5. Cómo deshacerse de Ian Key

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Ya no podía más con la frustración. Alan y Tiago eran unos traidores, esa no se las perdonaría nunca. Ni siquiera tuvo la intención de seguirlos, pateando cuanto mueble se le puso en frente caminó a la cocina. Sacó un jugo y escuchó los ladridos incesantes de Gatorade, el perro pastor alemán de la familia.

Cerró el refrigerador y una idea maliciosa cruzó su mente. Gatorade podía ser el perro más cariñoso y fiel con su familia, pero una furiosa fiera con los intrusos.

Sophie ya podía imaginar la escena: El enorme perro corriendo hacia Ian, arrastrándolo de una pierna hasta el jardín y enterrándolo en un enorme agujero. Era perfecto. Destrancó la puerta e inmediatamente Gatorade salió disparado hacia el individuo desconocido.

De su sonrisa maliciosa la muchacha pasó a una de espanto. La imagen del muchacho cubierto en sangre al ser atacado por el animal no pudo evadir su mente. Ella no quería deshacerse de Ian en una forma tan literal, así que corrió esperando que no fuese muy tarde.

Llegó a la sala, donde los tres chicos estaban, como era de esperarse el cuadrúpedo era muy rápido. Sophie quedó estática al ver la escena: Gatorade prácticamente devoraba la cara de Ian, pero a lamidas. Le movía la cola alegremente y el muchacho lo acariciaba entusiasmado.

—El animal más fiel, sí claro —protestó Sophie dirigiéndose a su cuarto, hecha una furia.

Se deslizó bajo la cama y se hizo un ovillo, emanado tristeza y melancolía. Más que nunca se dio cuenta de que no tenía a nadie. Sus amigos ni si quiera la toleraban, el chico que le gustaba tenía novia, su hermano, su primo y hasta el perro preferían a Ian antes que a ella. Ya comenzaba a llorar cuando sintió la puerta abrirse y vio un par de zapatos junto a la cama.

— ¿Sophie qué pasa? —le preguntó Alan, echándose de estómago en el piso para verla.

—Nada, vete con tu amigo —fue su taciturna respuesta.

—Es tu cumpleaños, quiero pasarlo contigo, ven con nosotros, no puedes quedarte sola. —Le extendió la mano mientras hablaba con dulzura, ella la rechazó de un manotazo.

—No voy con traidores, dijiste que me ayudarías a vengarme de él y haces todo lo contrario.

— ¿Ian es el chico que te hace la vida miserable? —preguntó confundido.

—Sí, es él —confirmó con un puchero.

—No lo sabía Sophie. ¿Cómo puedes odiar a alguien que conociste hace solo tres días? Ian es genial, lo conozco, tal vez sólo empezaron con el pie izquierdo, dale una oportunidad, no tienes por qué sabotear lo que resta de tu cumpleaños. —Le dirigió una sonrisa y su prima no pudo resistirse. No importaba lo que le dijera, Ian había herido su orgullo, aquello era demasiado, pero intentaría tolerarlo, al menos por ese día.

***

Tiago e Ian conversaba amenamente, como si fueran los mejores amigos, por supuesto que eso le molestó de sobre manera. Le extendieron a Alan una lata de cerveza y se sentaron a la mesa.

— ¡Le diré a papá! —gritó Sophie a su hermano.

—Solo son un par, ni se dará cuenta. —Levantó los hombros y se balanceó en la silla.

Ella agarró un jugo y retiró un asiento bruscamente.

—Si no dices nada te damos un traguito —le dijo Ian acariciándole la cabeza como a un cachorrito.

La muchacha apretó los dientes y la mano al rededor del cartón, haciendo que el jugo saliese disparado hacia su rostro. Los tres chicos rieron y ella no lo soportó más. Lanzó el envase con el resto de jugo hacia Ian y luego se abalanzó contra él, con la intención de arrancarle los miembros.

Los sueños secretos de SophieTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang