Capítulo 30 (Final)

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Luigi y la señora Albinson llegaron a la mansión. La mujer estaba más que encantada por tener al pelinegro en su casa. Ya que, desde el accidente de Nicolás, ella no había logrado convencer al joven de invitarlo a su casa por negaciones suyas.

El plan de la mujer ya casi estaba por completarse y lo único que faltaba era un pequeño empujón para que todo salga perfecto. Tras llegar a la sala ella lo miró y Dijo: 

—Luigi, ¿puedes esperarme un momento aquí? Es que voy a buscar las fotos. —Dijo la mujer algo nerviosa, pero ansiosa. El pelinegro solo se limito a asentir, para seguir mirando hacia la nada. Mientras, Luisa se retira detrás suyo.

Luigi dio un gran suspiro y se preguntaba ¿por qué rayos tendría que estar aquí? En lugar de estar en el hospital cuidando de su novio, y no aquí perdiendo el tiempo con una mujer que al parecer más que ser una suegra dolida, está parece buscar algo con el.

Luisa entra a la cocina y le ordena a todas las empleadas que estarán libre por el día, también les ordenó para que les​ avisarán​ a los demás empleado, para que nadie la pudiera Interrumpir con su visita.

[***]

Mientras, Jessica llega al hospital para cambiar de turno con Luigi, pero mientras entra a la habitación del castaño, el pelinegro no se encuentra en ella. Así que, la chica sale a buscar a un doctor o a una enfermera para obtener alguna información acerca del paradero de Luigi.

—Enfermera —Jessica detiene a una chica que pasaba por la habitación de Nicolás—. ¡Disculpe! Pero de casualidad, ¿usted sabe si el chico que viene siempre a este cuarto vino hoy? —Señaló con su dedo índice hacia el número de la habitación.

—Mmm, si señorita, el joven estaba aquí, pero se fue hace menos de una hora con una señora de estatura alta y cabello castaño.

De pronto la chica se dio cuenta de quien se trataba y luego dijo:

—Bueno ¡Muchas gracias señorita! —Agradeció la mujer amablemente. La chica le respondió con una sonrisa y luego siguió su camino.

Jessica entró a la habitación donde tenían a Nicolás, se acerca hasta su cama, para quedarse mirándolo fijamente, después de unos minutos, la joven dolida por ver al castaño en ese estado, saca una lágrima de tristeza e importancia. Ya han pasado 3 meses y era un tiempo que pasaba volando y Nicolás no daba señales de despertar, eso le partía el arma a la chica.

Luego de estar un rato parara mirando a su amigo, la rubia toma asiento y se pone a leer el capitulo que dejó del libro "Amantes"  por el cual trataría de no pensar en la situación de Nicolás. Pero algo la hace llamar su atención, a lo que deja el libro en una mesitas del cuarto, para mirar fijamente al castaño. De pronto, ella nota que él está moviendo unos dedos.

Ella se para de su sofá y se va directamente hasta él, y lo mira con alegría. Ya que estaba dando esperanzas de que el chico podría despertar.

—Luigi, ¿a dónde demonios te fuiste con esa mujer? —Se pregunta la mujer feliz pero a la vez muy angustiada.

[***]

—Esta es cuando estaba embarazada de Nicolás. —la castaña le mostraba una supuestas fotos de Nicolás cuando era pequeño. Ya que, tras ver las imágenes una y otra vez, estaba claro que esos bebés no se parecían en nada a su novio.

—Estaba muy hermosa para esa época—. Contestó el chico fingiendo admiración por la mujer.

—¡Gracias! ¿Y ahora? ¿No me veo hermosa? —La chica trata de llamar la atención del pelinegro, ya que ella vestía de una manera muy provocativa, pero Luigi se hacia el que no sabía nada.

Mi compañero de Trabajo [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora