es que intentes mantener la calma, ¿de acuerdo?—dice mirándome con intensidad directamente a los ojos—No todo es lo que parece.

—Solo quiero saber la verdad—digo y suspiro expectante.

—Bien.

Annoying: Ángeles entre nosotros | EDITANDO Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon