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Toco el timbre de la casa. Respiro profundo. El corazón me late a mil por hora, no entiendo por qué.

Zadquiel, es solo una cena. Relájate.

Bien, intenta hacer lo que te dijeron en la cumbre. Inhala, exhala; Inhala, exhala. Inhala... esto no sirve. Debería tenerlo claro desde hace mucho tiempo. Extiendo la audición buscando a Eliszabeth y la encuentro en el segundo piso hablando con su madre. Río por lo bajo cuando ésta hace un comentario sobre su padre matándome; si tan solo supieran...

La puerta se abre y me deja ver a su madre con una sonrisa en el rostro.

- Hola, pasa - hace un gesto con la cabeza y abre la puerta para dejarme entrar- Yo soy la madre de Eliszabeth- Me extiende la mano y yo la tomo y deposito un beso corto en el dorso.

- Un placer conocerla, señora Thompson.

- Por Dios, dime karen.

- Lo siento, se... - me mira con el ceño fruncido - Karen

- Quien es, cariño ? - Pregunta su esposo desde la sala. Noto la respiración de una tercera persona pero no lo reconozco. Miro a Karen y ella me guiña un ojo.

- Es la cita de Eliszabeth - dice de vuelta y me lleva hasta donde están él y... Zac. Eliszabeth no mencionó que su hermano estaba aquí. Espera... dijo que era una cita?

- Qué...- su padre me mira y frunce el ceño. Claramente no está de acuerdo en que su hija salga con alguien. Se pone de pie y me mira serio- Y tu eres...

- Scott Taylor, señor - le extiendo la mano y él la aprieta con fuerza. Conozco esa táctica, intenta afirmar su dominio sobre la situación. Como no quiero pelear decido seguirle la corriente. Busco algo en la habitación con lo que romper el hielo y veo que está mirando un partido de baseball por lo que menciono algo al respecto y su expresión cambia por completo. Me invita a sentarme con ellos. Lo dejo hablar y escucho el tono de emoción en su voz. Bingo. Un home run y un par de minutos más tarde escucho el repiqueteo de un par de tacones en las escaleras. Como a los oídos humanos sería imperceptible no miro hacia allí porque sería raro. Sigo escuchando al señor Thompson hasta que Eliszabeth se aclara la garganta. No ponemos de pie y miramos hacía ella. Yo soy el último en mirar y...

Ay. Por. Dios

No sé ni que decir. Y por lo visto no soy el único sorprendido en la sala porque su hermano tose hasta la muerte, su padre se está ahogando con el vino y su madre sonríe como el gato Cheshire. Yo intento reprimir la risa pero aún así sonrío ligeramente.

- Lista? - Ella asiente y se acerca para despedirse de sus padres y de Zac. Cuando llega a mi le extiendo mi brazo y ella lo rodea con el suyo. Es una sensación agradable; siento el calor de su piel aún a través de la gruesa tela de la chaqueta.

-Un gusto conocerlos- digo mientras Eliszabeth nos dirige con prisa hacia la puerta.

- Lo mismo digo - su madre grita desde la sala, mientras Eliszabeth,literalmente, me empuja afuera.

Cierra la puerta detrás de nostros y suelta un sonoro suspiro y yo finalmente me doy el placer de reir.

- No te rias - dice Eliszabeth a mi lado pero se rie un poco.

- Lo siento - Doy media vuelta y la encaro de frente. Sonrio y la miro bien.

- Que ?

- Nada - Digo negando con la cabeza. La voy a molestar un poco.

-Dime - me golpea el hombro y yo hago una mueca de dolor. La miro y suspiro.

- Estas muy bonita - Digo y ella enrojece por lo que me rio de nuevo.

Annoying: Ángeles entre nosotros | EDITANDO Where stories live. Discover now