Rincón entretenido en donde pueden encontrar anécdotas y confesiones de escritores y lectores de la literatura LGBT+
Espero que pasen un buen momento leyendo, comentando y votando por sus anécdotas preferidas.
(*'・ω・)ノ ADVERTENCIA: Si sufres de esp...
"Estudio ingeniería de software. Después de saber los resultados del examen de admisión, los novatos tuvimos que hacer un curso de álgebra, calculo, física, trigonometría y aritmética. Para estas clases, formaron grupos de carreras combinadas, nunca entenderé la razón. En el grupo en el que tomaba clases, estábamos combinados alumnos de ingeniería de hardware con software.
Un día, en la clase de trigonometría, un chico se preguntó en voz alta el por qué de una de las fórmulas. Como buena persona que soy, le expliqué y allí lo conocí. Total, platicábamos un poco, hasta nos agregamos en Facebook. Pero, me llevé una sorpresa con este hombre.
Mis amistades son curiosas, solemos hacer bromas pesadas y chistes sarcásticos. Una noche que platicaba con este chico de hardware, no recuerdo por qué pero él empezó a hablar que Hitler, los nazis y cosas de esas. Yo me reía, porque lo tomé como bromas, después de todo, así de crueles solemos ser mis amigos y yo.
Un día le dije que escribía novelas y cuentos, pero no recuerdo si por algo se interrumpió la conversación. Después, este hombre seguía diciendo cosas de Hitler, me empezó a sacar de onda, porque ya no parecían bromas.
¡Pues qué creen! ¡Este chico adora el nazismo a puntos extremos! Y en una de las conversaciones que tuvimos, me dijo que odiaba a los homosexuales, los indígenas y todo aquel que no «purificara la raza». Hasta llegó a decirme que, si por él fuera, los mataría a todos. ¡Y yo pasándole antes mi perfil de Wattpad para que leyera mis historias!
Después de esa platica tan intensa, me preguntó de qué temática escribía y que le pasara mis escritos. Le insistí en que no, porque eran de temática gay, aunque tengo cuentos de terror y otros géneros también. Me insistió tanto que se los pasé, diciéndole: «está bien, pero no te va a gustar. Te atienes a las consecuencias». Él me respondió: «no me decepciones».
Leyó «Cero Endorfina», una historia de un chico gay que tengo aquí. Me dijo que le impresionaba mi narrativa, pero no tenía opinión al respecto porque era un tema que no trataba. Salió mejor de lo esperado, aunque me dijo que esperaba ver cómo trataba el tema relacionándolo con cosas del demonio y que el «joto» recibiera su merecido. ¿Pero qué clase de que apoyo a la comunidad no entiendes, carajo? Aunque, debo admitir, que sus ideas raras me inspiraron para tratar la discriminación en mis historias.
Lo divertido del asunto, es que esto no termina aquí. ¡Le gusto a este hombre! Y como sabe que me gusta leer (aunque soy una vaga en hacerlo), hasta me dijo una vez: «ah por cierto. Estuve viendo y me gusta la sátira».
Por mucho tiempo no hablé con él. Un día, me terminó hablando de logias masónicas, exorcismos y quién sabe qué. ¡Ah! Y me insistía numerosas veces que leyera «Mi lucha», el libro de Hitler. Yo no dejaba de pensar: «¿pero qué carajo contigo?».
Meses después que volvió a hablarme (casi siempre es él quien inicia las conversaciones), no recuerdo que me dijo de mis escritos. Creo que se disculpó por no haberlos leído, porque estuvo ocupado (trabaja haciendo programas para la secretaría de educación). Pensé: «ash, ya vas a empezar de idiota con esto de los gays». Pero no, me sorprendí de tener una conversación agradable con él, hasta me dijo de forma cómica: «te había dicho que iba a leer pero no lo hice. Capaz y tengas una historia que diga "entonces José se acercó lentamente a Juan y lo besó"». Sí, este chico se llama José. ¡Debo admitir que me reí mucho! Y como parecía estar de buen humor, le dije: «te fuiste corto. En realidad es: "Entonces José se acercó tímido a los labios de Juan; acarició sus mejillas, lo miró los ojos diciéndole...», ¡hasta le describí una escena un poco sexual! Se lo tomó de buen humor.
Después de eso no hemos hablado. Exceptuando sus ideas raras, él no me agrada. Es muy arrogante. Voy a verme cruel, pero espero se olvide de mí en cuanto antes y que ya haya entendido que no quiero nada con él.
Me diría un amigo: «que triste tu caso, le gustas a un loco»."
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