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Vamos camino al apartamento de Asmodeus mientras él y Scott hablan de cualquier cosa; no estoy prestando ni la mas nímia atención a lo que dicen hasta que veo que nos detenemos frente a un muy bonito complejo cerrado. Ya no debería sorprenderme que las casas de todos estos chicos sean tan... extravagantes, pero lo hace, y de nuevo estoy sorprendida. Jardines bien cuidados, seguridad en cada cuadra, autos carísimos, y ni se digan las casas.

-Llegamos - Dice Scott finalmente. Y mira a Asmodeus con el gesto tranquilo.

El ambiente entre los dos a mejorado notablemente desde que salimos del refugio, asi que supongo que hablaron y arreglaron sus diferencias mientras estábamos allí.

- Gracias - Le da una palmada en el hombro y luego me mira. Hace un gesto como si tuviera un sombrero en la cabeza - Señorita.

- Adios - Le digo con una pequeña sonrisa.

- No causes tantos problemas - Le dice Scott a Asmodeus mientras se baja en tono burlón.

- No prometo nada - Asmodeus levanta las manos en un gesto despreocupado y se da la vuelta para entrar al complejo. Suelto una risita y es lo ultimo que se oye en los siguientes cuarenta minutos.

El camino de vuelta al hotel transcurre en silencio; por lo visto Scott esta molesto conmigo por arriesgarme asi. Dejamos el auto estacionado y subimos a la habitación. Me abre la puerta y deja que entre yo primero mientras él me sigue. Me doy media vuelta y lo encaro mientras cierra la puerta.

Suficiente.

- Se que estas molesto porque me arriesgué mucho hoy, pero no soporto este silencio. Creo que deberias... - Me interrumpe colocando sus manos en mis mejillas y uniendo sus labios con los míos. No es un simple roce igual que ayer, es un beso real. Siento la suavidad de sus labios mientras me besa con ternura y desespero; no tardo nada en corresponderle de la misma manera. Percibo un suave sabor a menta y lo saboreo. Cierro los ojos y coloco mis manos en sus antebrazos flexionados. Me acaricia la mejilla con el pulgar y finalmente se separa de mis labios juntando su frente con la mía viendome directamente a los ojos.

- Podrías dejar de atravesarte en el camino de los autos deportivos, por favor?  No me dejas nada fácil el ponerte a salvo - Dice y yo me río, recordando que la noche del club, un deportivo estuvo a punto de arrollarme. Los ojos le relucen con un tierno brillo protector y me pregunto qué estara pasando por su cabeza en este momento. Acaricia mi nariz con la suya cerrando los ojos y yo disfruto el momento cerrando los mios también.

Las personas dicen que uno cierra los ojos cuando besa porque quiere detener el tiempo, pero ahora mismo yo prefiero pensar en aquella vieja frase de Hellen Keller que dice que lo mejor y lo más bonito de esta vida no puede verse ni tocarse, debe sentirse con el corazón.

Valga añadir que Hellen era ciega, pero no puedo estar más de acuerdo, Hellen.

- Voy a intertarlo - Digo y él ríe. Niega con la cabeza me mira de nuevo.

- Contigo no se puede, liz

- Lo sé - Asiento y él vuelve a reir.

- Arreglate, vamos a la salir un rato a relajarnos. - Me acaricia una última vez las mejillas y se separa de mi para irse a la habitación. Mientras camina se quita la camiseta por la cabeza y deja al descubierto su tonificada espalda.

Stephie estaría babeando en este momento.

Me limito a seguirlo hacia la habitación y busco mis cosas en la maleta para ducharme. Veinte minutos mas tarde estoy lista.

Caminamos hasta una marisquería que queda una cuadra más atras del hotel. Al llegar, Scott pide que nos ubiquen en una mesa junto al fuego;
Ya sentados se limita a mirarme en silencio con una sonrisa bailándole en las comisuras de los labios.

- Qué? - Pregunto mientras él niega con la cabeza.

- Nada - Pero aún así sonríe y sé que está mintiendo.

- Eres tan raro, Taylor - entrecierro mis ojos y el me sonríe.

- Y tu eres tan preciosa, Thompson - baja la vista al menú y yo lo agradezco con toda mi alma, ya que asi no puede ver el rubor que cubre mis mejillas.

~♡~

Unos fuertes brazos se ciernen a mi cintura y me estrechan contra un fuerte pecho; sonrío cuando siento la suave respiración de mi ángel guardian en la nuca y se me ponen los pelos de punta. Me doy la vuelta con suavidad para no despertarlo pero medio de su inconsiencia protesta un poco y frunze ligeramente el ceño para recuperar su expresión tranquila al poco tiempo. Lo miro y acerco mis manos a su rostro pasando las yemas con sutileza por sus suaves mejillas. Su expresión es pacífica y se ve adorable, aparte de guapísimo, mientras duerme. Paso mis dedos por sus cejas y luego por la linea de la mandibula; sigo por la naríz y perfilo sus labios con mi dedo índice. Mientras lo hago, una leve sonrisa se esboza lentamente en ellos.

- Disfrutas examinándome como experimento de la clase de ciencias ? - Pregunta con la voz ronca y abre los ojos lentamente dejándome ver un brillo burlón en ellos.

- Ja Ja - muevo la cabeza y lo miro directamente mientras él sonríe - Y si, lo hago.

Suelta mi cintura y alcanza mis manos con las suyas. Las acerca a su boca y besa cada uno de mis nudillos; me limito a mirarlo paralizada  -o embelesada, si quieren verlo del modo romántico- mientras lo hace.

- Buenos dias - susurra.

- Buenos dias - contesto con una sonrisa.

Me rodea la cintura de nuevo para apretarme contra sí y yo me acurruco en su pecho. Cierro lo ojos y me relajo de el calor de su abrazo.

- Esto no es raro? - Pregunta un par de segundos después.

- No

- Segura? Porque puedo... 

- Shhhh. No lo arruines - lo interrumpo y el se ríe con suavidad.

- De acuerdo - Dice y noto como se relaja.

Nos quedamos así un largo rato, y me encantaría que durara la eternidad que aparenta.

Porque les puedo asegurar que no hay nada mejor que un abrazo cuando no sabes cuán mal podrían terminar las cosas para ti.



Annoying: Ángeles entre nosotros | EDITANDO Where stories live. Discover now