Mi compañero de Trabajo [Editando]

Capítulo 10

Luigi la había regado al preguntarle esas cosas incómodas a Nicolás. El joven estaba un poco enojado con él, no quería hablarle, no le hacía nada de caso. Prácticamente no quería saber de él. Se pasaron la tarde entera tratando de hablarse o algo, pero era inútil. El joven no quería nada, es más; cuando terminaron su jornada laboral, Luigi ofreció llevarlo a su casa, y este dijo:

—Luigi, ¡Por favor! Déjame en paz. ¿Quieres? —Dijo el joven sin dejar de quitar la vista a su camino a la estación del metro.

—Pero, Nicolás. ¿Porque te pones así? No fue nada del otro mundo, lo que te pregunté.

— ¿No? Insinúas que puedo ser gay, te  he dicho que no, pero aún así no me crees y estás dudando de mi palabra.

—Nico, te juro que yo no quería hacerte daño con esa pregunta, pero no quiero que te ilusiones por algo que tal vez, no sea posible.

—Por Dios, Luigi. ¿cómo es posible que piense que puedo estar enamorado de ti? ¿De dónde sacas que yo puedo estar enamorado de ti?

—Solo lo supuse, ¿Okey?

—Claro, como no.

—Nico, te estoy pidiendo que me perdones.

—Y yo te dije que lo dejes, dejemos esto aquí Luigi. No tiene caso, tú no crees en mi palabra.

—Está bien, si eso es lo que piensas, Te dejare en paz. Hasta mañana Nicolás. Cuídate. —Dijo el chico y se dispuso a avanzar en su auto.

El pelinegro estaba muy triste, porque a pesar de que solo llevaba unos días de haber conocido a Nico, el joven ya le estaba tomando cariño. Se sentía mal por ofenderlo de esa manera.

Por otro lado Nicolás estaba muy decepcionado de lo que pasó con Luigi, sus amigos y su novia. El joven llegó a su casa muy cansado, y con las ganas que este tenía de tirarse a la cama, sin embargo, tenía ganas de hablar con alguien para desahogar sus penas, y quién no mejor que...

— ¿Qué? ¿Y encima quiere que tú le confirmes?

—Pues, se lo negué, aunque estaba deseoso por decirle que soy gay.

— ¿Y por qué no? Si tanto te estaba insistiendo, lo mejor era que le dijeras y listo.

—Jessi, no quiero perder mi amistad con Luigi. Si le digo que soy gay, tal vez este firmando mi sentencia de no volver a saber de él más nunca, y eso es lo que yo no quiero a pesar de saber que nunca estaré con él.

—Que tonto eres Nico, si él te está insistiendo para que le digas que le digas tu preferencia sexual, es porque el segurito quiere algo contigo.

—Yo no creo eso, Luigi se ve a lejos que es un macho. Por lo que alcance a escuchar hoy está tratando de arreglar su relación con su novia, que hasta tiene planificado una cena romántica y todo eso.

—Nico, tampoco te pongas así. Ya verás que un día el tiempo me dará la razón con tu compañero, y yo sé que ustedes están destinados a estar juntos.

—Yo no creo eso, pero está bien. Guardaré tus suposiciones. Mejor cambiemos de tema. ¿Cómo están tú y los niños?

—Ay pues, lo niños locos por estar en nueva York, y yo pues bien, ya sabes trabajando mucho para sobrevivir.

— Yo estoy loco por ver a mis ahijados, quiero darles unos apapachos. Y bueno, así estamos todo, no hay nada que se pueda hacer. ¿Pero no tienes a un pretendiente o algún loco que le este echando el ojo a mi amiga?

—Nico, Sabes que no estoy para esas cosas, por el momento mi prioridad son mis hijos, y mi hogar también.

—Jessi, no está mal darse una escapada por ahí, Albín y Starling ya son grandes, tienes que tener tiempo para ti.