16. Un lugar muy especial

1.4K 46 2
                                    

Narra Luka
Cuando la veo hay algo en mí que se enciende. Está simplemente preciosa con su camiseta del Madrid, el pelo suelo y los labios pintados de un rojo oscuro. Parece nerviosa, lo noto en sus ojos marrones.

Cuando llego al vestuario los capullos de mis compañeros están esperándome:

-¿Quién es esa morena con la que hablabas tan cariñoso, hermano?-pregunta Jeff Taylor, uno de mis mejores amigos.

-Eso es, os hemos visto muy juntitos-apunta Rudy risueño.

-¡Mirad, parece que el niño se ha echado novia!-añade Felipe, el capitán y mi compañero habitual de habitación. Los demás le siguen el juego rápido.

-No es para tanto, solo es una amiga-sé que sueno muy poco convincente pero es que no estoy mintiendo, aún no somos nada.

-¿Pero tú no tenías una novia en tu país o algo así?-pregunta Sergio Llull.

-Sí, pero lo dejamos hace tiempo. Tenía ganas de un cambio de aires-respondo distraído acordándome de Ana María.

-Pues la nueva está mucho mejor-dice Alex Suárez saliendo de la ducha.

-Pienso lo mismo- le sigue Jeff.

-Es demasiado guapa para ti-bromea el Chapu Nocioni apareciendo en la conversación.

-No te lo voy a negar-afirmo recordándola.

Huyo de sus bromitas y me ducho lo más rápido que puedo; no quiero hacerla esperar. Me pongo unos vaqueros, mis tenis adidas y una camiseta con mi sudadera del Madrid encima. En menos de diez minutos me despido de mis compañeros y salgo a su busca.

-----------

Narra Cris:
Quince minutos después veo salir a Luka con el pelo aún mojado por la ducha. Cuando se acerca a mí para que nos vayamos el olor de su perfume inunda mis sentidos.

Vamos al parking del pabellón y buscamos su coche, un Audi blanco muy bonito. Me abre la puerta del asiento de copiloto con una pequeña reverencia y yo no puedo evitar burlarme de su repentina caballerosidad.

Durante el trayecto hablamos distendidamente sobre nuestras vidas con música de fondo y nos reímos mucho. Me encanta la complicidad que parecemos tener a pesar de ser la segunda vez que coincidimos.

Llegamos al McAuto más cercano y pedimos nuestras hamburguesas. Una vez las tenemos él arranca el coche y me dice:

-Ahora te voy a llevar a un sitio precioso.

Mi parte infantil grita como una loca mientras que mi parte adulta pretende mantener la compostura. Cuando ya llevamos diez minutos por carretera empiezo a impacientarme:

-¿Se puede saber a dónde vamos?-pregunto mirando por la ventana.

-Aún no, pronto lo verás.

Intento que me dé alguna pista pero no tengo éxito. Mi mente se imagina todos los lugares posibles, todos menos al que llegamos finalmente.

Luka aparca en una calle que si no me equivoco está cerca de Plaza de España. Caminamos con las bolsas del McDonald's durante unos minutos hasta llegar a una especie de parque en el que predomina un monumento increíble.

-Este es el templo de Debod, uno de mis rincones favoritos de Madrid-dice mientras me mira para comprobar mi reacción.

Me quedo atónita ante lo que veo. Un precioso templo brilla en la oscuridad de la noche madrileña, iluminado por una tenue luz dorada que le da un toque mágico. En el agua de la gran piscina que lo rodea se refleja la silueta del monumento y yo me emociono ante el lugar que ha elegido mi acompañante.

Estamos completamente solos, algo que hace el momento aún más maravilloso. Nos sentamos en un banco situado justo en frente del templo a cenar. Yo no paro de observarlo todo, no me creo que un lugar tan especial pueda estar colocado como por azar en el centro de una ciudad tan moderna y ajetreada como Madrid. Luka me explica que fue un regalo de los Egipcios y que no entiende cómo mucha gente no conoce esta maravilla.

-Por eso te he traído aquí, sabía que te iba a sorprender- dice con la mirada perdida en la inmensidad del paisaje.

Sin duda ha cumplido su objetivo, me he quedado sin palabras.

------------

Narra Luka

Noto la ilusión en su voz y en su mirada y me alegro mucho de que le haya gustado este sitio. No puedo quitarle los ojos de encima y verla así de contenta me hace sonreír como un niño pequeño. ¿Me estaré precipitando demasiado?

Cris no es como las demás. Ella come sin preocuparse por parecer demasiado glotona, ríe con fuerza en cada carcajada y no tiene reparos en decir lo que piensa. Es tan humana, tan real que a menudo pienso que no merezco haberla conocido.

No tarda mucho en mancharse las comisuras de los labios de ketchup, cosa que hace que me burle de ella sin parar:

-Pareces el mismísimo Joker-digo señalándola.

-Venga ya, exagerado. ¿No se puede ni disfrutar de una hamburguesa tranquila?-pregunta mientras me arrea una colleja que esquivo por poco.

Acabo chupándome el dedo y limpiándole la boca como haría un padre con su hija. Es un gesto muy simple e involuntario pero a ambos nos sorprende el acercamiento y nos quedamos callados, mirándonos. Se me acelera el pulso. ¿Qué me estás haciendo, Cris?

Sueño cumplido (Luka Dončić)Where stories live. Discover now